
1."Batman" – (1:58)
2."The Sicilian Clan" (Ennio Morricone) – 3:27
3."You Will Be Shot" – (1:29)
4."Latin Quarter" – (4:05)
5."A Shot in the Dark" (Henry Mancini) – (3:09)
6."Reanimator" – (1:34)
7."Snagglepuss" – (2:20)
8."I Want to Live" (Johnny Mandel) – (2:08)
9."Lonely Woman" (Ornette Coleman) – (2:38)
10."Igneous Ejaculation" – (0:20)
11."Blood Duster" – (0:13)
12."Hammerhead" – (0:08)
13."Demon Sanctuary" – (0:38)
14."Obeah Man" – (0:17)
15."Ujaku" – (0:27)
16."Fuck the Facts" – (0:11)
17."Speedball" – (0:37)
18."Chinatown" (Jerry Goldsmith) – (4:23)
19."Punk China Doll" – (3:01)
20."N.Y. Flat Top Box" – (0:43)
21."Saigon Pickup" – (4:46)
22."The James Bond Theme" (John Barry) – (3:02)
23."Den of Sins" – (1:08)
24."Contempt" (Georges Delerue) – (2:49)
25."Graveyard Shift" – (3:25)
26."Inside Straight" – (4:10)
Vanguardismo.
El vanguardismo es un término efímero. Vanguardista es aquello que innova, experimenta y empuja los límites de lo aceptado hasta el punto de poder incomodar a más de uno. Precisamente por esa característica el vanguardismo resulta algo muy momentáneo. Y si nos remontamos al origen de la palabra, el militar, vemos que desde un principio fue un vocablo destinado a perecer rápido en la mayoría de los casos. Un soldado al frente de batalla, expuesto a la muerte como nadie más, muchas veces es el escudo de carne que da paso a los demás a atacar. La cuestión es que no siempre se es vanguardista, algo que es innovador hoy mañana puede ser el estándar.
La característica primordial del vanguardismo es la libertad de expresión, que se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando los parámetros creativos. Eso es lo que dicen los expertos, pero yo diría que es mucho más que eso, porque cualquiera puede alterar la estructura de algo y colgarse la medalla de “vanguardista”. Tocar “Avant-Garde” es ir más allá, no solo alteras, no solo callas a la sociedad tocando esos temas prohibidos, quebrando dogmas, no, también tienes que tener el ingenio suficiente para que tu obra soporte el paso de los años y no se erosione con los vientos del tiempo. Que pasen 20, 30 años y tu obra siga sonando adelantada, única e inimitable y en algunos casos inentendible.
Hablar de NAKED CITY es como hablar del dadaísmo hecho en música. Aquel movimiento liderado por Hugo Ball y Tristan Tzara, es pretencioso, por supuesto, pero a día de hoy sigue incomprendido. Lo incierto, lo absurdo, el “dada”, los balbuceos de la niñez, la vuelta a la inocencia infantil. Todos pasamos por esa etapa de caminar en pañales y balbucear, pero todos olvidamos ese sentir. NAKED CITY vuelven a la inocencia de la experimentación, a meterse a la boca objetos para saber a qué saben. El mismo Zorn (ya hablaremos de él) plantea la banda como un “taller composiciones” donde es libre y puede probar lo que sea.
NAKED CITY es un maravilloso lugar donde los géneros no existen, todo convive a la perfección, el caos sonoro viene a simbolizar la libertad, el deber ser de la música. Estamos en la era de las etiquetas, de las apariencias, no solo en la música, sino en la sociedad. Al final Goethe no estaba tan equivocado. Tienes que tocar rock, pop o reggae, algún género, sino serás tachado de pretencioso que no se define. Es triste porque antes todo se englobaba en rock y listo e irónicamente, a pesar de haber menos etiquetas, la creatividad era más desbordante porque no había límites o cápsulas en donde meterse. En la actualidad hay pastillas para todo, cada cual más específica que la anterior, todos eligen una pastilla y se conforman con ello, y como mucho mezclan dos o tres pastillas ¿Qué pasó con los años en que todo se curaba con el caldo levanta muertos de la abuela? A lo que quiero llegar con esta analogía de pobretona es que, si nos olvidamos de los géneros o de qué será aceptado, salen cosas como NAKED CITY: Surf Rock, Heavy Metal, Thrash Metal, Grindcore, Jazz, Country, Música Clásica, Punk y otras cosas no etiquetables se unen en una sola entidad y fluye, naturalmente, como el agua.
