
01. Squeeze Play
02. Strut It
03. Unsafe At Any Speed
04. Rat Trap
05. Cryptic Script
06. Plaid Plesiosaur
07. Spider Legs
08. Jocose Jenny
09. Noblesse Oblige
A principios de 1970 los astros parecieron alinearse y nos trajeron al mundo a uno de esos talentos innatos a la hora de componer y tocar la guitarra. Richie Kotzen descubrió pronto su vocación por tocar la guitarra y, una vez adquirió un poco de destreza comenzó a imitar a Clapton, Van Halen, Hendrix y, como el mismo dijo en una entrevista hace muchos años “a cualquiera que tuviera blues y alma a la hora de tocar”.
Aunque siempre se declaró un fan acérrimo de Kiss, poco tendría que ver su estilo con el de Paul Stanley y compañía. Esos fraseos tan personales que usa en cada verso, esa voz más cercana a la del fallecido Chris Cornell que a la del mencionado Stanley, ese uso inconfundible del shred…en ese sentido podría decirse que estamos ante un músico muy personal y con esa aura de misterio que le hace aún si cabe más interesante.
Tras haber hecho sus pinitos con Arthurs Museum a la corta edad de 16 años, banda con la que publicó un álbum llamado Gallery Closed, el joven músico decidió aventurarse a convertirse en el único compositor de sus canciones.
Sería con 29 años cuando, contando con la ayuda al bajo de Stuart Hamm y de Steve Smith a la batería, nuestro joven protagonista lanzó su primer disco como solista bajo nombre homónimo, que, como bien sabes querido lector, es el que nos atañe en este escrito.
La gran peculiaridad de esta obra es que es completamente instrumental. No sé si es que Kotzen no era consciente del potencial que tenía en sus cuerdas vocales, o si se trataba simplemente de un deseo personal el hecho de lanzar al mercado su primer disco en este formato, pero el caso es que la voz de este grande no se escucha en ningún momento. Así pues, si mi querido lector esperaba en esta obra algún agudo de Richie, siento decepcionarle. No obstante, si se está planteando dejar de leer este escrito permítame decirle que el menor peso de la voz se traduce, a su vez, en un mayor número de momentos estelares de guitarra, por lo que yo no desaprovecharía la ocasión de escucharlo (¡¡¡¡¡aunque no leas más de esta reseña, al menos escucha el disco!!!!).
“Squeeze Play” abre con un riff ardiente y extremadamente distorsionado que no tardará en mutar en un punteo de gusto más callejero y funkarra (aquí están los primeros guiños a lo que vendría años más tarde en grandes discos que nos ha dejado en solitario y con grandes bandas). Aunque obviamente el protagonismo absoluto del disco lo va a desempeñar la guitarra de Richie, no me gustaría olvidarme de aplaudir la sencilla pero presente pista de bajo de Stuart. Cada nota pulsada por Kotzen es un viaje a la locura. Termino de analizar esta primera canción invitándoles a escuchar el breve parón de 3 o 4 segundos que se produce en el minuto 2:40 que el músico entrelaza rápidamente con suaves licks.
Los primeros segundos de “Strut It” vienen decorados por unos teclados también firmados por Richie, pero pronto volveremos a encontrarnos ante una exhibición de cuatro minutos de maestría a las seis cuerdas en las que se intercalan momentos más rockeros con otros que etiquetaría de Funk (impresionante Stuart al bajo).
“Unsafe At Any Speed”, como su propio nombre indica, no es sino un despliegue demencial de todos los instrumentos donde las guitarras llegan a sonar similares a las que podemos encontrar, por ejemplo, en el Metal Progresivo. No intentes seguir el ritmo con la cabeza porque las contracturas en el cuello no te las curará ni el mejor fisioterapeuta.
Llama mucho la atención el contraste que nos presenta Richie en el inicio de “Rat Trap”, que parece más propio de una balada. Obviamente, y otra vez aludiendo al título, hemos caído en la “trampa para ratas” de Richie (no le estoy llamando rata, querido lector jejeje). Sobre una base de bajo y batería más pausada dentro de lo que cabe, Kotzen puntea nuevamente a una velocidad extrema (¿cuántas notas por minuto hace en esta canción? ¿y por segundo?). Grandioso tema que recuerda mucho a la posterior “Plaid Plesiosaur” en la que nos vuelve a engañar con un falso inicio melódico que termina en un nuevo duelo guitarrero (otro notable para el bajo en esta canción).
“Cryptic Script” tiene como punto fuerte (y esto es algo que personalmente me flipa muchísimo de este tipo de guitarristas) la incorporación en algunos momentos de la guitarra española punteada con una belleza magna que puede hechizar al oyente.
Punto a favor de “Spider Legs” no solo por los punteos soberbios que posee y a los que ya nos habremos acostumbrado a estas alturas del disco (eso nos puede llevar a caer en el error de pensar que parece sencillo o que Rich está falto de ideas a estas alturas del trabajo), sino a la base de riffs sobre la que el tema se edifica.
El disco finaliza igualito que empezó. “Jocose Jenny” y “Noblesse Obligue” vuelven a servir como excusa a Kotzen para darnos una buena ración de punteos. La primera tiene, en líneas generales, un tono más lento y cercano a una Power Ballad, mientras que con el tema final encontramos secciones más metaleras y funkies.
Había nacido una estrella. Este primer zarpazo discográfico de Kotzen cautivará a todo amante de la guitarra. No tardaron en lloverle las llamadas para realizar entrevistas en grandes revistas internacionales de música, así como para grabar vídeos instructivos para futuros genios. Solo un año después llegaría “Fever Dream” y, con este, el descubrimiento por parte del mundo del chorro de voz que este sujeto poseía. Pero ese es otro capítulo del que pronto os hablaré. Hasta entonces les dejo este disco por aquí y su correspondiente notaza.
Richie Kotzen: Guitarra y sintetizador
Stuart Hamm: Bajo
Steve Smith: Batería