Vlad Tepes / Belkètre - March To The Black Holocaust

Enviado por MetalPriest el Dom, 03/01/2021 - 12:11
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1. Vlad Tepes - Wladimir's March
2. Vlad Tepes - Massacre Song from the Devastated Lands

3. Vlad Tepes - In Holocaust to the Natural Darkness
4. Vlad Tepes - Drink the Poetry of the Celtic Disciple
5. Vlad Tepes - Dans Nôtre Chute
6. Vlad Tepes - Misery Fear & Storm Hunger
7. Vlad Tepes - Diabolical Reaps
8. Vlad Tepes - Under the Carpathian Yoke
9. Belkètre - Guilty
10. Belkètre - A Day Will Dawn
11. Belkètre - Hate
12. Belkètre - Last Sigh of God
13. Belkètre - Night of Sadness
14. Belkètre - Despair
15. Belkètre - Those of Our Blood
16. Belkètre - If We Had...

A lo largo de su vida todo acólito o seguidor del Black Metal termina oyendo hablar de Les Légions Noires (o The Black Legions) de Francia, la que vendría siendo la respuesta gabacha del Inner Circle. Si bien el grupúsculo de Noruega tiene sus historias truculentas y mitos absurdos, en el caso de sus homólogos franceses la cosa no iba a ser distinta.

Como todos sabemos, con el detonante de personalidades como Venom, Bathory o Hellhammer/Celtic Frost, poco a poco se fue conformando una suerte de idea o concepto que con el paso de los años iría tomando forma y se bautizaría ya sabéis como. En diversos emplazamientos de la Tierra aparecían agrupaciones nuevas pretendiendo ser las más crudas, extremas, sucias o malvadas, y todo esto se llevó a la enésima potencia cuando Mayhem apareció en escena. Desde Brest (una de las poblaciones situadas más al Oeste de Francia), irían apareciendo estas nuevas agrupaciones, claramente influenciadas por lo que Euronymous estaba desatando en Noruega. Mientras en un lado iban apareciendo agrupaciones como Darkthrone, Immortal o Burzum, en Brest y alrededores aparecerían Mütiilation, Belkètre, Vlad Tepes o Black Murder. Y si bien los escandinavos venían resueltos a ser los más abyectos y guarros del orbe, esta otra gente decidiría no solo competir en ese terreno, sino que además se propondrían ser más underground que los primeros y todavía más herméticos y misteriosos. Casi inapreciables, como un susurro en medio de la tempestad. Tanto es así que únicamente Mütiilation llegaron a debutar con un verdadero álbum de estudio, el Vampires Of Black Imperial Blood (1995, Drakkar Productions). Irónicamente, a pesar de ser la agrupación pionera del movimiento y a su vez la más exitosa, el resto de miembros terminarían por echar de LLN a Mütiilation por la peregrina razón de que Meyhna'ch tomaba (ocasional o habitualmente) drogas, lo cual conllevaría el fin de las Black Legions por efecto dominó (allá por 1997).

Sea como fuere, el grueso de los aportes de esta panda de flipados se encuentra en maquetas, splits y algún EP suelto. Y a pesar de lo duros de oír que puedan resultar varios de estos artefactos y lo endogámicos que se presentan como conjunto, en su colectivo se esconden indiscutibles tesoros que afianzarían la fama y la leyenda de tal movimiento. Entre muchos de estos lanzamientos, podemos destacar el split titulado March to the Black Holocaust que se cascaron Vlad Tepes y Belkètre (también en 1995), el cual salió bajo Embassy Productions y terminaría siendo re-editado por Drakkar Productions, como tantas otras obras de LLN.

En esta obra se condensa probablemente lo mejor y más clásico tanto de Vlad Tepes como de Belkètre. Aunque eso sí: Hay que reconocer que la media hora y pico de los Tepes es claramente superior a los veintimuchos de Belkètre. Ya no solo por el sonido en sí, sino porque los primeros nos ofrecen un riquísimo octeto de piezas innegablemente carismáticas. Todas, y cuando digo todas es TODAS, con una personalidad, carisma y actitud arrolladoras. Insisto que no es solo que hablemos de un split bien valorado de una escena mitificada de una década todavía más mitificada… es que sencillamente todo lo que aportan los primeros es oro puro y lo de los segundos… se rifa entre el oro y la plata.

Del lado de Vlad Tepes, tenemos la obertura Wladimir's March / Massacre Song from the Devastated Lands, que juega con una épica intro contrastada por una tormentosa pieza de Black Metal de la mejor calidad. Desde ahí, pasando por joyas como la CLÁSICA Drink the Poetry of the Celtic Disciple, la deudora de War (de Burzum) In Holocaust to the Natural Darkness o la octava Under the Carpathian Yoke, para no alargarnos. Pero como decía: una primera mitad es de lujo. Me alargaría párrafos únicamente con ella, pero ¿para qué?

Luego vendrá la parte de Belkètre, inaugurada por Guilty, emanando cochambre a todas las direcciones y haciendo un insólito alarde de actitud, velocidad y caos. Si bien la extrema suciedad se extenderá durante lo que resta de split, hay que destacar cosas como la inquietante Hate o la bella Night of Sadness, el momento en el que los Belkètre tocan techo a nivel compositivo violentamente dejando un boquete tras de sí. La pega de la parte que corresponde a estos tipos es que como digo, no llegan a los niveles de excelencia de Vlad Tepes, pero esto no significa que la experiencia se convierta en un fiasco, es más: cuantas más escuchas se le da, resulta más evidente que lo propuesto por Belkètre dista mucho de ser “una mierda cualquiera”. Se trata de una de esas creaciones perturbadoras en las que predomina la barbarie y agresividad a la elaboración o el tacto compositivo. No estamos ante unos Emperor o Dimmu Borgir, lo que crearon por aquellos años Vordb Dréagvor y Aäkon Këëtrëh no persigue otra cosa sino desagradar abrumando al oyente con sus rábidas composiciones maqueteras.

March to the Black Holocaust es una de las creaciones más remarcables de las legiones negras y uno de los mejores puntos de entrada a dicha escena junto con el imbatible Vampires Of Black Imperial Blood o el Time of Sabbath de Torgeist. Es uno de esos splits que explican en su propio idioma en qué consistió el fenómeno Black Metal y por qué las legiones terminaron siendo tan respetadas y mitificadas con el paso de los años. Está claro que por aquellos años salieron obras más perfiladas, con composiciones incluso superiores y producciones infinitamente mejores. Eso no se puede discutir de ninguna de las maneras, ahora bien: trabajos con tamaño alarde de “actitud Black Metal”… ¡Uff! Cuesta encontrarlos.

Si tuviera que puntuar cada parte, a la de Vlad Tepes le pondría un 9 y pico y a la de Belkètre sobre un 8. Como tenemos que evaluar el conjunto, me decidiré por un 8,5 y cuatro cuernos medio-altos. Esta es una de esas ocasiones en las que la tentación de poner cinco cuernos se hace vigente y palpable, pero por otro lado creo que esta es una calificación justa a pesar de todo.

Vlad Tepes:

Vorlok Drakksteim: voz y bajo.
Wlad Drakksteim: voz, guitarras y batería.

Belkètre:

Aäkon Këëtrëh: guitarras y coros.
Vordb Dréagvor Uèzréèvb: voz, batería, bajo y guitarras.

Sello
Embassy Productions