Monster Magnet - Last Patrol

Enviado por El Marqués el Dom, 10/11/2013 - 11:06
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1. I Live Behind the Clouds
2. Last Patrol
3. Three Kingfishers
4. Paradise
5. Hallelujah
6. Mindless Ones
7. The Duke of Supernature
8. End of Time
9. Stay Tuned
10. Strobe Light Beatdown
11. One Dead Moon

Si realmente llega el día en que Lemmy abandona los escenarios, algo que está por ver, seguro que no tiene inconveniente en ceder su puesto como mayor badass motherfucker del Rock and Roll en activo al gran Dave Wyndorf, alma mater de Monster Magnet, la banda de Stoner Hard Rock cósmico de New Jersey, que regresa con “Last Patrol”, su noveno disco de estudio.

Parece que fue ayer, pero han pasado ya 22 años desde que “Spine of God”, su primer disco, viera la luz. Monster Magnet aparecieron en el momento adecuado, con la Industria convulsionada por la irrupción de movimientos que arrasaban como torbellinos, uno tras otro, la escena en la recién estrenada década de los 90. Su Rock psicodélico, su individualidad, encajaban a la perfección en la corriente alternativa, ni eran heavyes ni grungies ni nada que se les pareciera, pero derrochaban actitud, autenticidad y carisma, una propuesta infalible en aquellos días en que se valoraban estos elementos tanto como la valía de las canciones.

“Superjudge” (1993) y sobre todo el colosal “Dopes to Infinity” (1995) –escuchad hoy mismo trallazos como “Negasonic Teenage Warhead” o “I Control, I Fly”, y luego me contáis-, les fueron acercando a la fama, y su mayor momento de popularidad llegó en el 98 con el demoledor “Powertrip”, del que no os exagero si digo que posee, junto a la dupla “The Hellion/Electric Eye”, el mejor comienzo para un disco en la historia del Rock, con aquellas dos descargas de energía salvaje que son “Crop Circle” y el title track, con Wyndorf cantando como un poseso aquellas inolvidables palabras: “No voy a volver a trabajar ni un dia mas/Los Dioses me han dicho que me relaje”.

El cambio de milenio no les sentó bien del todo, y con “God Says No”, por vez primera, bajaron un tanto el listón, que recuperaron en parte en 2004 con “Monolithic Baby”, un disco por desgracia irregular, descompensado, pues se inicia con seis bombazos que son de lo mejor que se grabó la pasada década, un orgasmo continuo desde “Slut Machine” hasta “Monolithic”, pero que, de manera incomprensible, pega un bajón a partir del octavo tema, privándonos del que podía haber sido el mejor álbum en toda su carrera.

Carentes ya de cualquier efecto sorpresa, y en unos tiempos más placenteros y menos dados a la innovación, han seguido a su aire entregando nuevos discos, siempre competentes y muy válidos, hasta este 2013, en que Wyndorf, parece que recuperado de los problemas de salud que le hicieron engordar como 30 kilos en estos últimos años, ha puesto de nuevo en marcha la maquinaria Magnet, una marca en la que ya sólo queda él desde los días de “Dopes to Infinity”.

Se echará de menos en directo la presencia de Ed Mundel, su guitarrista de siempre, pero Phil Caivano, a quien dieron la bienvenida en los créditos de “Powertrip”, ejerce eficazmente como nueva mano derecha, y aparte de tocar la guitarra y el bajo, ha participado junto al líder en las tareas de producción.

La portada, ese fruto de una noche de marcha entre Snaggletooth y una gorgona , que tanto me recuerda al diablo del “Iniquitous” de Rottrevore como a las Pinturas Negras de Goya , es excepcional como de costumbre, y Wyndorf acredita una vez mas a su técnico de luces Tim Cronin como a un miembro de pleno derecho de la banda, consciente de la importancia de la iluminación y la escenografía en los abrasivos shows de este grupo.

Y si en todos estos detalles nos demuestra el excelente estado de forma en que se encuentra, de la música no puede decirse menos. Hay quien dice que si han vuelto al sonido de los primeros discos, que si la Psicodelia, que si la omnipresente influencia de Hawkwind…Aquí lo que se escucha es sonido 100% Monster Magnet desde la primera nota a la última, como prueba ese inicio con “I Live Behind the Clouds”. El mamón de Wyndorf lo borda, entrando tras ese entretejido de guitarras tenues que se van sucediendo, en que cada nota atrapa tu atención y te obliga a adelantarte, a agudizar la mirada en espera de una nueva sorpresa a cada recodo del camino.

Y cómo canta. Qué seguridad y dominio de la situación transmite esa voz inconfundible. Realmente parece un Dios que vive tras las nubes y se ríe planificando caprichosamente nuestros destinos.

La edición standard trae nueve largos temas, que se amplían en dos en la Especial, y tanto en los cortes más densos, plagados de cuelgues instrumentales, como en los más inmediatos, alcanza un nivel de sobresaliente.

De los primeros, se te quedan al momento en la cabeza el title track, con sus nueve minutos de pura esencia Magnet, con su potencia, sus cambios, sus miles de estructuras grandiosas y sus detalles y ecos, “Paradise”, y ese “The Duke of Supernature”, de título tan genesiano.

Y de los cortes más directos, preparaos a hacer head banging con arrolladoras tonadas como “Mindless Ones”, el bonus “Strobe Light Beatdown”, y principalmente “End of Time”, una de las canciones más brutales que he oído en lo que va de año. El enlace entre esta pieza y el tensísimo medio tiempo “Stay Tuned” es otro de los momentos estelares del disco, y cualquier atisbo de linealidad se rompe con “Three Kingfishers”, versión perfectamente llevada al terreno Magnet de un tema folkie del cantautor escocés Donovan, del que os hablé en la reseña del “Billion Dollar Babies” de Alice Cooper.

El otro tema extra, “One Dead Moon”, es una perla que alterna delicados momentos acústicos con explosiones de violencia sónica, y una coda casi floydiana, con Wyndorf dándolo todo, y aleccionando sobre cómo desenvolverse con maestría en cualquier estilo.

Last Patrol no será el mejor Cd publicado en 2013, pero sí puedo afirmar que, en este año, pocos grupos tan buenos como Monster Magnet han editado nuevo material.

Dave Wyndorf: Voz, Guitarra, Teclados
Phil Caivano: Guitarra, Bajo
Garrett Sweeny: Guitarra, Sitar
Bob Pantella: Batería
Tim Cronin: Iluminaciones y Efectos

Sello
Napalm Records