Victim - Power Hungry

Enviado por Antipoeta el Sáb, 20/06/2020 - 07:16
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01. On The Street Tonight 2:38
02. Keep Cumin' 4:00
03. Victim 3:04
04. Power Hungry 3:45
05. The Bridge 2:36
06. She's A Savage 3:49
07. Erin 5:46

Disco Completo

Una reciente noche de viernes me fui a la cama con un cansancio que colectaba el estrés de la semana, la sumatoria acumulativa de las pésimas noticias con que nos bombardean los majaderos mass-media y dos cervezas libadas con un ímpetu de dipsómano. Dormí relativamente bien, pero no tanto como para amanecer con una reserva de energías que me permitiera partir con la disposición que amerita un fin de semana familiar. Resolví barrer el departamento con los audífonos puestos y me dejé llevar por los inescrutables caminos de YouTube. Una portada algo graciosa llamó mi atención y al tratarse de un chascón musculoso mordiendo una guitarra, pensé que sería interesante poner oreja y averiguar cómo sonaban.

Debo decirles, amigos, que desde el primer redoble (acompañado casi ipso facto por el agudo de Rocky Reiger) comencé a sentir una pulsión que me otorgó mayor ánimo, impulsándome a acelerar el vaivén de la escoba. Pronto comencé a cabecear y terminé por obtener un segundo aire, esencial para mejorar mi humor y mi semblante.

Heavy metal proveniente de USA pero con cierto buqué a la NWOBHM y mejor aún, casi sin descanso. Estos locos no paran, te dan y te dan con todo. Y lo mejor es que sus temas, a excepción del último (que tampoco es tan largo), son breves. Van al grano, van a la médula, van al himen sin escalas. Son tan solo 25 minutos, nada más… pero de crossfit, porque el musculoso de la portada no consiguió su contextura con anabólicos, no señor, se sometió con un frenesí descontrolado a cuanta rutina pudo, a cuanto HIIT le apareció por el camino. Rutinas cortas pero demoledoras para quedar echado sobre la colchoneta, boquiabierto y exánime (pero con musculatura pétrea).

Siete canciones para un disco, el primero, que tiene la fuerza de un coloso. Todo un multivitamínico a la vena. Veamos ahora con qué nos vamos encontrando en esta rápida reproducción.

Como les comentaba, el inicio no puede ser más auspicioso con un “On The Street Tonight” que roza el speed metal. Gran elección para comenzar un trabajo: garantía de enganche, de atracción. Las estrofas están cantadas en parte sólo con la compañía de la batería y luego aparecen la guitarra y el bajo, pero ese espacio de mancomunión entre Solis y Reiger me parece genial. Con qué ganas canta el hombre, cómo suelta agudos, como si quisiera ensordecerte. Me recuerda a Neil Turbin de los primeros Anthrax y también, cómo no, a nuestro pelón querido Rob Halford.
Excelente comienzo: nuestro amigo muerde-guitarras acaba de iniciar su rutina de crossfit con un tabata de burpees y marca nada menos que diez en cada serie: ¡Una máquina!

“Keep Cumin´” parte nuevamente con la batería. No tarda en aparecer un riff pegadizo como la melaza. Después Thoryk rasga el bajo con una gracia exquisita. Un medio tiempo de maravillas que viene a ratificar lo que desde el primer segundo quedó patentado: Una inyección de neurobionta en el culo para mantenerte despierto y contento.

El tercer ejercicio de heavy metal puro es “Victim”, como el nombre de la banda. Acá el dominio del bajo es más notorio (lo que me encanta) y Reiger se acerca un poco más a Halford. El musculoso de la chasca insurrecta nos soprende con este thruster con mancuernas de 25 kilos en cada mano. Los agudos de Reiger son escupidos con potencia trepidante, para que tus tímpanos se agiten como campanas contra las paredes de tu oído medio y hagan peligrar tu equilibrio.

A continuación tenemos el tema título “Power Hungry”, rápido y buscapleitos. El melenudo te quiere machacar a trompadas, pero por ahora se conforma con el punching ball. El solo de Mike parece confiscado al thrash metal y el bajo de Thoryk - manjar celestial - ¡qué notazas dispara! (como si impulsara flechas a un blanco distante).

“The Bridge” se anuncia con unos grillos ruidosos ocultos en la hierba y un cabalgar que se aproxima cansino. El riff cercenabolas no se hace esperar y tenemos, cómo no, otro tema intenso; te lo dije: no descansan. Reiger canta como conteniendo sus agudos (pero se le escapan igual). Canción corta, pero directa y sin rodeos.

El bajo secunda a la batería en “She´s A Savage” en un comienzo de rica factura. Pfalher se despacha otro riff contundente y Reiger se suma para relatarnos que su mujer posiblemente le estampe un mordisco salvaje (masoquista el hombre). Tema con influencias de los maestros Judas Priest. Buen ritmo a medio tiempo que refrenda mi primera premisa: te inyectan energía y sus canciones son el vaso-comunicante con que te la enchufan por buena parte.

Para concluir y como corresponde a toda rutina demoledora, toca elongación. De lo contrario los músculos quedan rígidos y contraídos. Y qué mejor para cumplir con dicho objetivo que “Erin”: Un colofón que nos permite respirar y disminuir las pulsaciones. Sin embargo, hubiera preferido que el descanso quedara a mitad del disco o de plano, que dejaran el reposo del guerrero para otro día. El musculoso pelilargo tendría que haber rematado con un EMOM de Pull Up, por lo menos. Con ello habría inflado de orgullo los pechos ya henchidos de Mat Fraser y Rich Froning.

Tres cuernos altos para este breve e intenso disco debut. Meritorio trabajo financiado por ellos mismos, quienes sólo publicaron tres discos en un periplo musical lamentablemente efímero.

Brian Thoryk: Bajo
J.R. Solis: Batería
Mike Pfahler: Guitarra
Rocky Reiger: Vocales

Sello
Pop Records