
1. Angel In Black - 3:58
2. Kiss Of Death - 3:50
3. Back From Hell - 3:46
4. Now Or Never - 5:33
5. Fight The Fire – 4:23
6. Eye Of An Eagle - 4:28
7. Bleed For Me - 5:04
8. Nuclear Fire - 4:23
9. Red Rain - 4:51
10. Fire On The Horizon – 3:51
11. Living For The Metal – 3:42
12. Iron Fist In A Velvet Glove (Bonus Track) – 5:17
Innovar es algo que no todos los mortales somos afortunados de hacer. Es una capacidad especial que no todos poseemos y que nos permite romper los preceptos impuestos por la aborrecible sociedad actual, que parece estar en una misión mastodóntica para acabar con cualquier señal de la vida bohemia o libre de vomitivas normativas. Crear algo fresco y original, que tenga ese particular sello de calidad del autor, no es algo de todos los mortales. Y que se lo digan a Primal Fear y a su portentoso vocalista, Ralf Scheepers.
Es bien sabido por la parroquia que este combo nació del rechazo de los Judas Priest a Ralf Scheepers como su nuevo cantante, en detrimento de Tim “Ripper” Owens, otro fenomenal cantante. Matt Sinner, líder de los alemanes clásicos Sinner, acoge a su compatriota y decide montar su propia banda basada en el estilo de los británicos a mediados de los 90s, cuando pocas agrupaciones se atrevían a tocar Heavy Metal añejo y ochentero. Claro, no estoy haciendo ninguna revelación si ya han escuchado Primal Fear pero creo que es importante saber en qué punto de la historia estamos parados. Luego de dos trabajos muy buenos pero carentes de originalidad como el debut homónimo y Jaws Of Death, los de Ralf deciden volver al estudio para su tercer álbum y el primero en el Siglo XXI. Deciden jugar a lo seguro y seguir en la vertiente Judas Priest. Siempre he visto a estos alemanes como el escenario donde Halford nunca hubiera dejado la banda en el ’92 y Priest hubieran seguido la estela Painkiller por dos décadas. No es tan descabellado cuando se le analiza. Y creo que la hubiéramos pasado bien con esa opción.
Ahora, ¿Por qué habríamos de escuchar este Nuclear Fire, si no hay nada de innovación y se quedan con la misma ofrenda de siempre? No los culpo por tener esa duda, ya que yo también la tuve cuando me acerque a este álbum. Hay otro factor que juega sobremanera en esta ecuación y es el ímpetu, el espíritu, con el toques el material. Puede que tu material no sea en absoluto original y dejas más que claro de dónde sacaste los riffs o las melodías vocales pero si lo tocas con garra y corazón, podrás convencer a más de un desconfiado. Nuclear Fire se beneficia de haber sido producido con esa motivación y deseo de gloria. Es un álbum sumamente intenso y de lo más duro que escucharemos en la entonces inmensa movida Eurometal. Si en sus dos primeros trabajos ya mostraban prueba de su fortaleza y agresividad, aquí soltarían todos los demonios contenidos que tenían en sus instrumentos y Ralf se despacharía una performance digna del mejor Rob Halford. Todo en perfecta concomitancia con la sempiterna influencia Painkiller que ha tocado a la banda desde su nacimiento. Es más, este es el Painkiller de Primal Fear, donde alcanzan su mayor cuota de extremidad musical y nos conceden una obra que rara vez pierde fuelle y poder. El combo lo deja todo y nunca más volverían a sonar tan furiosos. El Heavy clásico estaba moribundo en aras del Nuevo Milenio y pocos se atrevían a alzar la bandera del credo. Ralf y sus muchachos se atrevían, dejando claro de dónde aprendieron sus proezas y que buscan defender a la parroquia.
