Scorpions - Fly to the Rainbow

Enviado por stalker213 el Jue, 09/10/2008 - 18:01
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1. Speedy's Coming
2. They Need A Million
3. Drifting Sun
4. Fly People Fly
5. This Is My Song
6. Far Away
7. Fly to the Rainbow

¡Buenas, señores!

Aquí estamos de nuevo, y la verdad, no tenéis ni idea de las ganas que tenía ya de empezar a curtir todo el material clásico que tenemos pendiente de una de las bandas más absolutamente ENORMES e INFLUYENTES que han existido jamás (por favorrr, que quede esto muy claro) en el concierto Hard Rock / Heavy Metal de todos los tiempos. Evidentemente, no estoy hablando de nadie más que no sean los fundamentales e irrepetibles sajones, Scorpions. Rotundamente, una de las bandas Jefe de toda la movida, y sino que le pregunten a Maiden, Accept, etc...

Como alguien se atreva a discutir esto... ¡Ay! Como alguien se atreva a discutírmelo... que saco el garrote y le parto la cocorota para que entre en razón! Decir Scorpions, es llenarse la boca con hostias benditas, y quien no quiera o no pueda verlo, pues qué pena me da.

Como ya sabéis, acostumbro a encabezar mis 'hermosas' reseñas tejiendo un pequeño background (a veces no tan pequeño...) acerca de las bandas de las que os hablo, pero ciertamente... introducir o presentar a estos muchachos de Hannover, no tendría ningún sentido porque todos vosotros los conocéis sobradamente aunque solo sea por el mítico 'Still Loving You' (originalmente 'Still Loving Mi Peine') y otros tantos temazos de incalculable valor, machacados y triturados por cualquier emisora de radio, hasta decir basta.

Bien; Lo primero que podemos decir, sin riesgo a desviarnos un solo milímetro de la verdad, es que sin duda nos hallamos ante uno de los mejores álbumes de Hard Rock de la primera mitad de la década de los setenta, y no será porque no salieran discos buenos entonces...

Tras un excelente álbum debut, eso sí, todavía algo impersonal y lleno de influencias de aquí y de allá (normal por otra parte, de hecho en 'Fly to the Rainbow' todavía brillan algunas), lo primero que advertimos es como el influjo incontestable de Black Sabbath y sus estructuras rítmicas, quedan guardadas en el trastero, junto a los dos excelentes músicos que las produjeron: Lothar Heimberg (bajo) y Wolfgang Dziony (batería), siendo estos reemplazados en tiempo record con otros dos hachas, como Jurgen Rosenthal, que abandonó el barco tras este disco, y el mítico y siempre eficaz bajista, Francis Buchholz.

Por otra parte, vemos también como atrás quedan el lastre psicodélico y el inevitable 'hippysmo' de su anterior trabajo, en aras de un sonido ostensiblemente más crudo y directo; En este sentido 'Speedy's Coming' deja muy claro el terreno en el que estos jóvenes Scorpions ponen sus pies, y ya desde del principio gozamos del embrión de lo qué pronto se convertirá en ese trademark característico de los Scorpions de los '70, con la voz privilegiada de Meine al frente y las estratosféricas guitarras del sobrehumano combo formado por Schenker y Roth, que tantos momentos de gloria ofrecerían a la comunidad hardrockera de antaño.

Lo dicho; 'Speedy's Coming' es un trallazo, cuando todavía el Heavy Metal, apenas era un parpadeo en los ojos de Tony Iommi.

'They Need A Million' pone pronto de manifiesto, como la sobrecogedora capacidad de la banda, especialmente la de Meine, para trabajar líneas melódicas increíbles, era ya algo que la banda traía de serie ya desde el principio de su carrera. Brillante ese riff que arranca en (01:21) con ciertos aires españolitos, pero con prestaciones indefectiblemente germánicas. Como decía, Meine brilla como solo él sabe, durante la parte introductoria del tema, pero solo hasta que cede el micro al recién aterrizado Roth. La verdad, el hombre es un soberbio guitarrista, pero como intérprete no pasa más allá del aprovadete; Sinceramente, todavía no alcanzo a comprender cómo hostias se puede ceder el micro a un guitarra, cuando se tiene en la banda a un tío poseedor de una de las mejores voces de todos los tiempos... la verdad, no lo entiendo. Si no me equivoco, también Schenker suelta algún que otro lamento durante el transcurso del corte, pero es sencillamente Meine, el que únicamente haciendo los coros, 'steals the show' como suelen decir los anglosajones. A pesar de los pesares, excelente composición. En la tónica de este sobresaliente disco.

