
1. Klagelied des Windes (01:49)
2. A Fallen Unicorn (06:31)
3. The Emerald Serpent Prince (06:34)
4. To Grey Olden Shores (05:07)
5. Pagan Poetry (Björk cover) (06:07)
Álbum completo: Bandcamp
Las cosas como son, me habría gustado dar buena cuenta por aquí de Onyx, uno de los mejores trabajos de black metal de los últimos 20 años para el que modestamente firma estas líneas, pero se me han adelantado. Por tanto y para dejar mi pequeña huella en la escasa trayectoria de los autores de mi álbum favorito editado nunca por banda griega alguna (suena exagerado, lo reconozco, pero no es que me haya sentido yo particularmente atraído por el metal venido desde tierras helenas a lo largo de mi vida), me detengo ahora con el mejor sucedáneo que se me ocurre de tan majestuosa obra. Sucedáneo, digo, porque este A Fallen Unicorn no es más que una mera prolongación de aquel ingente derroche de talento vertido en Onyx. Literalmente. Restos de las sesiones de grabación del mismo álbum, siempre me he preguntado hasta qué punto no habría cobrado más sentido incluir alguno de estos temas en aquella edición, teniendo en cuenta lo breves que se hacían sus 37 minutos de duración. Una eternidad para otros más mediocres, pero totalmente insuficientes para un trabajo de aquella calidad. ¿Habría resultado Onyx un álbum todavía mejor con alguna de estas que componen A Fallen Unicorn? Por lo que puedo escuchar, parece que sí.
Así que la historia es esa misma, A Fallen Unicorn es estrictamente un MLP con los descartes de Onyx, así que, quien espere algo de ese mismo nivel probablemente acabe algo defraudado. No es tan, tan bueno, pero, aún así, hasta los descartes de un álbum como aquel merecen realmente la pena. Hay más música de calidad en estos 26 minutos de la que otros serían capaces de reunir en todas sus carreras.
Tal era mi obsesión con Onyx tras su salida que, tan pronto como supe que Nocternity preparaban material nuevo, me puse en contacto con el propio Khal Drogo para hacerme con la edición, comprar merchandising vario y, de paso, entrevistarle para el fanzine con el que colaboraba por aquel entonces. No puedo negar mi ligera decepción al averiguar que no se trataba más que de “caras b" de aquellas sesiones de grabación de Onyx, lo que me hacía esperar algo menos de esmero en las composiciones y sonido pero, al menos, una cosa me garantizaba, su estilo sería totalmente continuista con aquel álbum que tanto me había maravillado un año antes.
Tres nuevas grabaciones de pleno derecho aunque, maestros del reciclaje como se han demostrado a lo largo de los años, el tema título ya había aparecido en un split con Kawir anteriormente, en otra versión, eso sí. Esto lo acompañan, como viene siendo habitual, con una pieza ambiental a cargo de Cristoph Ziegler (Vinterriket para los amigos) y una inesperada rendición de Björk convenientemente adaptada a su estilo, tanto que ni la propia islandesa la reconocería. A mí me acaba sonando como una aproximación más sentimental al black ambiental de unos Summoning, pero qué sabré yo, que nunca he sido muy fan de los austríacos y menos de Björk. La versión en CD contiene tres temas más. La original de A Fallen Unicorn y dos más extraídos de su split con los canadienses Akitsa, con lo que la cosa se va hasta casi 40 minutos. Pero, como reza bien claro el libreto (tengo ambas ediciones), A Fallen Unicorn no debe ser considerado el nuevo álbum de Nocternity. Nuevo álbum que aún tardaría la friolera de 11 años en llegar y que significó un considerable corte de rollo por su cambio de estilo para todos lo que llevábamos largo tiempo esperándolo.
Si para algo sirve esa aparente inutilidad de incluir dos veces el mismo tema, es para dejar bien claro como cambia una misma composición en dos versiones de estudio diferentes. La nueva, con una producción prácticamente clavada a la de Onyx, suena como un ventisca gélida en plena tormenta de nieve, mientras que la previa se antoja una leve y adorable brisa marina de primavera en comparación. Ya era un buen tema, pero con ese sonido y la avalancha provocada por Gionata Potenti tras los parches, A Fallen Unicorn arrasa todo a su paso mientras maravilla con su delicadeza. No me voy a parar con los temas “extra" porque lo que yo valoro y tengo entre manos es la edición en vinilo, a la que realmente encuentro cohesión. Quien tenga curiosidad por los accesorios, que los busque por algún lado, están fácilmente disponibles.
The Emerald Serpent Prince y To the Vast Golden Shores siguen la misma línea, aunque quizá no sean TAN buenas. Si el tema título ha sido reutilizado y encima sirve para bautizar el EP, mucha confianza debía tener en él y bien la merece. De todas formas, estamos hablando de otros dos buenos trallazos, la primera más agresiva y la segunda algo más lenta y melódica, que habrían funcionado en Onyx a la perfección. El mismo black metal furioso, épico, oscuro, gélido, místico y distante, aunque con un oído único para la melodía. Como agitar en una coctelera clasicazos del calibre de In the Nightside Eclipse, Pure Holocaust, Nachthymnen (from the Twilight Kingdom), Nemesis Divina, Filosofem, Hammerheart y Again Shall Be... y salir bastante airoso de la mezcla. Que no está a esa altura de casi ninguno de ellos, no pretendo colársela a nadie, pero tampoco está TAN lejos en términos de calidad y sonido ¡Menuda colección de temas tenía el colega bajo el brazo en aquel momento!
Lamento que, después de estos dos lanzamientos que van de la mano de forma indisoluble, Khal Drogo nunca haya sido capaz de darle respuesta a este material tan tremebundo. En aquella entrevista que antes mencionaba, me dijo que no editaría un nuevo álbum salvo que superase lo que contenía Onyx y le llevó 12 años decidirse... aún así, no lo consiguió y ese Harps of the Ancient Temples no se puede considerar otra cosa que no sea decepcionante en comparación.
Si habéis escuchado antes Onyx, sabéis exactamente lo que os vais a encontrar aquí, pues esto es, de forma inevitable, más de lo mismo. Si te gusta este corte de black metal, no dudes en ningún momento en darle una oportunidad a Nocternity, aunque yo te recomendaría empezar antes por ese álbum completo editado un año antes. Igualmente, A Fallen Unicorn brilla casi tanto como esas preciosas armaduras que forjaba el propio Khal Drogo y satisfará las expectativas de los más exigentes en esto del black metal. Yo le doy un 8,5 y a Onyx un 9, o incluso más. Ahí lo dejo.
- Khal Drogo: guitarras, martillos
- Merkaal: voces, bajo, artesanía
Músicos invitados:
- Vinterriket: todo (Klagelied des Windes)
- G. Potenti: batería (A Fallen Unicorn, The Emerald Serpent Prince y To Grey Olden Shores)