Rotting Christ - Thy Mighty Contract

Enviado por Spaggiari el Mar, 03/03/2015 - 02:45
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1. The Sign of Evil Existence 02:00
2. Transform All Suffering into Plagues 05:25
3. Fgmenth, Thy Gift 04:29
4. Dive the Deepest Abyss 05:50
5. Exiled Archangels 05:07
6. His Sleeping Majesty 03:33
7. The Coronation of the Serpent 04:06
8. The Fourth Knight of Revelation (Part 1 & 2) - 06:47

Desde los antiguos hombres que hacían música con sus obsidianas, sus pedruscos, martillos de bambú, hasta Wagner y sus torbellinas composiciones, toda la música ha sido un vástago de incursiones y atrevimientos en sus compases, cada nuevo oyente se sumaba a la fila de gente que, con sus escuchas a músicas jamás antes pensadas, reproducirían y entenderían el universo musical a su manera y construirían a la vez el suyo. La ventaja que tiene el hombre sobre los demás seres vivos, y no es apologizar el antropocentrismo, es que en su razonamiento, por muy sencillo que suene, radica el subjetivismo por la diversidad de opiniones que podemos albergar al momento de conocer o entender un hecho, situación o problema. Si todo el ser hubiera entendido la música tal y como se hacía hace miles de años, el hombre jamás hubiera soñado con escuchar metal, música clásica, jazz, blues.. hasta reggaetón, no? Y no es porque estas músicas hayan sido las últimas potencias de todos los abarcables periodos históricos. ¡No! Ya que intervienen factores culturales y sociales muy apegados, como por ejemplo las modas, las tendencias, los tiempos, los quiebres históricos que dictan una era. Pero ese engorroso tema, dejémoslo para otra tarde.

Ahora bien. A lo que voy es a que, hoy la música ha sido una evolución de lo que se no podía HACER con distintos ritmos, velocidades, instrumentos, técnicas que no se podían mezclar, géneros que no podían compatibilizar. Pero todo eso se logró ya que el ser, como lo estaba adjuntando más arriba, alberga un razonamiento lleno de opiniones, quejas, denuncias e interrogantes que buscan respuesta. Y pues, por otro lado, no pensemos que aquí yace la música, naturalmente que seguirá evolucionando, no en el concepto de mejora, si no de cambio; y es cierto, cambios a veces no implican mejorías, pero por lo menos es algo nuevo, y a eso me refiero. Muy bien, para que quede más claro: el reggaetón es una evolución de la música como tal, es un cambio, un avance; sus aspectos morales, éticos e implícitos, no me interesan para este ejemplo. Okay, ahora ubiquemos el mismo concepto en otro ejemplo, un ejemplo más subjetivo. El reggaetón es singularmente más básico, más hortero y sencillo, sin contenido didáctico o instructivo (algo que nadie me negará) pero si bien, es algo que nadie antes había hecho, por ello se considera una evolución. ¿Queda claro?

Qué sabroso, es pues, después del vasto desarrollo musical y lo complejo que ha sido la evolución de la música misma, oír bandas tan malignas que lleven los conceptos de oscurantismo a un nivel más personal, abrasivo e hiriente, como lo hizo Rotting Christ. y aún mejor, todo este proceso evolutivo se da en esta banda cuyos orígenes remontan a tierra de la filosofía, de la sabiduría, de las letras, la poesía, la comedia, la ciencia, como lo es Atenas, Grecia, nació una banda ponzoñosa que hasta el día de hoy ha robado un buen porcentaje del público de habla Extrema, por su calidad de sus riffs, entrega de sus retorcidas composiciones, y la nitidez de su sonido negruzco y compacto. Y hablamos pues de una perfecta aleación de Black/Death de principios de los 90’s, Sin embargo para su producción ‘Nom Serviam’ llegarían dotados de un black metal más encantador y menos rabioso, puesto que anularían los factores de primitivismo y retazos naifs que antes habían incursionado, para nuestra suerte ese antes es el disco que hoy nos atañe con servilismo, The Mighty Contract.

Pongamos las cosas claras sobre la mesa; y es que si alguien espera novedad, avant garde, black metal distinto o raruno, pues que salga de la cámara lo antes posible. Como pruebas de sus influencias, se pueden destacar los rasgos facsimilares de los omnipresentes de Mayhem, algo de thrash y una buena recelosa dosis de tampa, death metal ochentoso en este primer trabajo, no muy depuradas, claro. Pero se pueden DESTACAR. De un recurso del cual hacen desmesurada gala, es el de los dejes vocales por los acoples instrumentales; hay un cierto juego con las atmósferas pero sin profundizar de tajo. Aunque si me preguntan, no hay necesidad para que este disco, compenetradísimo, sea olvidado por su monocorde expresión. Porque al principio les parecerá un poco tedioso, y sin nada nuevo que ofrecer, ahora bien, con el paso del tiempo ese juicio irá tornando más en la estima que uno puede adquirir con estos Lps de piedra.

Y pues en resumidas cuentas es un álbum con el que su servidor se place medianamente: no más de 40 minutos, tralla en cada tramo, cambios incesantes, quiebres modestos, percusiones agitadas y un buen manejo de riffs que no atarantan, como en muchos de los casos del género extremo ya presentado. Eso si, no puedo venderles algo que jamás estará en este disco: originalidad o preciosismo a desbandada. y esta es la parte que menos gusta a veces, la imparcial, puesto que a pesar que la banda me atrae su buena parte, después de oir el álbum que suscribo, lo único que me llena es el buen momento que me la pasé con él PERO HASTA AHÍ.
Ahora vamos con los contraS, ya que tocamos el punto de la imparcialidad: como lo dije hace unos momentos, sus cambios de ritmos modestos me gustan, el juego que hay en etéreos climas me agrada, empero, no hay mayor emoción en el unidimensional ambiente; crea una monotonía natural, pero no insostenible, ya que los tracks, bien definidos, pierden gancho y chispa de vez en vez.
Las canciones se disfrutan si uno lo que quiere es pasar un buen rato rayando la brutalidad del compacto. La banda después no sacaría discos tan malos, a pesar que su estilo se iría rediseñando por uno menos caótico, su estela perviviría con altiva compostura.

Mencionar los pormenores de las canciones sería un ejercicio muy vano, después de oírlas todas de tirón, uno alude a pensar que las canciones son características de pocos adjetivos y que su explayación en términos es muy floja. Lo único que puede agregarles, es que, disfruten este verdadero pozo de infecciones, alimañas y cavernosidades que hoy les ofrendo.

Nota: 7.5

Necromayhem: Guitarra, voz.
Mutilator: bajo, letra.
Magus Wampyr Daoloth: Voz, Teclado.
Necrosauron: Batería.

Sello
Osmode productions