
1. Get Inside - 3:13
2. Orchids - 4:24
3. Cold Reader - 3:41
4. Blotter - 4:12
5. Choose – 4:17
6. Monolith - 3:45
7. Inhale - 4:25
8. Bother - 4:00
9. Blue Study - 4:37
10. Take A Number – 3:42
11. Idle Hands - 3:56
12. Tumult - 4:03
13. Omega - 2:52
A más de uno le toca el peor trato por simplemente ser lo que es. Muchas veces no importa lo que hagamos, siempre aparecerá un exaltado a decir que pudimos haber hecho algo de una forma distinta o que no contamos con la sapiencia suficiente para realizar nuestra labor como es debido. ¿Cómo se llama eso? Prejuicios. Simple y llanamente.
Y yo, mientras escribo esta reseña sentado en mi sala, me doy cuenta de que existen personas cuyos aportes a la vida no es más que el mero hecho de estar siempre presente para provocar y criticar como salvajes solo porque no concordamos con sus perspectivas o con sus estrechos pasillos mentales. Porque esa es una analogía muy adecuada: la mente de cada persona es un complejo y oscuro laberinto donde sus pasillos asfixian a quienes osan entrar sin ninguna comprensión idílica de lo que yace en el interior de la misma. Depende de nosotros mismos delimitar la amplitud de los muros que los rodean. Es fácil vivir en una constante diatriba y atacando a todo el mundo solo porque un individuo no concuerda contigo.
¿Y por qué digo esto? Porque, a mi juicio, algunos de los subgéneros que engendraron el Rock y el Metal en los 90s fueron brutalmente criticados por la parroquia más convencional y restringida. El factor generacional juega un gran rol; es difícil que alguien que creció con los titanes de los 70s y 80s disfrute o al menos se interese en nuevas bandas con propuestas diferentes a las acostumbradas y con estructuras menos técnicas. Yo, a pesar de ser un aficionado de nuestra música cuyas bandas favoritas siempre han sido las clásicas y de porte más metalero, tuve mi despertar en la escena con agrupaciones de las satanizadas escuelas Alternativas, Grunge o New Metal. Claro, no tardaría en llegar ese fatídico video de The Unforgiven de Metallica que me cambiaría la vida para siempre; antes de eso, cosas como Nirvana, Korn o Pearl Jam era lo que escuchaba. ¿Qué puedo decir? Tenía ocho años. Pero hasta un niño de ocho años con algo de lógica puede diferenciar lo bueno de lo malo y hoy, a mis diecinueve años, puedo darme cuenta de que algunas de las bandas de estos estilos merecen sumo respeto por sus trayectorias, calidad e influencia en la escena.
Es bastante fácil englobar a todos los combos modernos como “malos” y hasta a veces como “ridículos”. Cualquier individuo sin el menor conocimiento de música puede hacer eso y seguir con su vida pasando de estas agrupaciones (me disculpo si ofendo a alguien). A mí me ha pasado más de una vez que juzgo de antemano a un género o grupo en particular por el simple hecho de haber tenido una mala primera impresión con el mismo. Son cosas que pasan y uno muchas veces es culpable por no hacer un mayor esfuerzo puesto que las mejores cosas de la vida son las que más cuestan. Se requiere una buena percepción musical para poder distinguir algo bueno de algo malo. Un sujeto cubierto de cuero y con una abundante melena puede ser un mediocre a la hora de hacer música mientras que el hombre que se viste como el vagabundo que está afuera de tu apartamento esperando a que le des algo de dinero para que se compre un whiskey puede ser un jodido Beethoven. No hay que juzgar por las apariencias o por el mero hecho de que una banda no nació para ser del estilo que más nos gusta. Muchas veces se nace para ser diferente y debemos dar gracias por eso. Porque sin eso, queridos lectores, no hubieran nacido los grupos que tanto amamos.
Hace un par de años, me topé con este grupo que nos agracia hoy, los americanos Stone Sour. Cuando mi pasado “moderno” estaba muy dejado atrás, el video de la canción Reborn estaba enlazado al que estaba escuchando de otro grupo. Debo decir que quedé simplemente sorprendido porque me pareció algo muy bueno. Y más luego de enterarme que era el mismo vocalista de los Slipknot; grupo que, a pesar de tener un par de temas buenos, me parece un poco sobrevalorado. Mucho humo se ha vendido de ellos y yo pienso que aquellos que pasan por alto esta banda del voceras norteamericano, Corey Taylor, se debe mucho a las impresiones que les han generado su hacer en la otra banda de Iowa. Pero Stone Sour son diferentes; una de esas bandas de la escena moderna que merece una escucha.
