Scorpions - Unbreakable

Enviado por Gibson el Vie, 24/01/2014 - 11:59
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Es en el ya avanzado nuevo milenio, y más concretamente en el año 2004, cuando volveríamos a encontrar un nuevo trabajo en estudio de los Scorpions. Creo que no hace falta decir (aunque nunca está de más) que el grupo es un referente no solo del Rock, sino de la historia de la música en general... Una amplísima trayectoria, como la de los alemanes, llena de míticos discos y galardones de todo tipo es algo que solo puede estar al alcance de los "grandes maestros" (si, entrecomillado para que nadie se despiste..).

Aunque no voy a ser yo el que venga a descubrir a un grupo como Scorpions (y su monumental legado), ya que me parece que es algo bastante innecesario a estas alturas... Por contra, si me voy a ceñir más -lógicamente- en lo que fué este "Unbreakable", donde el grupo retornaba a su estilo característico con una producción muy acorde al año en que se editó.

Y digo que volvían a su estilo porque, en sus dos anteriores trabajos discográficos (obviando "Moment Of Glory" y "Acoustica"), se alejaron claramente de ese sello tan inherente y particularmente hardrockero... "Pure Instinct" (1996) estuvo muy enfocado a terrenos muy melódicos y, a pesar de atesorar una indiscutible calidad, pecaba en demasía del ámbito baladístico.
Mientras que en "Eye II Eye" (1999) el grupo experimentaba con un sonido muy en consonancia con el Pop-Rock, convirtiéndose, de esta forma, en un álbum que no fué del agrado por parte de la gran mayoría de sus seguidores.

Es evidente de que los Scorpions se dieron cuenta de que se estaban distanciando bastante del sonido de su época más gloriosa, de sus raices más rockeras. Las críticas a su anterior álbum en estudio -"Eye II Eye"- no debieron sentarle nada bien al grupo, y tomaron buena nota de ello. Así que con el siguiente álbum, este "Unbreakable", volvieron a su estilo más reconocible, esencial y con el que tanto éxito obtuvieron, y en cuyo título decidieron reflejar toda una declaración de principios donde mostraban un mensaje claro y contundente.

La formación para este disco presentaba una novedad en el puesto de bajista, entrando en el grupo el polaco Pawel Maciwoda sustituyendo a Ralph Rieckermann. En la batería se mantenía -una vez más- James Kottak, que llegó durante la gira del "Pure Instinct" en el año '96. Los míticos Klaus Meine, Rudolf Schenker y Matthias Jabs (el núcleo fuerte del grupo) completan la formación.

El disco abre con "New Generation", un tema en una línea algo oscura y con riffs de guitarra muy pesados en su estribillo, en una clara onda metalera, que se alterna perfectamente con otras partes más melódicas, donde comprobamos y llegamos a la conclusión que (después de tantísimos años en el "candelero" y con su voz prácticamente intacta) Klaus Meine no es de este mundo... El tema llega a su final con unos coros infantiles que le dan un toque de majestuosidad.

El sonido de guitarra potente y marcado continua haciendo acto de presencia en la siguiente "Love'em Or Leave'em", donde el grupo demuestra que volvieron en plena forma hardrockera y con Matthias Jabs clavando el solo de guitarra.

La incursión en terrenos más melódicos, esta vez enfocado en una clave mediotiempista, nos llega de la mano de "Deep And Dark", con una definición en su línea vocal realmente exquisita y que solo alguien de la talla de Meine le puede dar esa brillantez -tanto en sus estrofas como en el estribillo- para que el tema sepa cautivar desde su primera escucha.

La sencillez compositiva se palpa en "Borderline", con un riff muy machacón en un tema que denota una cierta línea de previsibilidad y que no llega a sorprender del todo... Aún así podemos rescatar su parte central con el puente y el breve pero inspirado solo de guitarra que posee el corte.

Más dinámica y acertada compositivamente se presenta "Blood Too Hot", un tema con unas estructuras y sonido que nos devuelven claramente a la época de su enorme "Crazy World", con sus ritmos pegadizos, y donde el grupo muestra la solidez interpretativa que siempre los ha caracterizado.

La primera (de las dos que incluye el álbum) balada nos llega con "Maybe I Maybe You", con una base de piano, donde se apoya la voz de Klaus Meine, que le otorga al tema una elegancia que se sale literalmente del mapa. Muy emotiva, y que en su parte final, con la incorporación de la guitarra eléctrica, el tema adquiere tintes dramáticos.

Con aires más festivos se presenta "Someday Is Now", con un sonido de guitarra muy marcado y una línea vocal muy melódica. Sin llegar a ser uno de los temas destacados del álbum sabe encajar notablemente en su concepto global.
Y en esas tesituras optimistas se mantiene la siguiente "My City My Town", donde se conjuga bastante bien el sonido de la guitarra eléctrica con el de la acústica, y que culmina perfectamente con un muy atractivo estribillo.

Con un claro sabor mediotiempista encontramos "Through My Eyes", con partes acústicas en sus estrofas que casan perfectamente con un estribillo melódico donde se incluye el siempre tan efectivo riff entrecortado, en un tema donde Klaus Meine nos vuelve a regalar -una vez más- su excelsa categoría vocal con una magnífica interpretación.

Sin dejar de lado el sonido más típicamente hardrockero y con el inconfundible sello del grupo, nos llegan los siguientes "Can You Feel It" y "This Time", que si bien no podríamos catalogarlos como temas excepcionales y que lleguen a sorprender, por contra, no pecan de mediocridad y por lo tanto no caen en la indiferencia del oyente. En el primero de ellos se incluye esa legendaria "talk box" que emplea Matthias Jabs en temas como "The Zoo", mientras que el segundo resulta más pegadizo, con un estribillo melódico bastante cautivador y sugerente.

La segunda balada del álbum la encontramos con "She Said", y aunque está muy lejos de ser comparada con sus clásicas baladas, no llegando a tener la calidad e inspiración de éstas, siempre resulta un placer escuchar la voz de Meine en esos terrenos más suaves.

Esa declaración de principios -a la que hice alusión anteriormente- queda perfectamente rubricada en "Remember The Good Times", cuando, en su última estrofa, Meine recita aquello de: "Estamos aún en pie después de todo". Un tema alegre, con chispa, con esa cierta onda festiva que tan bien saben plasmar los Scorpions, todo ello unido a una clara estructura compositiva ochentera, y que sirve para cerrar fenomenalmente el álbum.

En definitiva, "Unbreakable" supuso el regreso de Scorpions a la senda del Hard-Rock más genuino, a su verdadera identidad y personalidad. Cierto que no es un álbum que llegue a la altura de clasicazos como "Lovedrive", "Blackout" o "Love At First Sting", entre otros... Pero ello no es óbice para saber apreciar la calidad impregnada a lo largo de su minutaje, resultando un trabajo bastante destacable... Y eso es algo que, tratándose de estos dioses alemanes, es motivo más que suficiente para sentirse muy satisfecho.

En cuanto a la nota... Naturalmente siempre va a ser una cuestión subjetiva. Para mi, como seguidor declarado de la música que realizan estos jefazos del Rock, solo hay un álbum al cual puntuaría con 3 cuernos, y ese es el "Eye II Eye". Los restantes trabajos, dentro de su extensa discografía, de los 4 cuernos para arriba no bajan ni a hostias...

Klaus Meine: Voz
Rudolf Schenker: Guitarra
Matthias Jabs: Guitarra
Pawel Maciwoda: Bajo
James Kottak: Batería

Sello
BMG