
1. Search Lights (03:19)
2. Fortune (02:47)
3. Megalomaniac (02:50)
4. Black Candles (05:06)
5. Gambler (03:16)
6. Stop Believin' (03:59)
7. Free Me, Leave Me (03:27)
8. Fire in the Brain (02:57)
Álbum completo: YouTube
Fire in the Brain llevaba demasiado tiempo en mi recámara. Sólo me hacía falta un empujoncito para dispararlo y ha sido precisamente la mano cibernética de un veterano la que me ha llevado a apretar el gatillo. Y como de manazas va la cosa, ahí irrumpe esta, ensangrentada, sosteniendo una calavera en llamas y bien armada para la batalla. ¿Puede ser más heavy una portada? Y si encima añado que no fue otro si no Börje Forsberg el responsable de dejar constancia de esto en celuloide (divinamente, por cierto) y ni más ni menos que su privilegiado vástago (un tal Thomas) el responsable de tal despliegue de arte visual metálico... ¿cómo os quedáis?
Algo debe tener el invento para que semejante par decidiese involucrarse por aquí y, joder, vaya si lo tiene. Esto es un discazo de heavy metal. De lo mejor parido por las tierras del norte en los años 80 y nada menos que en 1983, ojo, que poquito hay de este palo antes por aquellas latitudes. Y seguramente lo mejor salido en toda la década desde Finlandia. ¿Original? Tanto como un plato de melón con jamón, es el puto heavy metal de siempre. Pero, ojo, repito, 1983. Piece of Mind, Balls to the Wall, Metalmorfosis, Melissa, Bark at the Moon, Court in the Act, Power and the Glory, Pyromania, Tokyo Blade, Holy Diver, Heavy Metal Maniac, Forged in Fire, Queensrÿche... los putos amos aún estaban en plena diarrea creativa y estos cabronazos salidos de un pueblo de 5000 habitantes del suroeste de Finlandia van y se marcan un pedazo de LP que puedes escuchar al mismo tiempo que todos estos sin que se le lleguen a rasgar las costuras.
Entra Search Lights a toda hostia y rápidamente me voy a buscar a esos Raven, Jaguar, Savage, Tank... que apretaban una tuerca a la vieja NWOBHM. Sí, sí, toda esa mierda que se la ponía bien dura a esos jovencitos Miland Petrozza, Thomas Such, Thomas Gabriel Fischer, Marcel Schirmer... y los llevó a alumbrar casi todo metal extremo que te puedas echar a la cara. Ahí exactamente debemos encajar a Oz... como si la manita con la muñequera y la cabecita flameante no os lo hubiese dejado claro. Si has pinchado un puto disco de heavy metal en tu vida, y digo pinchado, literalmente, sabes que sólo mierda de la buena se puede esconder detrás de una portada semejante. Hay que tenerlos bien cuadrados y más si hasta tienes al puto Quorthon sosteniendo el cráneo en la foto de marras (eso me gusta creer a mí, aunque no sea su brazo el que figure).
¿Después de esto? Más y más heavy metal, a borbotones. Fortune, más rítmica y machacona, se te va a incrustar en el cerebro con su insistente estribillo y el cutre solillo de Megalomaniac desemboca en uno de esos riffacos simplones y brutales que sólo estas bandas de primerizo heavy metal conseguían hacer sonar así. Eso es tocar con pelotas, rasgando el escroto contra las cuerdas, justamente lo que ya no se hace hoy día. Black Candles viene siendo el guiño ocultista del álbum y cierra la cara A con un aire melódico y algo raruno, que consigue su objetivo al aportar un poco de clase a un Fire in the Brain que corría el riesgo de caer en el heavy metal speédico y gritón tan típico de esta época... y que no digo yo que no mole lo suyo, eh. Y no me digáis que ese aceleron con el solo no es la polla...
Cara B, arrancamos. Gambler, brutal, tan buena, si no mejor, que Search Lights. Aparece la influencia de los primeros Maiden por aquí y por allá. Mucha NWOBHM, pedazo de estribillo con unos arreglitos de guitarra cojonudos y un solazo de puta madre. Facilito y efectivo. Sin mariconadas, directo a la yugular. Stop Believin' riffea a como unos primigenios Metallica (¿suena a Diamond Head?) y Free Me, Leave Me también alardea de su espíritu proto-thrash acompañado de un estribillo irresistible y unos solos a medias entre Spooky Wolff y Speedy Foxx que harán las delicias de todo buen heavy de pro. Fire in the Brain... más caña, más músculo, más gritos, más soleo frenético y más meneo de melena rala con lucimiento de cartón incluido. Imposible no disfrutarla. Apenas 28 minutitos... ¿para qué más?
El problema de esta gente, seguramente que, a pesar de sus vínculos suecos, en Finlandia, en 1983, debían estar más solos que la una. Bueno, eso y que dieron bastantes palos de ciego en su carrera, que también tendría algo que ver. El siguiente III Warning también mola lo suyo pero, a partir de ahí, anduvieron bastante perdidos. Pero, ¿qué cojones de escena iban a tener por Finlandia a aquellas alturas? Algo que todavía confiere más mérito a un Fire in the Brain que antecede en muchos años a cualquier otra cosa rematadamente interesante que llegase de la tierra de los 1000 lagos. No me parece a mí poca cosa marcarse un LP como este por allí en 1983.
¿Nota? Yo qué sé, un 8,5 se lo merece tranquilamente. A ver, por ahí hay gente a la que se le va un poquito la olla y es capaz de ponértelo por encima de un Melissa o un Balls to the Wall. Ni de puta coña, pero está muy guapo igualmente. Muy recomendado para todo seguidor del buen heavy cañerito que pisaba el acelerador hacia el primigenio speed/thrash a principios-mediados de los 80. Ahora te toca a ti...
8,5/10
- Ape De Martini: voces
- Speedy Foxx: guitarra
- Jay C. Blade: bajo, voces
- Mark Ruffneck: batería
- Spooky Wolff: guitarra