Para entender a NAKED CITY hay que entender a su alma máter: John Zorn. Nació en 1953, en la gran urbe de Nueva York, una ciudad tan variopinta como sus gustos musicales. John siempre estuvo expuesto a la música. Sus padres y hermano eran melómanos empedernidos: rock & roll, jazz, swing, country, doo woop, música clásica…todo un cóctel que marcaría a John por partes iguales. También hay que situar el contexto y todo lo que implica, porque John es de esas personas que percibe la música en todas partes, no solo en su formato popular. Sus composiciones siempre han tenido una notable influencia por parte de las bandas sonoras de caricaturas de los cincuenta: la locura de los Looney Tunes y la clase de la Pantera Rosa. Tanto es su admiración por las BRILLANTES (en mayúsculas porque ya no se hacen así) bandas sonoras de comiquitas clásicas que en su disco debut se da el lujo de tocar un maravilloso cover de “A Shot in the Dark” de Henry Mancini, el artífice de las majestuosas melodías de la Pantera Rosa. En su adolescencia descubrió la música clásica vanguardista europea y americana, se asombró con ella y la absorbió internamente. Tuvo una banda de Surf Rock y tocó como bajista. Estudió en la universidad Webster en St. Louis donde aprendió sobre Free Jazz y la magia de la improvisación, agarrando su instrumento estrella: el saxofón. Al escuchar a ANTHONY BRAXTON y su “For Alto” supo que su futuro estaba en el saxo y que cambiaría para siempre la forma de ver dicho instrumento: lo haría chillar como nadie más. Alaridos de un enfermo mental hasta arriba de LSD salidos por la boquilla de un saxofón.
Zorn abandonó la universidad y se mudó a Manhattan para quedar con otros músicos, generalmente improvisadores y jazzistas. Sus primeras composiciones se llamaron “Game Pieces” y estaban basados en juegos como el lacrosse, beisbol, dominó o cricket. Como pueden ver, el humor siempre está presente en la música de Zorn, de todos los deportes y juegos viene y escoge nada menos que cricket, lacrosse y dominó que son…cuanto menos peculiares y poco convencionales.
En los 80´s grabó con el sello de Warner, Nonesuch Records. Hizo tributos a varios compositores de música televisa y de cine, entre ellos el grande Ennio Morricone. Luego vino lo interesante; decidió formar una banda y grabar el homónimo de NAKED CITY. Se rodeó de músicos muy competentes como Bill Frensen, Wayne Horvitz y Fred Frith.
La ciudad desnuda, no pudo tener una mejor portada que las partes íntimas de la urbe: el crimen. La mafia, la muerte, son cosas que se ocultan a la noche, que se cubren con ropa interior, los medios no suelen mostrar la cruda realidad de las batallas de bandas, pero gente como Weegee, un fotógrafo ucraniano, famoso por sus fotos en blanco y negro, despiadadas y crudas como la vida misma, se ha encargado de cubrir esa verdad que pocos ven, tomándole fotos a cadáveres de criminales. Weegee también tenía la predilección de fotografiar a mujeres de alta sociedad como contraparte de la pobreza, muerte y hampa de la baja urbe. Un concepto interesante: mientras las damas, sofisticadas, lucen brillantes joyas y tiaras, otros se matan por comer y la supervivencia. Expone muy bien la naturaleza clasista de nuestra especie. Esta portada de un mafioso muerto, causó problemas con el sello Nonesuch Records que, por aquel entonces, distribuía la obra de NAKED CITY. John quería usar imágenes descarnadas y explícitas: sadomasoquismo, imágenes médicas del siglo XIX, fotos de ejecuciones como las del suplicio chino, Leng Tch´e, la muerte por mil cortes que consistía en descuartizar reos drogados con opio atados a un poste. Debido a estos problemas con su sello fundó la importante Tzadik Records, nombre curioso que puede ser una referencia a Tristan Tzara, pionero y fundador del dadaísmo, combinado con la palabra “Sadic” haciendo alusión a las imágenes sádicas que su antiguo sello prohibía usar.