Es más, para quienes no conciben darle una oportunidad a este combo por una baja estima al otro grupo, debo decir que esta banda inició mucho antes que los Slipknot y su sonido está más anclado a la escena noventera por ser un producto de esa década. Luego de haber publicado dos álbumes con ese grupo, Corey decide revivir a este combo con el guitarrista de su banda, Jim Root. No tarda nada en armar el proyecto en el 2000 y en 2002 ve la luz este debut. Con diferencias marcadas a lo que hacían en su banda principal –que iré desmenuzando con el pasar de la reseña- podemos inferir que esto era como un método catártico del frontman para poder soltar influencias que distaban a lo estipulado hasta ese punto de su carrera.
Yo asumo que si has leído hasta este punto es que te interesa el álbum. Si no, ¿por qué la estás leyendo? No te estoy apuntando con una pistola y no tienes ninguna obligación de escucharlos, colega. La vida ya es muy dura para escuchar algo que no nos gusta. Pero si has llegado hasta aquí, si te has atrevido a expandir un poco los muros de tu laberinto, te doy la bienvenida. Aquellos que se han marchado tienen mi respeto porque no soy nadie para juzgarlos. Yo reseño para que escuchen el álbum en cuestión, no para defenestrar sin fundamentos. Veamos si este es un trabajo de verdad bueno o solo un pobre bodrio solista de un vocalista en ascenso. Solo hay una forma de juzgar a alguien o algo: midiendo sus acciones o su trabajo. ¿Quieren opinar con fundamentos? Catemos este debut de Stone Sour.
Portada simple pero oscura. De esas que carecen de detalles y, de cierta forma, incitan a la imaginación. ¿Por qué la ventana? ¿Acaso era todo lo que podían vislumbrar del mundo externo cuando hicieron este compendio de canciones y decidieron captar ese sentimiento de cautiverio en el arte de su álbum? No lo sé, pero sería una curiosidad de lo más interesante, ¿verdad? Aquí no hay cuero, agudos sobrehumanos o estridentes solos de guitarra. No hay letras poéticas o épicas. Estamos entrando en un terreno fangoso y desconocido para el metalero de estirpe pero no hay nada que temer. Hay que tener un poco de apertura mental y darles una oportunidad a estos muchachos. ¿Qué pasa si no te gustan? Yo no te voy a juzgar, amigo. No pasa nada. Pero los habrás escuchado y nadie podrá juzgar tu opinión al rechazar a estos norteamericanos u a otros de la escena “modernota”. Vamos, te estoy dando la oportunidad de tener la razón en una discusión. Y si eres como yo, sabrás que eso vale mucho.
Tanto hablar acerca de que no es un álbum tan Heavy y nos introducen con un trallazo del calibre de Get Inside. Con un inicio de lo más potente y duro, Taylor nos introduce con un estruendoso grito. Su estilo vocal muta bastante en este grupo y se le nota una mayor variedad que su banda madre. Aquí incluye una parte melódica (pre-estribillo), una suerte de canto rápido (no lo llamaría rapeo pero por ahí van los tiros) y sus típicos gritos en el estribillo. En realidad, este es el corte que más les recordará a lo hecho en Slipknot. El solo de Root es bastante bueno y ágil, como toda la instrumentación. Un opener de muy buena factura, si me lo preguntan. No es tan malo, ¿eh?
Orchids comienza con una intro de bajo de Economaki y se erige como mi tema favorito del trabajo. Aquí se combinan los elementos más Grunge de la banda con los riffs básicos pero distorsionados del desafortunadamente llamado Nu Metal. Buenas partes de guitarra en consonancia con las vocales más melódicas de Corey en esta canción. Una canción un tanto melancólica pero de lo más gozadora. Ese pre-estribillo es fenomenal y creo que merece ser mencionado. Oído a esas harmonías vocales en la sección calmada de la canción que son estupendas; sirven como un respiro para volver a los potentes riffs y cánticos de desamor de la canción. De la escena moderna, esta debe ser una de mis canciones favoritas. Van dos de dos.
Seguimos este penumbroso trayecto por las idiosincrasias destructoras de Cold Reader. Aquí se denota una instrumentación más dura –no tanto como en Get Inside- pero contrastada con las vocales suaves de Corey Taylor. A diferencia de su grupo principal, aquí hace más uso de las voces limpias que de los gritos. Es más, me atrevería a decir que su estilo bebe mucho del pozo Grunge, cosa que tiene su sentido porque vivió esa época y es amante de esos grupos. Creo que el estribillo puede tender a ser algo inmaduro. Lo siento, ya no tengo trece años y no estoy enojado con mis padres; no necesito algo de ese talante en las letras y gritos descontrolados de ese estilo. Exceptuando eso, me parece un tema bastante bueno y con la banda haciendo un gran trabajo en general. No son unos virtuosos pero saben facturar buenas canciones y sacar provecho de sus virtudes. Como debe hacer un buen grupo.