'Drifting Sun' empieza con un trallazo de Roth junto a los inevitables synths de la época flotando alrededor. Incomprensiblemente, volvemos a toparnos con Jon Uli Roth al micro, y bien... aunque no le llega a Meine ni a la suela de las chirucas, el tipo sale mejor parado que en el tema anterior, dejando patente su más que incipiente influjo bajo las directrices del Tío Jimmy. Así es, mucho Jimmy y mucho Hendrix oímos por aquí. Impresionante el contraste entre la primera parte del tema con la segunda, que empieza en (02:27) y en la que impera una extensa sección pseudo-espacial con las guitarras del Schenker y Roth liando un pollo sideral de proporciones macro-cósmicas. Enorme.

Llega 'Fly People Fly', y por si alguien no se había dado cuenta todavía, aquí, entre muchísimas otras cosas, tenemos a una de las voces más definitivamente aplastantes de todos los tiempos...

La de Klaus Meine ¿Quién sino?.

Ya lo sé. Sé que tendré que soportar miles de palos por lo qué voy a decir a continuación, pero si queréis saber la verdad, me da igual. Tengo las espaldas 'anchas' para aguantar eso y lo qué haga falta, y más todavía si es para poner en lo más alto el nombre del Tío Klaus.
Que Halford es el mejor, no lo discute ni Dios, en pijama, tirado en la cama y viendo las motos el domingo por la mañana. Pero el que va justo después, es Meine y punto. Dejaros de Díos, de Kiskes y menos todavía de Dickinsons... Vamos, la intensidad, la potencia y la sobrehumana melodía de Meine, no la ha soñado Bruce ni en sus sueños más húmedos.

Tal y como os decía, 'Fly People Fly' nos muestra a un Meine, en forma de semi-dios cantando al Arco Iris, pero no dejemos de lado al resto, porque la instrumentación de este temazo eterno, es simplemente destroyer y únicamente concebible en la mente de unos verdaderos jefes.

Qué hermosas y desgarradoras melodías revisten a esta inolvidable canción, compañeros.... Me ponen los pelos de punta, vaya...

Ese estribillo es simplemente para dejar todo lo qué uno esté haciendo, y dejarse llevar por los de Hannover hasta las nubes, previo crucero bajo los multicolores arcos del susodicho Rainbow.

Composición de hermosa factura sin par; No hay más.

Y es justo entonces, cuando empieza el descenso 'back to earth' nada más y nada menos, que a lomos de la antológica 'This Is My Song' con un Klaus Meine sonrojando a todos aquellos que presumen de saber cantar. Joder! Si a este hombre no le ha tocado Dios con la punta de la chorra en la garganta (qué grotesca visión...) yo no sé qué es lo que pasa con este señor, pero os puedo asegurar que en la vida he escuchado a nadie, DIGO A NADIE, con semejante grado de melodía en las cuerdas vocales; Y es que el tipo es tan grande, que ni tan siquiera una delicada operación de garganta en 1981, pudo con la voluntad de hierro de este 'pequeño' coloso. Su enorme fuerza de voluntad, lógicamente ligada a los inquebrantables vínculos de amistad con el superdotado Rudi Schenker, que hubiera esperado lo qué hubiera sido necesario para ver de vuelta en el estudio a su entrañable amigo, está sencillamente testada a prueba de bomba.