Con los efectos sonoros que dan comienzo a Angel In Black, no tenemos idea de qué esperar. La introducción de batería y el afilado riff entrelazado con el grito estruendoso de Ralf, sabemos que esto inicia con potencia. La voz del alemán está en forma y nos lo hace saber en el fenomenal estribillo, donde destila una pasión sin parangón. Este corte ya es de lo más conocidos de la agrupación y con razón, ya que se beneficia de ir a por todas a las primeras de cambio. Una canción muy Power Metal pero más agresiva que lo que escuchamos normalmente en la escena europea. Solo hay que escuchar los solos para certificar dicha declaración. A la primera, Primal Fear entregan un temazo en todo el sentido de la palabra.
Siempre he abogado a favor de esta banda pero cuando te lanzan algo como Kiss Of Death, que es una copia grosera de Hell Patrol, uno se queda sin argumentos válidos para defenderlos. No me malinterpreten, Ralf canta de maravilla, Leibing y Wolter atacan con voracidad en las seis cuerdas y Sperling no se detiene nunca con la batería pero tal es el parecido con el corte del trabajo magno de Priest del ’90, que siento que es muy difícil decir que es una creación del combo. Si no les molestan los plagios descarados, les recomiendo la canción ya que es tocada con mucha energía. Un gran tema, si obviamos ese detalle que acabo de señalar.
Si comienzas a dudar de la efectiva maquinaria alemana, Back From Hell te asegura que no debes temer o flaquear antes las circunstancias. Notable interpretación vocal del pelón, demostrando una habilidad sagaz en el micrófono, alcanzando notas de infarto. El estribillo es de lo mejorcito que he escuchado y la instrumentación tampoco es un bodrio, sonando tan duros como pueden sonar en esta vertiente. Harmonías de guitarras nacidas de la escuela Maiden mescladas deliciosamente con la herencia Priest. La gran mayoría de esta obra está basada en la potencia e ir de frente, sin aplicar otros elementos secundarios. Un álbum muy directo y creo que a estos alemanes les sienta a las mil maravillas. Uno de mis temas favoritos de la banda.
Como buenos ochenteros que son, Now Or Never nos los muestra en un medio tiempo más tranquilo pero nada carente de calidad. Las guitarras tienen un tono notable y ya está establecido lo bien que suena el cantante. Otro estribillo ganador pero aquí se les nota aplicando unas tesituras más melódicas y agradables. El solo en este tema me gusta mucho porque suena muy intenso pero luego entra la otra guitarra para una melodía muy seductora. Personalmente, les recomiendo esta canción, ya que es muy buena y van a disfrutar mucho con ella.
Como dije al comienzo de la reseña, este es su álbum más pesado y dejan eso clarito con Fight The Fire, una demostración de guitarras salvajes y cuasi Thrash pero en mezcolanza con el estilo Heavy del combo. Aquí Ralf suena muy bien pero no destaco tanto su performance como en otras ocasiones. Son Leibing y Wolter los que se roban el show y muestran lo buenos que son con sus instrumentos. Bárbaro ese quiebre en la parte instrumental, donde se muestra que tan duros pueden ponerse estos alemanes cuando se lo proponen. Yo digo que cuando tienen ganas, pueden probar que tienen una calidad notoria aunque no sean los más innovadores en el circuito europeo. Aquí pueden escuchar su faceta más bestial.
Con alguna que otra vena Accept en las seis cuerdas, nos arrojan su típico corte de águilas titulado Eyes Of An Eagle. Una canción que fácilmente pudo haber sido parido en los dorados 80s, aquí se muestra un poco flojo en comparación al resto de los trallazos pero la banda lo da todo desde el primer segundo. Otro medio tiempo gozador y nada carente de ímpetu. Este es un álbum atrevido y se nota desde aquel primer bombazo del Ángel En Negro.
Después de haber disparado muchas municiones afiladas, aquí nos entregan una interesante canción, una suerte de balada, en la forma de Bleed For Me. Los guitarristas se limitan a suaves punteos y Ralf demuestra que lo suyo no son solo agudos, con una interpretación sentida. No sé cómo hará este sujeto pero tiene una gran voz. Lástima que Priest nunca se atrevió con él. Habría resultado en algo fascinante. La canción es muy buena pero no termina de despegar y te deja deseando que aceleraran el paso en el final para acabar con un cierto grado de gloria. Creo que la sensación que te deja este corte es que pudo haber sido mejor pero no es nada malo.