Para las grandes multitudes esta música puede carecer de sentido, ser absurda…y no puedo estar más de acuerdo porque ¡De eso se trata! No es que no tenga sentido, es que no tiene sentido para los cánones de la sociedad y lo que es aceptado como “arte” ¿Pretenciosidad? Sí, sí y SÍ, para hacer algo de esta naturaleza hay que serlo, pero no es una pretenciosidad vacía como puede ser la de Barnett Newman, el cual se dedicó a pintar lienzos de un solo color con una raya en medio para luego ser vendida por millones, no, NAKED CITY no se trata de eso. NAKED CITY se trata de mandar al garete toda la estructura de la música popular y hacer con ella lo que quiera. Aquí no se distingue nada, ni los géneros, ni los covers de las canciones, NADA, todo es de la misma estirpe. John se creó un universo aparte. Sirvió en bandeja su cerebrito privilegiado y loco que percibe el mundo de otra manera. Para ser músico hay que tener otra percepción, a un buen músico le puede llamar la atención la nota en la que frena el metro o los sonidos de un obrero martilleando a las 5 de la mañana y con ello inspirarse para escribir una canción. John es de esos, su mayor virtud es saber ser un oyente magnífico. Todo lo que tocó y escuchó está metido en un solo disco ¿Sabes lo qué es eso? Y más viniendo de una persona de gustos variadísimos que no se estanca en un solo género. Una odisea. En 55 minutos te mete hasta el sonido de su mamá lavando la ropa (no es literal, aunque Zorn sería capaz).
La intro “Batman” dejará patidifuso a cualquiera que se cruce. Una melodía “Looney tunesca” con aires Country mucho Surf Rock estalla en tu cara. Teclados que dibujan caricaturas y un saxofón que es la encarnación de la esquizofrenia en notas musicales ¿Surf Rock, Country, saxofones y Blast Beats? Pues sí. El estilo de la urbe nudista es como la vida misma, con sus momentos de calma, belleza, locura, sensualidad, oscuridad y luz ¿Acaso la vida es monocroma para limitarse a tocar un solo estilo? No, pero, obviamente, no todos son tan ambiciosos como para abarcar un concepto tan amplio, no todos son capaces de contar cada detalle minucioso de su vida en un solo disco. Esto es muy grande, dime cuántos álbumes te hacen semejante recorrido ¡Dime!
Pero la locura no acaba ahí. Si tuviera que describir con una frase este proyecto sería: lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece ¿Quién diantres se hubiese esperado un cover de “The Silician Clan” (gran película)? Se estarán preguntando qué pinta una composición de Ennio Morricone aquí, fácil, les tengo la respuesta: John Zorn es un maestro del concepto. Es capaz de hacer un álbum conceptual sin soltar una sola palabra. Desde el nombre de la banda, pasando por la portada hasta la música y los covers escogidos sabiamente, jamás al azar. “The Silician Clan” representa el frío con el actúan los criminales nocturnos y habla de la belleza inverosímil de sus viles actos con puro instrumento. Cada una de las sinfonías habla de aspectos de la metrópoli. “A Shot in the Dark” son las altas esferas disfrutando de sus riquezas y bienes en clubes. “I Want to Live” (Jonny Mandel) grafica perfectamente la sensualidad nocturna, los prostíbulos, la melancolía de una prostituta, totalmente normal viniendo de donde viene. La maravillosa pieza de Johnny Mandel compuesta para la película “¡Quiero vivir!” completa el puzzle de New York, llenando esa esquina que todos se fijan, pero a la vez ignoran dejándola para el final. “Lonely Woman” (Ornette Coleman) sigue con la historia de nuestra meretriz, ahora metida en problemas con drogas y homicidios, solitaria en la cárcel. “Chinatown” de Jerry Goldsmith y “The Jamesbond Theme” de John Barry muestran el otro lado del panorama nocturno de Nueva York: el detective, el que persigue a los mafiosos en el lúgubre halo de niebla y smog bajo las intermitentes luces de postes eléctricos. “Comptempt” son esos dos adolescentes que se fugaron de su casa para un crepúsculo de amor y descubrimiento ¿Ven como John es un maestro del “collage” y lo conceptual a través de la música y solo la música? Parece que estoy hablando de un disco de covers, pero quería resaltar la habilidad de Zorn de integrar obras ajenas y hacerlas suyas, porque no es nada más la habilidad de escogencia para meter covers (habilidad que en el metal no más de 20 grupos tienen), sino también la exorbitante capacidad de alterar su naturaleza para ensamblarlo a su mundo sin alterar el concepto original que querían transmitir estas piezas.
Las composiciones propias de Zorn tienen un estilo marcado de acelerones y pausas. Cambios impredecibles, la palabra coherencia pierde, valga la redundancia, la coherencia. Ritmos de Jazz y acelerones de Grindcore en el mismo hábitat ¿Grind Jazz? No lo creo, eso sería reducir mucho la música de NAKED CITY. Solo préstenle atención a “Latin Quarter”, ahora díganme cuántos “géneros” escuchan allí, algunos dirían 7, otros 9, yo digo cero ¿Por qué? Porque la fusión es tan absurdamente fluida, heterogénea y la vez homogénea que su paradójica existencia hace que sea imposible determinar cuántos géneros esconde bajo la manga. Aquí ya no nos encontramos frente a “Avant-Garde”, sino a un género cero, donde el origen de la música vuelve en su más pura esencia: expresar, simplemente expresarse ¿Los cavernícolas hacían aquellos primeros ruidos pensando en qué género tocaban? ¡NO! Ellos simplemente se expresaban, ya sea golpeando una roca o berreando para invocar al dios del Sol y la lluvia. Género cero porque vuelve a ese origen, qué más da si soy rojo, azul o rosado, de hecho, no somos ninguno de esos colores, somos miles de colores o tal vez millones, muchos tonos y pigmentos que ni siquiera vemos, pero están ahí igualmente.
