
01. Power And The Glory
02. Redline
03. Warrior
04. Nightmare
05. This Town Rocks
06. Watching The Sky
07. Midas Touch
08. The Eagle Has Landed
Impactante y demoledor son los dos adjetivos que se me ocurren a primera vista para definir esta sólida bola de rock de los británicos.
Realmente auténticos y muy reputados en nuestro mundillo, el año 83 descubrió verdaderas joyas en el heavy Maiden con su Piece of Mind o Dio con Holy Diver entre otros. Saxon metió caña al personal con su poder y gloria, para recordarnos, por si todavía no lo sabíamos, que eran muy grandes.
Brutal la patada al rostro que nos propinan con power and the glory con un riff de alta escuela, heavy al máximo(he leído por ahí que parece un poco el Stand up and shout de Dio, a mí me parece un guitarrazo de envergadura, de sombrero, al estilo de la mencionada o de los dos minutos de Maiden. La batería de Glockler no da tregua ni un segundo, el solo es inmenso y el final, cojonudo, ese Tonight...Tonight destripado por Byford. ¡Saxon power!
Mucho más festera y alegre, no tan seria como la anterior, Redline nos proporciona alegría, rockeando sin complejos con buena base guitarrera, estos tíos son los putos amos, me imagino a Biff con su silbido y su chupa hasta los tobillos, animando al público. Otro buen tema de la banda que por supuesto habla de motos y autopistas.
El guerrero nos está esperando con su hacha tras los matojos, madre mía, llega Warrior con otro riff bruto y gordo, otra vez a mover cabezas, headbangers míos.. estupendo corte con un doble bombo en el estribillo para tirar gallumbos a tierra. De lo mejor del disco y en directo, un torbellino de rabia. El solo es clásico al máximo con esa melodía repetida y muy ochentas.
Un medio tiempo más tranquilo aguarda en cuarta posición Nightmare se queda algo inferior al resto, no porque sea mala, si no porque el resto es más poderoso y cañero. No obstante conserva ese buen hacer del grupo y se escucha con agrado. Los corillos no me convencieron mucho nunca, acaba con el bombo a todo meter y perdiéndose el sonido poco a poco.
Volumen a tope, cuellos con tortícolis y astados al aire, llega This town rocks dispuesta a reventar oídos y baffles. El kit de Nigel resuena con platillos echando chispas para introducir el mejor sencillo del cd. Pura adrenalina descargada con maestría, al estilo de Heavy metal thunder o To hell and back again otra para el recuerdo. Como grita SOLOOOOOO el maestro para dar paso al otro maestro de las seis cuerdas...apaga y vámonos.
Y si no rockean es porque son sordos
Brillante riff da paso a Watching the sky más macarra y vacileta, en el rollo Princess of the night o Never surrender.Muy buen corte, directo y con un final diferente, utilizando el estribillo le dan otro aire para cerrarla, más lento.
Mirando al cielo a ver si cae un ET
El rey Midas que si te tocaba te convertía en estatua de oro, tiene aquí un tema dedicado, Midas touch del que destaca sobre todo el riff principal, heavy, guapo. El resto es medio balada de toda la vida, cortando un poco el rollo, esperando el estribillo como agua de Mayo. Sube mucho el listón en el solo y al final del mismo una exhibición del bataca, pegando palos a to Dios, dando ostias a cascoporro, a cholón vaya.
Con la crisis, mejor que te toque Midas
No podía faltar el águila en una composición del grupo, ese animalito con el que tanto se identifica el grupo, reconocida por todos en muchas camisetas. The eagle has landed comienza con un teclado siniestro y con un monólogo de guitarra en un tempo algo tedioso y lento. En el minuto dos, se acaban las chorradas y aparece un riff grueso y ochentero, sin titubeos Saxon no están para mariconadas. Un tema largo que nunca me acabó de llenar, pese a ser tocado en los live. Siempre me ha gustado a partir del minuto cinco, donde coge más cuerpo hasta el final.
Un gran disco de Saxon con sabor a ron de 12 años, en esta ocasión de veinticinco añitos...como pasa el tiempo!!. Lástima de portada, que fea es, la jodía.
Paul Quinn - guitarrista
Biff Byford - cantante
Steve Dawson -bajista
Nigel Glockler - batería
Graham Oliver- guitarrista