Spread Eagle - Spread Eagle

Enviado por Witchfyre el Mié, 17/07/2019 - 18:30
Spread Eagle

1. Broken City (5:34)
2. Back on the Bitch (3:03)
3. Switchblade Serenade (4:43)
4. Hot Sex (3:19)
5. Suzie Suicide (3:29)
6. Dead of Winter (5:40)
7. Scratch Like a Cat (4:03)
8. Thru These Eyes (5:46)
9. Spread Eagle (3:55)
10. 42nd Street (1:04)
11. Shotgun Kiss (4:33)

Comentaba hace bien poco como Chris Tsangarides había cogido a una pequeña banda japonesa y la había convertido en una auténtica máquina de hacer heavy metal en 1987. Esa creo que era la influencia que tenían los grandes productores en la época dorada de la industria musical. Pero, si en lugar de en las manos de un, digamos, Michael Wagener, caías en las de un tal Charlie Gambetta, la cosa cambiaba considerablemente y lo que debería haberse convertido en un buen hostión en toda la puta cara, se quedaba en una bofetada de mano abierta, con muy mala leche sí, pero bofetada al fin y al cabo.

Traigo a colación al señor Wagener de forma totalmente consciente ya que este humilde álbum de debut de estos neoyorquinos aparece emparedado entre los dos álbumes de cierta banda de la vecina New Jersey con la que guardan muchas similitudes. Mucho en común veo yo con Skid Row en estos Spread Eagle. Hard/sleaze con muchísima energía ("street metal" se autodenominaban de forma bastante acertada) que, tranquilamente, podríamos vincular con el toque festivo de su debut del 89, pero con un plus de mala hostia como sólo los Skids supieron plasmar en el gran Slave to the Grind, con el mérito añadido de que esto está editado un año antes. Eso sí, sin el brillo ni la fuerza que Michael Wagener le dio al segundo trabajo de Skid Row y que sigue siendo, a día de hoy, una de las producciones más conseguidas de todo el metal americano a oídos de un servidor.

Broken City empieza contundente. Riffs cortantes, una batería potente y la estridente, pero más que adecuada, voz de un Ray West que recuerda mucho a Axl Rose. Muy a lo Monkey Business, en mi opinión, y con un acertadísimo y melódico sólo de Paul DiBartolo que demuestra ser más que un simple destripacuerdas. Pura actitud macho. Sigue en la misma línea la macarra Back on the Bitch, pero aquí Gambetta empieza con su recital de despropósitos. Es sonar el primer riff y la entrada de la batería y parece un tema grabado en una sesión diferente. Vaya cagada, y ya sabéis lo que me puede llegar a joder eso. Aquí tenéis la razón principal por la que un disco que me gusta, y mucho, se queda sin su cuarto cuerno. Un productor te puede llevar al siguiente nivel, pero también te puede joder a base de bien y, si no, que se lo digan a Riot.

Switchblade Serenade cambia otra vez de sonido. El corte más pegadizo de todo el trabajo y, por supuesto, single escogido para MTV y demás medios mainstream de la época. Había potencial aquí. Los chavales suenan compactos, pintan bien ante la cámara, el vídeo luce mucho y hay actitud a raudales, pero el éxito no llega. El cocktail es más que adecuado, pero llegan un poquito tarde tarde a la fiesta y su segundo LP se hace esperar tres largos años. Aún así, sabemos que no había pastel para todos. Alguno aún lo consiguió en este 1990, último tren para los que buscaban ser las nuevas rockstars del momento, pero la mayoría naufragaron en el intento.

Hot Sex es tan lasciva como su nombre sugiere. Puro sleaze angelino, pero de NY, en la onda del debut de L.A. Guns. Un poco guarretes sí que son los chavales (el nombre de la banda ya lo deja claro), pero Gambetta la vuelve a liar. La madre que lo parió. No es que el disco suene mal, pero el tío se hizo la picha un lío con las ecualizaciones, o vete tú a saber qué, durante la grabación. Es lo que pasa cuando el productor está más colocado que la propia banda, digo yo, porque otra cosa no lo explica. Obviamente hay más de una sesión de grabación aquí y el Gambetta no fue capaz de homogeneizar el sonido entre ellas. Suzie Suicide cierra la cara A a todo trapo, recordando a los Motörhead más speedicos y dejando un gran sabor de boca pese a las cagadas de Gambetta.

Dead of Winter no está mal, pero se me hace un poco relajadita para empezar la cara B. En algún momento había que bajar el pistón, pero Scratch Like a Cat vuelve al sleaze más sucio y garajero recordando a unos Dangerous Toys o unos Faster Pussycat puestísimos de speed. Eso sí, Gambetta vuelve a aparecer, para mal. Thru these Eyes es la baladita de turno, sin más, pero la himníca Spread Eagle vuelve a mostrar la cara más macarra y lasciva de la banda. Puro rock ‘n’ roll hipervitaminado. Termina la cosa con una corta 42nd Street, acústica de aires sureños, que da paso a Shotgun Kiss, más bluesera y que a mí me recuerda a unos Tesla o Cinderella en versión heavy.

No es el sleaze mi zona de confort, y puede que aquí se noten mis carencias en el estilo, pero veía yo esta reseña como una pequeña deuda con un LP y una banda que considero uno de esos pequeños tesoros personales. A pesar de sus fallos, en aspectos técnicos básicamente, creo que es este un álbum que va a hacer flipar a los que os vaya el sleaze más cañero de Skid Row, Love/Hate, Dangerous Toys, Junkyard, Sea Hags, Every Mother's Nightmare, Cats in Boots o los primeros Guns n’ Roses y L.A. Guns. Como dije antes, debería llevarse los cuatro cuernos sobrado, pero se queda en tres por tu culpa, Charlie Gambetta.

6,75/10

- Ray West: voces
- Paul DiBartolo: guitarra
- Rob DeLuca: bajo
- Tommy Gallo: batería

Sello
MCA Records