“Snagglepuss”, pieza que hace una síntesis perfecta de toda la obra en dos míseros minutos. El saxofón demente de John Zorn, apoyado del Noise y del Grindcore, acordes de piano elegantes como un mayordomo de alta sociedad, contrapunteos de Smooth Jazz que se intercalan con la libertad del Free Jazz combinados con el omnipresente humor de Zorn que perfectamente pudo dar vida a las locuras de las series animadas de las décadas de los 30´s y 50´s. Es impresionante, cada vez que escucho “Naked City” alguien tiene que levantarme la mandíbula del asombro porque si no me la descoloco de estar tanto tiempo boquiabierto. Me estás diciendo que Zorn, además de resumir su vida musical (y extramusical) en 55 minutos también abrevia el condenado resumen dentro de varias condensaciones que no pasan de los 2 o 3 minutos ¿Cómo es eso posible?
Cómo es posible que en 24 segundos con una canción titulada “Igneous Ejaculation” plasme más intensidad que en discografías enteras de miles de bandas practicantes de Grindcore ¿¡Cómo!? El octeto de “Igneous Ejaculation”, “Blood Duster”, “Hammerhead”, “Demon Sanctuary”, “Obeah Man”, “Ujaku”, “Fuck the Facts” y “Speedball” deja en pañales al 98% de bandas de Grindcore en cuanto a locura, violencia e intensidad. La descabellada voz de Yamatsuka Eye deja perplejo a la par que causa migraña (en el buen sentido) ¿Recuerdan la frase de “lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece”? Lo que sigue luego de ese octeto tiene que ser más locura ¿No? Tiene cojones que lo siguiente sea “Chinatown”, melodía calma y reflexiva, como el silencio después de una masacre, con los cadáveres reposando en charcos de sangre.
Paro de describir temas aquí porque qué sentido tiene explicar lo inexplicable. “Naked City” es música en su más pura esencia, como aquel señor llamado FRANK ZAPPA, representa la libertad de expresión y la exploración de nuestros sentidos ocultos. El rincón oscuro que todos tenemos, pero nos da miedo explorar. Música muy sincera, tal vez demasiado para algunos. Uno de los discos más sorprendentes que he escuchado y cuidado sino el que más. Yo todavía sigo alucinando con "Saigon Pickup" y su precioso piano encerrado en el ojo de la tormenta. Todavía sigo preguntándome cómo “You Will Be Shot” es posible. Cuando esté en mi lecho de muerte seguiré pensando en “Naked City” y seguiré asombrándome por cada cosa como ese niño que balbucea “Dada” y se mete todo a la boca.
“Naked City” es una experiencia singular, irrepetible, que todo ser humano debe vivir, aunque sea una vez en su vida. Es uno de los mejores discos que he escuchado en toda mi vida y uno de los mejores ejemplos de lo que es ser un ARTISTA. Para todo tipo de mentes, en este jardín no existe ni el cerrado ni el abierto. Una película que transporta a la cabeza de otra persona, un éxodo retorcido como este mundo, con sus contradicciones y aciertos que hacen al humano verdaderamente HUMANO y no una piedra inerte o una máquina sin emociones. Obviamente esto se lleva un 10, pero porque no se le puede poner un 11.
Si usted tenía un concepto de lo que es “Avant-Garde” sin haber escuchado “Naked City”, deséchelo, porque permítame decirle, que no tenía idea de su significado, al menos dentro de la música. Esto no suena innovador un momento y listo, esto sonará innovador por los restos de los restos y ESO es ser “Avant-Garde”. Como el cine de Tarkovski: creativo e imperecedero, incomprendido y amado por partes iguales.
10/10
Dejo los links de “Naked City” y un disco de John Zorn en solitario para que vean un par de las múltiples facetas que tiene este camaleónico ARTISTA.
John Zorn: Saxofón alto
Bill Frisell: Guitarra
Fred Frith: Bajo
Joey Baron: Batería
Wayne Horvitz: Teclados
Yamatsuka Eye: Voz