
1. Песнь 1
2. Песнь 2
3. Песнь 3
4. Песнь 4
5. Песнь 5
6. Песнь 6
7. Песнь 7
8. Песнь 8
A esperas de que los lentos tribunales polacos den por finalizada la novela de pasión y engaño que todos conocemos, el Sr. Krzysztof Drabikowski, guitarrista, fundador y compositor del proyecto Batushka, nos ha tomado a todos por sorpresa tras publicar el tan esperado sucesor de su afamado "Litourgiya" (2015), un estupendo trabajo que los llevaría a presentar sus solemnes misas ortodoxas a lo largo y ancho del mundo, estableciéndose así como todo un autentico fenómeno de cuidado en el marco de una escena sumamente saturada.
Bajo un grueso manto de delicada lobreguez, Batushka nos vuelve a presentar un Orthodox Black Metal de fínisima calidad, escudándose siempre en la presunta ambigüedad de su mensaje, estética y espiritualidad para recrear, con aparente ingenio y astucia, un análisis critico y blasfemo sobre una rama tan ferviente y radical del cristianismo como lo es el rito ortodoxo de ese rincón de Europa.
Este "Панихида" (Panihida) viene a retratarnos las formalidades y las ceremonias fúnebres en las iglesias del rito cristiano oriental. Estos llantos, cantos y rituales son los equivalentes a los réquiem latinos, y por ello es que las ocho canciones que aquí se congregan estan recubiertas por ese Black melódico que desborda aflicción y desconsuelo por los cuatros costados, siempre castigado bajo varias capas de distorsión indiscriminada que le aportan un bienvenido plus de naturalidad al invento.
Nuevamente, los cánticos litúrgicos se integran perfectamente a la mezcla, ensalzando todavía más una propuesta que nunca ha temido en incorporar elementos misteriosos y ajenos al subgénero, de corte ligeramente folclóricos. Sobre este revoltijo de simbolismo, las guitarras entretejen un huracán de melodías sencillamente espectacular, recogiendo los vestigios de su trabajo anterior y lanzándolos a un nuevo nivel de agresividad y ultranza. La feroz producción, responsabilidad del propio Drabikowski y de su estudio, ostenta un sonido artesanal en sus formas, logrando una peculiar fusión de los elementos religiosos con la melodía y con una voz aguardentosa que rezuma mucha potencia, sobre todo cuando está en compañía del rugir constante de una percusión avasalladora que otorga muy pocos permisos para la tregua.
La edificación de los temas se sostiene en base al constante dinamismo que le imprimen las guitarras, solidas en todo momento a pesar de ese sonido de a ratos cochambroso y retorcido. La maravillosa introducción a punteo taciturno de "Песнь 1" nos sirve de abreboca para un autentico desfile instrumental en "Песнь 2" que nada se reserva. A punta de shierks lacerantes y doble bombo, Batushka nos otorga una composición muy sólida que sabe equilibrar con destreza el Black moderno con esos cánticos eclesiásticos y toda su parafernalia respectiva.
La atmósfera es excesivamente dramática y mortuoria, tanto en las agónicas y deprimentes marchas a medio tiempo en "Песнь 3" como en los momentos de asfixiante salvajismo de "Песнь 5". Una rica variedad de giros, interludios y escaramuzas entre pesadas guitarras rítmicas y divinos riffs de exuberante melancolía nos propician una escenografía muy bien decorada, con emocionantes secciones de percusión y una constante alternancia entre desconsoladores berridos y growls de alta factura interpretativa. Y por si fuera poco, el bajo no se esconde en ningún instante. Quizás sí queda algo aplastado cuando todos los instrumentos suenan juntos, pero en los apartados de máxima tensión y sunpense se hace notar con contundencia gracias a líneas más que acertadas.
La mayoría de los temas contienen su propio preámbulo, su propia letanía que se irá alargando y contorsionando a modo de súplica, acomodándose a su antojo por entre las armonías. Y si bien temas como "Песнь 6" no representan una verdadera sorpresa de buenas a primeras, a lo largo de su desarrollo divisaremos fragmentos evocadores de hiriente belleza donde la guitarra de Derph alcanza un sonido y una profundidad digna de ovación. Un caso similar sucede con "Песнь 7" y su incesante doble bombo que te desolla a placer mientras los coros de fondo elevan de manera progresiva al conjunto. Y por último, es simplemente imposible no mencionar a la épica "Песнь 8", la cual se desenvuelve de una forma un poquito más variada en comparación a sus hermanas y arrolla todo lo que se le atraviese gracias a una instrumentación prodigiosa que sabe jugar con las intensidades y que se erige como una de las mejores piezas del álbum.
He aquí un disco complejo, que no ofrece todo su potencial a primera escucha. Bello, oscuro y evocador. El sonido es agresivo, robusto y muy coherente con la propuesta a la que estamos acostumbrados. Sin escabullirse de los parámetros que estableció su debut, esta nueva arremetida de Batushka lo vuelve a situar, en mi opinión, en un importante pedestal dentro de la escena del Black Metal contemporáneo.
Krzysztof Drabikowski sorprendió a todo mundo y movió ficha, encestando un poderoso golpe musical que hacía mucha falta después de tanta polémica. A la fecha, el futuro del proyecto sigue siendo incierto, pero los cuatro cuernos que se lleva "Panihida" son una auténtica certeza. Un regreso ciertamente importante que va a dar muchísimo de qué hablar.
Христофор: Voz, guitarra, bajo, batería