
1. "Bad horsie"
2. "Juice"
3. "Die to live"
4. "The boy from Seattle"
5. "Ya-Yo Gakk"
6. "Kill the guy with the ball – The God eaters"
7. "Tender surrender"
Steve Vai es sin dudas uno de los mejores y mas influyentes guitarristas del siglo, con él no hay termino medio, o te encanta o te parece un sonao que hace música a ratos, bajo esa apariencia de alienígena extravagante y hippie. Eso si, lo que nadie puede dudar es de su calidad con sus Ibanez, llamadle loco si quereís, pero maestro también. Con esos sonidos marcianos, esos increíbles armónicos o su dominio del vibrato se ha ganado un puesto en el Olimpo de los hachas mundiales.
Ya con una carrera dilatada, recordemos que cuenta con 49 años, nacido el 6 de Junio del 60, con los tres seises del demonio en su fecha de nacimiento la cosa pintaba bien. Su recorrido hasta hoy ha sido intenso, aprendiendo con Satriani, madurando con Zappa (una influencia determinante en su sonido y eclectismo), etapas con Dave Lee Roth, Alcatrazz o Whitesnake le curtieron ante multitudes. Aún recuerdo su estelar aparición en Sevilla en la noche de las guitarras locas, con esa indumentaria llena de brillos, tal vez parecía mas una lampara que un guitarrista. Esa noche de 1991 me impactó de tal manera que ya no he podido dejar de admirarle, ¡como descargó The Animal y For the love of God aquella noche, Diosss!!.
No me gusta tanto su faceta como cantante, por mucho que lo intente, no tiene una voz de nivel, cosa que le ocurre también a Satch o a Paul Gilbert. Guitarristas impresionantes, de acuerdo, cantantes mediocres, también (no se puede tener todo en la vida, no?)
Hasta llegar a 1995 con este EP titulado “Alien love secrets” con esa portada emulando a la mítica película de Ridley Scott y su octavo pasajero, la cual nos acojonó bastante en su momento, Vai ya había editado “Flexable”, “Passion and warfare” y el irregular “Sex and religión” con Devin Townsend en la parte vocal.. Este último data del 1993 y ya había bastante mono por devorar material nuevo del artista americano, nos tuvimos que conformar con siete temas nuevos, todos instrumentales, pocos pero casi todos de alto nivel. Como curiosidad decir que los compuso y grabó en solo seis semanas, casi nada.
Para mi en este EP encontramos tres de las mejores composiciones de Vai, a saber: Bad horsie, Juice y Tender surrender.
La del caballo es sencillamente apabullante, el riff inicial ya lo había tocado Steve en la película “Cruce de caminos” en el célebre duelo contra Ralph Macchio el “Karate kid” del cine. Era divertido ver perder a Vai contra el niñato del sombrerico..divertido e irreal. En Bad horsie el sonido es gordo y heavy, de lo mas heavy que haya compuesto en su carrera, el bajo y la bateria suenan atronadores, noto el vello de punta cuando imita un caballo relinchando con sus Ibanez, mítico tema que en el solo del minuto cuatro toca el cielo. Espectacular digitalización, técnica y uso y abuso de todo su despliegue de pirotecnia en las siete cuerdas.
Juice es pura adrenalina, una montaña rusa de sensaciones, un temazo de ritmo vertiginoso y divertidas frases, 3.45 para enmarcar. Los solos se suceden sin respiro a partir del minuto dos, dejando satisfecho al oyente mas exigente, soberbio lo que nos regala en 2.30, trepidante y lleno de talento, gracias Mr Vai por ser tan bueno. Este tema me trae cierto recuerdo al Satch boggie de su amigo Joe, un orgasmo sonoro.
Mas reposada y con su sello inconfundible acude Die to live un bello paisaje en su estilo purista, limpio e intenso, con bonito solo, mas asequible que la siguiente The boy from Seattle de mayor vena experimental y complejidad compositiva, claramente con sabor a Zappa, Allan Holdsworth o Frank Gambale, contiene un solo con su efecto de duplicar la nota, destacable.Un buen tema de fusión, sin dudas.
Mas desenfadada y cachonda Ya-yo gakk con la voz de su hijo acompañándole todo el tema, en la que Steve imita los sonidos ininteligibles del crio con su guitarra, logrando un curioso efecto. En alguna frase parece entenderse “dame sitio” pero evidentemente es una elucubración de mi mente enferma, es un crio hablando y no se le entiende ni papa.
Como no todo podían ser flores para el disco tengo que hablar de la que menos me gusta de todas, Kill the guy with the ball es un tema que pese a ser cañero, me resulta repetitivo y me cansa, tiene energía pero acaba saturando un poco. Para colmo de males, dura siete minutos y no tiene solo, lamentablemente se alarga con unas notas finales algo insípidas en plan encuentros en la tercera fase, bajo el nombre de The God eaters.
Cierra la obra en el puesto número siete y en forma de balada ( como ya es costumbre en el hacha americano) una joya sensacional, un diamante en bruto que estuvo nominado a los Grammy, titulada Tender surrender. Llena de detalles y con un feeling supremo, las notas van transportándonos al universo Vai sin remedio. El espectro de su música es tan amplio que en esta roza el jazz y de nuevo la fusión, un corte intimista que nos maravilla en el punteo, posiblemente uno de los mejores que haya grabado y una referencia para cualquiera que este aprendiendo a tocar. Esa guitarra llora, chilla, habla, gime, tiene vida propia, en perfecta simbiosis hombre-instrumento. Espectacular temazo que cierra un gran disco, breve pero muy completo.
Steve editaría un dvd con la recopilación de los siete temas que componen el álbum destacando el del caballo, con Vai cubierto por purpurina, luciendo sus gafas de sol y con un aspecto futurista como gran parte de su obra.
Un monstruo de nuestro tiempo, no me cansaré de decirlo. Sonar único y tener tu estilo inconfundible está al alcance de muy pocos, ahí radica la esencia de un genio y Steve Vai es uno de ellos. Esto sin mencionar la perfección clavando los temas o la expresividad de sus gestos en directo, los que lo hemos disfrutado en vivo, no lo olvidamos fácilmente.
Cuatro cuernos, ocho Jalfords y medio, para esta muestra de creatividad de una mente privilegiada, que contiene piezas irrepetibles que nos hacen disfrutar sensaciones intensas. Bravo Steve, gracias por hacerme feliz.
Steve Vai - guitarrista
Tony Pimental -bajo
Chris Frazier.-bateria
Will Ryley -teclados