El tema título viene a continuación y es el más Power Metal del montón. Una fenomenal muestra de cómo el género puede ser aplicado con maestría y sin llegar a ser cansón o suavecito. Luego de un par de canciones más lentas, aquí vuelven a lo grande a las altas revoluciones. El estribillo es épico y remarcable, como todo el corte en cuestión. Puede ser algo oneroso realizar tantas canciones de esta calidad pero debo reconocer que hicieron un gran trabajo con la producción de este álbum. Uno de los puntos más altos del álbum, beneficiándose de las portentosas guitarras y como Sperling se desata como un animal sediento de sangre en esta pieza. Cambio de ritmo a mediados del tema, resultando en aun más brutalidad powermetalera por parte de estos psicóticos alemanes. Otra de esas canciones que me encantan.
No nos dejan respirar y el fenomenal de Red Rain hace aparición. Otro tema más en vena Power y de gran factura, si me preguntan. Aparte del afilado riff, la batería se mantiene activa y Ralf hace una interpretación de esas que hacen escuela. Cierto, el sujeto tal vez no sea más que un clon alemán de Halford pero en ese estilo, es un fenómeno. Tiene un pedazo de voz y muchos de nosotros desearíamos cantar así. Mucho sentimiento en niveles de intensidad notables. Pocos cantantes pueden mostrarse tan apasionados con una instrumentación tan movida. Se requiere garra y pocos metaleros genuinos la tienen. Una prueba de lo gran cantante que es Ralf Scheepers es Red Rain.
No paran la barbarie y así lo demuestra Fire On The Horizon. Un misil destinado a la cara de algún infiel al Heavy Metal más añejo y exquisito. Aquí alcanzan cuotas de Speed Metal y Ralf se desgañita en toda la cuestión. La misma fórmula es usada pero lo hacen de tal manera que uno no sienta que está escuchando la misma condenada canción. Acabaras gritando “FIREEEEEEEE ON THE HORIZOOOONNNNNN”.
Para vanagloria a nuestro amado estilo de música, se ponen pesados y lentos con Living For The Metal. La clásica declaración de intenciones que Primal Fear hace en cada álbum. Ahora, cabe mencionar que este álbum no escapa de algunos de los clichés de la banda pero se salen con la suya debido a la calidad con la que el trabajo ha sido manufacturado. La batería de Sperling es brutal y las guitarras son durísimas, en contraste al melódico y glorioso estribillo para lucimiento personal de su notable vocalista. Los solos se mantienen armoniosos y parsimoniosos en comparación a lo fuerte del resto del corte. Tal vez, el tema más glorioso y épico del álbum, con el aire de los 80s impregnado en toda la pieza.
Algunas versiones cuentan con el bonus track Iron Fist In A Velvet Glove. Usualmente, suelo reseñar solo la versión estándar del álbum pero como este tema me parece más que rescatable, he decidido agregarlo a esta crítica. Bueno, inicia con algunas notas de guitarra y va in crescendo hasta convertirse en el temazo más sentido de toda la obra. Sin la necesidad de surcar en terrenos de balada como Bleed For Me, este se erige con un estribillo ganador y con los instrumentistas en estado de gracia. En serio, ¿Qué estaban comiendo en este álbum? Deberían ver si lo ingieren de nuevo para callar bocas estos años. Un gran final para este pedazo de álbum.
Bueno, luego de haberme escuchado toda la obra varias veces, puedo decir que estamos ante uno de los mejores álbum de Power Metal europeo en el Siglo XXI. No raya en la cursilería o grandilocuencia a la que muchas bandas del estilo se les han acusado y se les nota en gran forma. Buenas vocales, riffs afilados y mucha potencia en la batería, sin mencionar un espíritu indomable… ¿Qué más podemos pedir?
Cuatro cuernos (medios – altos) para Nuclear Fire. 0% de innovación, 100% de corazón metalero.
• Ralf Scheepers - Vocales
• Stefan Leibing - Guitarra
• Henny Wolter - Guitarra
• Mat Sinner - Bajo
• Klaus Sperling - Batería