Metal Law - Lawbreaker

Enviado por Hawkmoon el Vie, 03/08/2012 - 14:07
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1. Legacy of Knights (intro)
2. Crusaders of Light
3. Right to Rock
4. Lawbreaker
5. Between Dark and Light
6. Heroes Never Die
7. Open the Gates of Hell
8. Metal Law
9. The Caravan
10. Heavy Metal is Forever

Heavy Metal, nene. Del sobado, del de toda la vida. Del que, a veces incluso nosotros, gladiadores infatigables, nos hemos llegado a cansar.

No siempre iba a traer joyitas eternas e inmoralmente cojonudas, coñes. También hay que conocer el lado sosote, el previsible. Así se conoce todo. Sin taras en la educación metalera, vamos. Y, además, que tampoco te voy a hacer vivir un suplicio. Si te mola la escuela clásica, sacarás algo del viaje que te planteo. No mucho, no te creas. Pero algo, lo que sea, seguro que sí. Ni que sean treinta segundos de un temita o un solillo.

Metal Law, alemanes, son un combo que pasa, y mucho, de la escena actual. Nada de Groove, ni de ceremonias alterno-Thrash, ni de galope Melodeath. Nada de nada. Puro y duro Heavy Metal, chato. Del ochentero, del metálico-cegador, del que tanto te hablaba del puto Alejandro Magno, de la jodida Excalibur, del fogoso Ícaro o del molón Elric de Melniboné. Invento que ya hemos degustado una y mil veces. Y, seguro, peor. Pero es lo que toca para hoy. Si no te mola, déjale sítio al chavalillo ese de ahí, el pequeñillo, el de las incipientes melenas. Se le va más heavy que a tí, moñas.

Los muchachos, que tienen, a mis ojos, el valor añadido de rendirle tributo, tiempo, dinero y esfuerzo a un género que ya, por regla general (a no ser que seas un titán), no llena pabellones, no van a inventar la rueda. Eso queda claro. El querer plantarle cara al material sacro de dioses como Manowar, Maiden, Accept, Running Wild, Priest o Grave Digger, y mil años después de que estos se hayan establecido como lo más, como los auténticos portadores del sonido Heavy Metal, la élite guerrera, la cúspide cipotonera, es un suicidio. Y en toda regla. Pero si algo bueno tiene la comunidad clásica es que no se cansa de buscar a sus nuevos dioses. Ni de dar oportunidades a mierdecillas de campeonato (para ejemplos, los peleles de Hammerfall, los gilis de Edguy y toda una legión de mariconas que creen haber nacido tocadas por la magia de Odín).

Está claro que nunca volverán a nacer unos nuevos Manowar o unos nuevos Maiden, pues eso es producto de una era determinada, una necesidad imperiosa de autenticidad en la música en tiempos pretéritos. Pero me gusta que el género no quiera morir. La salud del Black, del Thrash o del Death, está mucho mejor, no parecen tan y tan viejos, tan cascadotes y anquilosados. A nivel creativo, tristemente, el añejo Metal dejó de dar joyas, auténticas joyas, hace lustros ya.

Todo lo que queda es un eco, estruendoso (eso sí), de un momento dorado. Y parte de ese eco, como la peste que deja un pedo de domingo noche (después de un buen finde fiestero-loco) aún un martes por la mañana, es lo que recojo ahora y te planto en la cara. No es Priest, no es Maiden, no es Manowar. Pero huele como ellos (a nivel simplón). Y denota pasión. Y eso es lo primordial en nuestro reino. Pasión y ganas. Sin eso, joder, no hay nada.

