
1. "Going Under" - 4:08
2. "High and Dry" - 3:10
3. "Play Dirty" - 5:01
4. "20th Century Boy" - 3:28
5. "Breaking All the Rules" - 3:01
6. "Burning in the Heat" - 3:20
7. "Surrender" - 3:21
8. "Rock Me, Shock Me" - 4:24
9. "Running for Cover" - 3:12
10. "Breakout" - 3:13
(11. "Like It, Like That" - 3:27
12. "1, 2, 3, 4! Rock 'n' Roll!" - 3:30
13. "Tush" - 2:13
temas adicionales)
Dicen que una sola decisión puede cambiar tu destino, sobre todo dependiendo de si es mala o buena, bien lo sabe Nicholas "Razzle" Dingley, batería de Hanoi Rocks, allá donde esté, cuando cogió el coche con Vince Neil.
Las señoritas de Girlschool iban a vivir también su dosis de realidad tras proponer a Spencer Proffer, responsable del súperventas "METAL HEALTH" de Quiet Riot, como productor de su siguiente álbum, y poco después cambiar de opinión. La etapa dorada estaba próxima a finalizar...
Pero esto aún no parecía importar a nadie, pues seguían al pie del cañón, girando por todo el Mundo sin descanso durante más de un año (uno de esos tours incluyó abrir como cabezas de cartel en el prestigioso Hammersmith Odeón), pero antes de que las telarañas las cubrieran decidieron entrar en el estudio y grabar nuevo material contando en los controles con Chris Tsangarides, Ritchie Cordell y Glen Kolotkin (éstos dos los productores de los Ramones). Y lo que salió fue un trozo de "chicle rock" de lo más simpático: "1, 2, 3, 4, ROCK 'N' ROLL", en el cual algunos temas clásicos eran reinterpretados.
Caso de "Tush", ahora cantada por McAuliffe en lugar de Williams (¿en un intento de olvidar el pasado y mirar hacia adelante?). Ésto era tan solo una avanzadilla; el cuarto álbum se acercaba, y pocos podrían haber previsto el resultado. Las Girlschool pensaron que lo mejor era prescindir del dúo Cordell/Kolotkin debido a lo desastroso del experimento con ellos; también estaban sopesando llamar a Roger Glover, pero "pedía demasiado dinero", según la morena guitarrista/vocalista. Tras escuchar varias maquetas y asegurarse de la fiabilidad de las composiciones, los señores James Lea y Neville Holder, miembros de los legendarios SLADE, terminarían firmando en la línea de puntos.
Y para más seguridad ofrecieron a Johnson y cia. su propio "Burning in the Heat in Love" (publicado en 1977 aunque sin haber formado parte de ninguno de sus LP's) y un tema nuevo titulado "High and Dry"; pero McAuliffe recuerda esos días con melancólica nostalgia: "Nunca sabrás lo que hubiera pasado de coger aquel avión...", refiriéndose a la jugosa oferta de irse a grabar con Proffer a EE.UU.. Nada de eso ocurrió, claro; se quedaron en Londres, embarcándose en una epopeya de 18 arduos meses para completar el nacimiento del esperado disco, pues las sesiones fueron tan alborotadas y caóticas que Holder y Lea prohiberon a las muchachas sus continuas visitas a los pubs (¡!).
Si "SCREAMING BLUE MURDER" era un sólido paso adelante en cuestión de profesionalidad y calidad, abandonando el grupo ligeramente sus raíces punk en el proceso para acogerse a parámetros más acordes con el heavy metal del momento, el experimento de "PLAY DIRTY" mostraba a unas Girlschool renovadas por completo y lo más lejos posible de sus orígenes, siendo las primeras impresiones un rotundo rechazo por parte de periodistas y fans, horrorizados con ese cambio tan radical, donde jugó un especial papel la inmaculada producción de Holder y Lea y la premeditada sofisticación de las composiciones.
Claro, los '80 avanzaban y la N.W.o.B.H.M. se estaba quedando atrás, con varios de sus baluartes arriesgándose y ansiando el éxito (SAXON, Iron Maiden, Def Leppard...), además de la creciente atención que obtenía el uso de nuevas tecnologías para triunfar en las listas (ZZ Top, MSG o Uriah Heep lo ejemplificarían a la perfección). Los envolventes teclados de Don Garbutt abren el álbum en "Going Under", cantada por Johnson y brindando un sonido épico, dulzón y cristalino, similar al que los chicos de Elliott y Schenker imprimieron en "PYROMANIA" y "BUILT TO DESTROY"; así llega el "reverb", los dejes electrónicos y glam, los estribillos insistentes, las letras facilonas y la actitud de cara al éxito comercial.