Blotter peca de no haber sido llevada correctamente al estudio. Suena algo lenta y mecánica, mientras que en el plano del directo fluye mucho mejor. Las líneas de bajo son buenas y el baterista también aporta mucho a la mezcla. Está muy claro que es el show de Taylor pero les recomiendo esta versión en vivo puesto que aquí se muestra su versatilidad de cambiar de registro en un mero segundo. A lo mejor tiene un registro mediocre y es seguro que no resistiría cantando los temas de vocalistas más “técnicos” o prodigiosos pero no hay que negar lo bien que suena a la hora de cantar. No quiero sonar como un fanático del hombre (realmente, no lo soy) pero tiene una voz que simplemente suena bien. ¿Talento? Lo más probable. Luego de cuatro temas de gran nivel y calidad, Choose me parece un tema de lo más regular. Hay un par de melodías interesantes y los riffs están pero no me termina de convencer. Recomiendo su escucha para que formen sus propias opiniones.
La siguiente, Monolith, me parece una mejoría del tema previo pero algo debilitado en comparación a las cuatro primeras canciones. Cierto, Corey canta muy bien y la banda se nota entregada pero no termino de sentirme comprado. Siento que le falta algo para poder sobresalir entre las demás canciones. Un buen estribillo, debo decir, y aceleran el paso al final para hacer algo trepidante. Inhale desenfunda la faceta de la banda que creció con Cobain, Cornell y Vedder como afiches de sus habitaciones. Fue uno de los primeros singles de la banda con un video donde los miembros de la banda aparecen como vagabundos (se los recomiendo). En cuanto a la canción, es un tanto más relajada pero creo que tiene sentido si nos damos cuenta de que el álbum ha bajado un poco la intensidad. Aquí Taylor hace una interpretación genial y cuando suben la dureza de la canción, los instrumentistas ganan protagonismo. Un muy buen tema.
Llegamos a una pieza que brilla por su simpleza y belleza: Bother. Una especie de oda a la melancolía y tristeza misma. Corey y una guitarra acústica es todo lo que vamos a escuchar y se logra una canción de lo más preciosa, a mi juicio. Reto a cualquier metalero puro a que me diga por qué esta no es una buena canción. Sea Metal, Rock, Pop o salsa, es una gran canción. Tienes a un vocalista que se está dejando el alma en su interpretación y en sus letras, mostrándose totalmente desgarrado en la desnudez de su corazón. Una de esas canciones que no requiere una gran complejidad para ser una extraordinaria pieza.
Recuperamos potencia y guitarras eléctricas con Blue Study. Una canción inquieta y con un par de efectos vocales bizarros pero con un nivel bastante respetable. Puede llegar a cansar un poco la homogeneidad de la gran mayoría del material de este álbum pero me parece que va delineando el estilo del combo para futuras entregas. Take A Number me parece un poco pasable y creo que el mayor defecto del trabajo es la vastedad de canciones que tiene, lo que puede generar algo de irregularidad por la variedad del mismo. Algo que pasa con Idle Hands. Es una canción que realmente no aporta mucho a la mesa y puede ser saltada sin el menor temor. La depresión y melancolía aquí está algo forzada, a pesar de que Root y Rand (gran guitarrista este último) hacen cuanto pueden para cargarse este tema al hombro.
Tumult sirve como otra mezcolanza entre lo más duro de la banda con su lado más tranquilo. Entre pasajes relajados se dispara con salvajismo y se recupera esa rabia tan necesaria con este estilo. Lo que siempre he pedido en este género es más sentimiento que cualquier otra cosa y si se hace bien, el resultado puede ser bastante gozador. Esta canción logra eso con mucha efectividad. Los teclados acaban, para todos los efectos, el álbum. Lo que sigue, Omega, no es más que Taylor narrando un poema que había escrito durante la creación del álbum. No dudo que tenga un significado emocional para él pero no aporta nada en absoluto al trabajo. Si era para poder perturbar al oyente, no lo logra, a mi parecer.
Aquí están los videos oficiales del álbum: Get Inside, Inhale y Bother.
Muy bien. Si has escuchado el álbum, solo te voy a decir algo: ¿sigues vivo? ¿Lo estás? ¿Entonces por qué tanta reluctancia a la hora de escuchar el álbum? Te haya gustado o no, la vida continua y no ha pasado nada malo. Si me preguntan, este me parece un buen álbum de Alternativo. Peca de tener un listado muy amplio y ser algo repetitivo, cosa que mejorarían con su segundo álbum.
Tres cuernos (medios) para Stone Sour. Hay que saber distinguir lo bueno de lo malo.
• Corey Taylor – Vocales, acústica en Bother, piano en Tumult
• James Root − Guitarra
• Josh Rand − Guitarra, Bajo en Kill Everybody y Road Hogs
• Shawn Economaki − Bajo
• Joel Ekman − Batería
Invitados:
• Sid Wilson – Tornamesas en Orchids, Cold Reader y Monolith
• Denny Gibbs – Órgano Hammond en Inhale y The Wicked
• Dan Spain - Batería en Kill Everybody and Road Hogs