Hablando de 'This Is My Song', me he liado y enredado, hablando de Meine y sus excelencias, pero qué duda cabe de que para firmar un temazo como este, hace falta muchísimo más para poder llevarlo a cabo. Pero claro está, ese plus o ese punto de extra de calidad excelsa que a la inmensa mayoría costaría sangre, sudor y lágrimas, a un grupo como Scorpions, le viene por inercia, y sin que uno se dé apenas cuenta, y es que teniendo en nómina a dos pedazo de animales musicales del calibre de Ulrich Roth y el señor Rudolf Schenker, las cosas van rodadas como quien no quiere la cosa... Si además, cuentas con una sección rítmica, más firme y sólida que las titánicas heces de un mamut... pues entonces, ya solo queda ponerse de rodillas y orar ante uno de los monstruos más sagrados de todas las épocas del Rock.

Para que vosotros entendáis... Scorpions se formaron allá por 1966, vale? Así que ahí dejo el dato y no digo nada más al respecto...

Llega la celestial 'Far Away' (que evocador título), pero mucho ojo, porque esos coritos angelicales, duran únicamente hasta que en (02:06), creo que es Roth, pasa su centelleante guadaña, partiendo el hermoso lienzo trazado por las pinceladas Meineanas que tan bellamente impregnaban ese otrora calmo y evocador paisaje. ¿Qué sigue entonces? Pues Scorpions partiendo y repartiendo, como los jefazos que son. Música emotiva, melódica e intensa a partes iguales, y el bajo de Buchholz danzando al son de las mil y una gomosidades, contoneándose junto a las cautivadoras notas que surgen de los mástiles de las guitarras de Schenker y Roth, cual hermosa fuente de colores, directamente extraída de los sueños más hermosos y profundos que podamos albergar. Justificar la perfección, es básicamente perder es tiempo...

Seguimos inmersos en esta experiencia única llamada 'Fly to the Rainbow, y nos topamos sin más, con el tema del mismo nombre. Bien; Las acústicas, junto a la voz de Meine, simplemente emergen de uno de esos mundos que uno no puede ver ni tocar, y de nuevo, el descenso en barrena viene en forma de manotazo salvaje con ese zarpazo en (01:40) con ese trote bellotero de las cajas de Rosenthal y las notas del bajo de Buchholz, patinando justo por encima. Comentar otra vez lo de las guitarras, para volver a repetir que son perfectas, sería bastante absurdo, no? Mientras tanto, Meine que sigue a lo suyo, que es sacar los colores al resto de cantantes, al tiempo que da ejemplo de lo qué es un frontman de verdad, y no un saltimbanqui de tres al cuarto.

El tema se va prácticamente hasta los 10 minutos, y cuando llegamos a (04:34) nos vamos directamente de viaje a otra dimensión; Esa misma de la que os he hablado otras veces y a la cual solo tienen accesos los locos de la música que disfrutan como becerracos cuando tienen delante un disco y unos músicos de este poderío. Absolutamente demencial esta segunda parte del tema, atreviéndome incluso a señalar que me recuerda a los mismísimos Pink Floyd de principio de los setenta.

En definitiva; Palabras mayores que no pueden ser descritas...
Valga la estupidez.

En síntesis. Está claro que existen otros trabajos de Scorpions que habrán vendido más y que deben tener muchos más hits incrustados en su careto, tales como 'Lovedrive', 'Blackout' o 'Love At First Sting', pero ninguno como este irremplazable 'Fly to the Rainbow' se imbuye de la esencia más 100% Scorpions y setentera al fin y al cabo.

En definitiva, hablamos de un clásico básico imposible de esquivar, un éxito atronador, y un testimonio desgarrador de esos que rezan como el Hard Rock de los setenta, tiene un poso de divinidad y genialidad jamás igualado desde entonces.

Sobre la portada... simplemente decir que un pequeño resbalón lo sufre hasta la banda más grande.

Si ya lo tenías; Vuelve a pincharlo.
Caso contrario; Expía tus pecados y únete a la causa.

Mi valoración: 9.8

Klaus Meine: Voz
Ulrich Roth: Guitarra
Rudolf Schenker: Guitarra
Francis Buchholz: Bajo
Jurgen Rosenthal: Percusiones

Sello
RCA