El punk queda fuera de combate, y las más acusadas muestras del cambio de miras son las empalagosas "High and Dry", con un pronunciado dominio de los teclados, "Burning in the Heat" (cuyo estribillo se me antoja demasiado similar al del "Nothin' On but the Radio" de Pantera, de su debut lanzado aquel mismo año), o esa animada versión del clásico de T. Rex, "20th Century Boy", todas ellas rayando sonidos techno y pop de forma muy arriesgada, aunque todo el LP está cortado por los mismos patrones, caso de "Running for Cover" y el muy contagioso "Rock Me, Shock Me", los cuales no podrían sonar más a Leppard (y a algo de Aerosmith...).
Pese a reducirse la potencia de las guitarras dando protagonismo a los teclados, el exceso de melodía y aires comerciales, parece que sí funciona la fórmula en la "aorera" "Surrender" (entrañable e incluso deliciosa, me atrevo a admitir) o la canción que da título al plástico (impagable su videoclip de promoción, rodado en un club de boxeo del East End londinense), machacón techno blues (y un pequeño remedo de "Rock of Ages") donde McAuliffe nos embelesa con sus chulescas inflexiones y actitud de chica mala. Destaco los contundentes y veloces "Breaking All the Rules" y "Breakout", pues las damas rescatan su faceta más "rockera", sobre todo en éste último, con su ritmo trepidante y ese solo tan vertiginoso.
En ciertas ediciones especiales tenemos como nuevos añadidos otro algodón de "azúcar rock" llamado "Like It, Like That", y esa nueva versión de "Tush" y la otra "cover" "1, 2, 3, 4! Rock 'n' Roll!", pertenecientes al EP de mismo nombre. Muchos críticos defendieron la propuesta, como Garry Bushell ("Éste es uno de los mejores discos de radio rock del año") o Neil Jeffries cuando declaró "Nunca sonaron las Girlschool tan bien en vinilo...", antes de proponer "...¿pero suenan como quieren los fans?". La respuesta llega en Noviembre, sin que las ventas de "PLAY DIRTY" sean muy provechosas, precipitándose a una desgraciada 66.ª posición en los "charts".
La calamitosa gira por los EE.UU., la cada vez menor aceptación que obtiene el lanzamiento y la agotadora vida de la carretera empieza a quemarles los circuitos; Johnson llega al límite de sus nervios y deja colgadas a sus compañeras en plena gira, lo cual daña aún más la promoción y su contrato con Bronze, que termina quebrando en poco tiempo. La rubia guitarrista se muda a Los Angeles con Vicki Blue, bajista de las Runaways, y el grupo se queda sin su principal foco de atención de cara al público.
Ha explotado la burbuja de la N.W.o.B.H.M. mientras para ellas sus "15 minutos de fama" ya parecen haber concluido. McAuliffe reflexiona sobre el varapalo de aquel cuarto trabajo (irónico si se considera que "METAL HEALTH" explotó en las listas por cortesía de una versión de SLADE...): "Pensándolo ahora, deberíamos haber ido a Los Angeles y hacer heavy metal". Dufort, no obstante, lo remata con orgullo: "Al menos todo lo que has oído en nuestros discos lo tocábamos nosotras. Y ¿sabes qué?, antes los carteles decían a veces "Banda de chicas", ¡pero ahora dicen "Legendaria banda de chicas"!".
Que Dios las bendiga...sobre todo a Kelly, que de seguro tiene el Cielo a sus pies a golpe de guitarra.
Y por si alguien se lo pregunta aún, sí, pese a todo, me gusta este disco, así que lo puedo decir: Up the maidens!
Canción favorita: "Play Dirty"
Kelly Johnson: Guitarra/voz
Kim McAuliffe: Guitarra/voz
Gil Weston: Bajo/voz
Denise Dufort: Batería
Lemmy Kilmister: Voz
Vicki Blue: Voz
Mark Haircut: Voz
Don Garbutt: Teclados