Oppressor - Solstice of Oppression

Enviado por Kaleidoscope el Mar, 03/11/2020 - 18:50
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1. Seasons (05:27)
2. Eclipse into Eternity (04:40)
3. Devour the Soul (05:04)
4. And the Angels Fell (The Suffering) (04:49)
5. Prelude to Death (01:13)
6. Genocide (05:37)
7. Rotted Paradise (05:38)
8. As Blood Flows (04:07)
9. Dying Inside (05:06)

Álbum completo

¿Hasta qué punto la técnica se aleja de la esencia del Death Metal? Si bien es cierto que hay casos como los de Cynic, Nocturnus, Death o Atheist (con “Elements”) que entre más se iban volviendo técnicos y progresivos más se alejaban del Death Metal puramente dicho y se acercaban más a la experimentación (acertando en el centro de la diana ojo), también hubo otros casos como lo pueden ser “Scream of Anguish”, “Millenium”, “None So Vile”, “Effigy of the Forgotten” o “The Erosion of Sanity” donde exhibiciones bestiales de técnica no solo van de la mano de la brutalidad extrema, sino que también la amplifican.

De dicho grupo de técnica brutal hay un grupo, no demasiado conocido, que vale mucho la pena rescatar: los americanos Oppressor.

Oriundos de Illinois, Chicago, Oppressor se formaron en 1990 y lanzaron dos potables demos en 1991 y 1993 hasta que consiguieron un contrato con Red Light Records para lanzar su álbum debut en el 94: “Solstice of Oppression”.

“Solstice of Oppression” es un álbum con un aura oscura, atormentada y retorcida, ya reflejada de entrada en ese esquizofrénico artwork que recuerda lejanamente al de “Hallucinations” de los alemanes Atrocity combinado con el arte de “Dreams of the Carrion Kind” de Disincarnate. Y hablando de Atrocity, lo único con reminiscencias a ellos no es solo la portada, porque al escuchar la hermética, misteriosa y salvaje “Seasons” en más de una ocasión pueden recordar al “Todessehnsucht”, específicamente a “Godless Years” por ese juego intermitente entre oscuras acústicas y riffs barbáricos repentinos, logrando una atmósfera muy lograda y peculiar que como mínimo intriga. Y es que “Seasons” no puede ser un mejor opener para un álbum como este, la canción muta constantemente, como ese monstruo amorfo y distorsionado de la portada, todos los músicos destacan por igual, pero llamando la atención particularmente el vocalista con un registro grave, cercano al de un Chris Barnes o Frank Mullen, que berrea a la par que suenan enigmáticas acústicas, creando un contraste que en teoría no debería funcionar, pero en la práctica suena impresionante.

“Eclipse into Eternity” abre con un piano, que lejo de desentonar, magnifica el halo siniestro del álbum, que aterra no por sonar blasfemo o ritualístico, sino porque parece ser la música salida de la cabeza de un enfermo mental agobiado y torturado. Las guitarras lanzan unos riffs que van y vienen, llueven arpegios y armónicos que en lo personal me recuerdan mucho “Dreams of the Carrion Kind”. Por otra parte, “Devour The Soul” saca más el lado cavernícola y sanguinario de la banda, sonando brutos, pero manteniendo la destreza técnica, recordando a Cannibal Corpse cuando se ponen a aporrear las baterías y a zumbar las cuerdas con riffs machacones y en los solos sonando muy parecidos a al legendario James Murphy.

“And The Angels Fell (The Suffering)” vuelve a rescatar, brevemente, las acústicas al estilo de “Seasons”, mostrando punteos de guitarra mucho más brutales y machacacráneos con bastante reminiscencias a Suffocation, y entre martillazos intercalan elegantes solos de guitarra sutiles que dan un ligero toque fantasmagórico a la canción. Aquí lo que más brilla es la sección rítmica, sobre todo por Tom Schofield que se luce en la batería con un control descomunal en su instrumento, sabiendo construir un momentum colosal para luego soltarlo con el peso de 8 elefantes.

“Prelude to Death” trae el piano de vuelta por un minuto y a partir de aquí no hay más respiros, sino pura asfixia sin el mínimo acceso al oxígeno. Tanto “Genocide” como “”Rotted Paradise”, “As Blood Flows” y la caústica “Dying Inside” sigue por la misma línea de Death Metal sofocante, ultra mega grave y técnico con majestuosos solos de guitarra que paradójicamente suena tan refinado como primitivo.

“Solstice of Oppression” es un disco que supo beneficiarse e inspirarse muy bien de la movida técnica de la época, seguro se fijaron en discos como “Scream of Anguish”, “Effigy of the Forgotten”, “Dreams of the Carrion Kind” e incluso es muy posible que como mínimo hubiesen escuchado alguna vez aquel rompedor e inigualable “Todessehnsucht” de los luego irreconocibles Atrocity, y hablando de irreconocibles, los miembros de Oppressor fueron otros que en el tiempo dieron un cambio radical puesto que la mayoría de sus integrantes (Zadel, King y Schofield) junto con Shaun Glass (guitarrista de Broken Hope) formaron en el 98 un grupo de metal alternativo que alcanzaría el éxito comercial llamado Soil; un curioso y extraño caso que me recuerda al de los daneses Dominus que también pasaron de hacer un brutal y denso Death Metal a convertirse en una banda mainstream como Volbeat.

Sea como fuere, un disco más que recomendado para los simpatizantes del Death Metal enrevesado que no sacrifica ni una pizca de pesadez o barbaridad. En definitiva, un discazo cuya única tara es pecar de cierta linealidad, del resto esto un misilazo que va directo a explotar tu cerebro.

Valoración: 8.6

Tim King: Voz, Bajo, Teclados
Tom Schofield: Batería
Jim Stopper: Guitarras rítmicas, Guitarra acústica de 12 cuerdas
Adam Zadel: Guitarras solistas, Guitarras acústicas

Sello
Red Light Records