La portada me enrolla. Es cutrona de cojones, aún dentro de no estar mal creada. Tiene su gracia. El metalhead de turno, muy curradete (me recuerda a mí hará un par de añetes), y protegido por los parches de sus bandas predilectas, todo en un entorno mega-true (B.C Rich Warlock incluida), tiene su carisma. Carisma simplón, claro. Pero tiene su gracia. Todos hemos llevado (o llevamos) esas pintejas. La sonrisa, quieras que no, se te dispara. Aunque sea en plan "jejeje...qué cutres, cojones". Lo dicho, sonrisa. Hay mucha portada con la que, joder, más que reir lo que harías es metérsela al ilustrador por el culo. Y con el CD incluído, claro. Para que sepa lo que jode, y más a un metalero, notas que disfrutamos con las portadas casi tanto como con las tetas, encontrarse con una mala presentación. Heavy Metal añejo y portada cipotona deberían ir siempre de la mano. Metal Law no se la han currado en exceso, pero tampoco es basura sin esmero.

Al lío...

"Legacy of Knights", intro mega-chirriante que hace que ya te sangren los orejones, que disfraza de opereta una movida nacida de teclado cutrón, pronto dispara "Crusaders of Light", cabalgoso-mediotiempera, más ochentera que el flequillo de Bruce Dickinson, con toque Priest-Hammerfallero, baratero pero altamente metálico, trompetero, pero con la mínima calité para que, sin haberte dado cuenta, estar haciendo el gili. Cuernos al aire y melenón al viento. El tema no te pide más. Ni menos. Cierta épica, elegancia, unos soletes competentes y un vocalista, totalmente manowarista (o sea, a lo Eric Adams), pero en plan limitadote, que te harán recordar tiempos mejores.

"Right to Rock" (Manowar + Accept + Running Wild) y "Lawbreaker", que cabalgosa, con tinte power y doblebombero le rinde pleitesía al caminar y a la naturaleza de Iron Maiden, no engañan, no se casan con nadie ni te quieren caer bien. Son lo que son. Tributejos guitarreros y metálico-orgullosos. Nadie (nadie con visión y dos dedos de frente, claro) se quiere olvidar de lo cocinado en nuestro amado mundete desde 1980 hasta 1986. Metal Law, claro, tampoco.

"Between Dark and Light", honesta, casposilla, desfasada y true a partes iguales, y mogollón de sólida, nos enternece. Desde que el tema ha comenzado, jejeje, sabíamos, y perfectamente, como iba a acabar. Nos sabíamos cada rincón por el que ibamos a pasar, cada fragmento, pero, aún así, con años de lecciones a nuestras espaldotas, no paramos de darle al pie, de recitar (y sin ni conocer la puta letra del track). Lo sabroso, esté currado en el 82 o en el 2090, siempre sabrá bien. El Heavy Metal auténtico no está destinado a desaparecer. Pasará de pabellones a locales de medio aforo. De ahí a los antros. Y cada vez se hará más pequeñín. Pero no morirá. Siempre habrá alguien dispuesto a dejarse las melenas hasta el culo y a querer cambiar la mierda que le rodea, armado con una buena seis cuerdas y mala uva.

"Heroes Never Die", "Open the Gates of Hell" y "Metal Law", todas hijas de los mismos papás (la obvía triada Maiden-Priest-Manowar), nos dejan ante "The Caravan" (¿un sabroso descarte de "Louder than Hell"?) y "Heavy Metal is Forever", la típica onda que compones en tu primera banda, y que tiene cierto sabor cutrón a los Metalium (aquellos notas espaciales) y a Gamma Ray. Buenos cierres a la aventura True que nos han propuesto los alemanes.

3 cuernos (medio-bajos) para "Lawbreaker".

No están nada mal para pasar un ratete bien metaloso. Hijos del Heavy Metal ochentero, y a muerte. Y con un vocalista nada moñas (que ya tocaba), con un registro, además de ericadamsiano-manowarista, muy del Power ochentero, con pelotillas, sin voz de gilipollas.

Onda Manowar, onda bien auténtica. Nada brutal, claro. Pero es un disco muy majete. Simpático.

Te darán ganas de volver a darle caña a "Louder than Hell".

Karsten Degling: Voz, guitarra y teclados
Thomas Parchem: Guitarra
Michael Dobbertin: Bajo
Ingo Creß: Batería

Sello
Metal on Metal Records