Sinbreed - IV

Dos años tras el lanzamiento de Master Creator, Sinbreed, formación de Power Metal germano más que consolidada, ataca de nuevo con su cuarto trabajo de estudio, IV (título tan creativo y original como pobre su portada), un fuerte pretendiente a ofrecer lo que ya hicieron When Worlds Collide, Shadows y Master Creator: ofrecer un Power Metal agudo, directo y sin concisiones.

No cabe duda de que la banda encabezada por Alex Schulz (bajo), Frederik Ehmke (batería) y Flo Laurin (guitarra), pese a no ser inventores de la rueda precisamente, saben bien lo que se hacen y cómo jugar bien sus cartas y sus influencias como hijos directos de Helloween, Gamma Ray y Running Wild que son. ¡Y contra viento y marea, vaya! Sinbreed se muestran al mundo por medio de cambios importantes en su formación.
En primer lugar, tenemos la marcha del vocalista Herbie Langhans, un artista que ha ganado en popularidad los últimos años (véanse sus exitosas participaciones en el último álbum de Symphonity, King of Persia, y en los conciertos de Avantasia) cuyo lugar actualmente lo ocupa Nick Holleman, cantante sorprendentemente joven y dispuesto a darlo todo.
Y en segundo lugar está la adición del guitarrista -¡sorpresa!- español Manuel Seoane (ex-Ars Amandi, ex-Lujuria), cubriendo el lugar de segundo guitarrista que dejó el veterano Blind Guardian Marcus Siepen en 2015 (y que hizo adolecer el sonido de Master Creator de una forma u otra).

Ahora bien, y entrando ya en la materia que expresamente nos ocupa, hay que decir que IV es un álbum que va a por todas. Decididamente, Sinbreed ponen toda la carne en el asador desde el mismísimo principio. El primer track, First Under the Sun, da el pistoletazo de salida abriendo con unas suaves guitarras acústicas que rompen al entrar las eléctricas con contundencia, melodías marca de la casa teutona y un Holleman que, sin ser Langhans, se muestra entusiasta y convincente en su debut.
Como cabría esperar, Sinbreed, aún con un cantante que poco tiene que ver con Langhans, continúan siendo una mole de Power Metal con tonalidades de música para dar y regalar. Falling Down, una pieza dinámica y de instrumentales de sobresaliente ejecución, gustará desde sus primeros compases, y Wasted Trust, con ese cabalgador riff maidenesco, se corona como una de las canciones más apasionadas de toda su discografía. Asimismo, Into the Arena ejerce un potente riffeo más heavy y clásico, dotándole Holleman de un rasgo de melodía interesante en el estribillo, preparando el terreno para Pale-Hearted, tema en el que la banda ni se lo piensa dos veces a la hora de lucir como nunca su ejemplar dúo de guitarras.

Los alemanes tampoco dejan pasar la oportunidad de lucir tracks que son Running Wild total. Pride Strikes, por ejemplo, es un Power/Speed Metal veloz y directo que mucho bebe de discos de la índole de Black Hand Inn o Masquerade, y Final Call; de hecho, es una canción de temática pirata, a la cual Sinbreed se acomodan muy gustosamente, con todo lo que ello implica en el plano musical. Aun así, la pista que mejor se lleva el gato al agua es The Purge, donde la banda al completo juega con acierto con la diversidad de melodías y efectistas giros que derivan de su propio abanico compositivo. De lo mejor de IV.

En el último tramo del álbum se nos presentan dos canciones que rompen un poco con la tónica general del disco. Por su parte, At Least I Am es un track bastante más oscuro, incluyendo hasta vocales guturales que redondean al estribillo; mientras que el tema de cierre, Through the Fire, destaca por el sobresaliente uso del teclado Hammond, cortesía de Flo Laurin. Con el toque Power Metal de Sinbreed, nos encontramos ante un desenlace con sabor barroco a lo Yngwie Malmsteen, pero con el sonido clásico de Deep Purple.

Con este, su cuarto movimiento discográfico, Sinbreed siguen convenciendo como el primer día. Tenemos entre manos un álbum continuista y ciertamente lineal, lo cual entrechoca con el buen hacer y la excelente labor de producción de la que la banda hace gala en cada disco, sin ser éste la excepción.
Con más pros en cuanto a técnica, buen gusto y entusiasmo que en lo que a innovación respecta, Sinbreed vuelven a ser puerto seguro para todo amante del Power Metal alemán, contando, además, con una entrada espléndida del nuevo voceras. Superior a Master Creator y con las ansias de volar a la altura de Shadows, el placer de escuchar esta obra está más que asegurado.

Cuatro cuernos (8/10) para la cuarta baza del quinteto germano.