
1. El rincón de mi mente (04:54)
2. Sueños de locura (03:52)
3. Una mañana de mayo (03:59)
4. Las flores blancas (03:35)
5. La esquina del viento (03:16)
6. Me invade una gran pasión (03:50)
7. Tiempo de miseria (05:18)
8. Amanece en la ciudad (03:38)
Medina Azahara es la personificación del ahínco, esfuerzo e insistencia soñadora en la esperanza a la hora en que Manuel Martínez decidió dedicar todo su ser a un ambicioso proyecto musical arraigado en el Rock andaluz, practicado por bandas como Triana, y Rock duro británico ‘blackmoriano’.
¿Éxito en la encrucijada? Barón Rojo, Héroes del Silencio, Leño, Los Suaves… en ese grupo de grandes abanderados de grandes clásicos del Rock de la indumentaria española, justo ahí está Medina Azahara.
Con un interesante doblete de estilos muy bien desarrollados, fuerte protagonismo en los melódicos instrumentales, el simplista, pero emotivo, carácter de sus letras mas el portentoso dote vocal de Manuel Martínez (la mismísima entidad, el alma mater, la voz, la cara, de lo que es Medina Azahara). Sentimiento y pasión por la cultura árabe-hispánica, el misticismo índico-oriental y el buen gusto por las grandes historias son los principales objetos que la banda alza por estandarte.
Ya lo lograron los andaluces con Paseando por la Mezquita (u homónimamente Medina Azahara, como se prefiere), uno de los principales buques insignia que componen su discografía.
Con un buen peso sostenido por himnos que, hasta día de hoy, son cantados una y otra vez en sus conciertos, y tan solo un año después del lanzamiento de dicho álbum, Medina Azahara, en 1981, se dispuso, prontamente, a escribir su segundo trabajo de estudio, el cual lleva por título La esquina del viento. Este disco supone un desarrollo natural y lógico de lo que fue aquel celebrado debut. Por ello, no cuesta mucho imaginar con qué lidiaremos a continuación. Pese a ello, estamos hablando de una de las obras más ignoradas y olvidadas de Medina Azahara, un disco cuya repercusión ha quedado traspasada tras los escombros del tiempo, lo cual no impide que se lo valore como lo que, de verdad, es: un LP absolutamente digno de considerarse perteneciente a la época más clásica y pura de Medina Azahara.
Paralelamente, podemos ver muchas similitudes con el álbum que precede al que aquí atendemos. Estructuras similares a las de Paseando por la Mezquita en el primer track, El rincón de mi mente, en el cual predominarán los excelentes instrumentales (mucho más sinfónicos y dinámicos en esta ocasión) que anteceden los coros y los puentes versales, observando a un Manuel que no ha perdido ni un ápice de fuelle, es más, se lo ve mucho más ejercitado y entrenado a nivel vocal. Imposible, además, no mencionar el maravilloso trabajo del dúo de cuerdas de Miguel Galán y Manuel Molina, bien estructurados y conducidos por los ritmos marcados por Pablo Rabadán y José Molina. Toda esta habilidad y talento se mantiene uniforme y estable a lo largo de la obra. Sin duda, estamos tratando con una de las mejores formaciones que haya gozado la banda, puede que incluso la mejor.
Así, Sueños de locura (pequeño clásico escondido) es un curioso conglomerado de matices picantes, siniestros y oscuros, envueltos en un conjunto melódico extraño y estrambótico.
En contraparte, Una mañana de mayo mantiene el estilo preciosista y de entonación soñadora cuan primavera tan característica de Medina Azahara. Sucede de forma similar en Las flores blancas, en el que los teclados consiguen un interesante efecto sonoro (¿un pequeño precursor de Velocidad, tal vez?
Continuamos con el tema titular, La esquina del viento, introduciéndonos mediante acelerados movimientos de bajo y redobles de batería, sobresaliendo su esencia a través de los destacables coros, siempre perfectamente edulcorados con sus múltiples solos de guitarra y teclado (los mismísimos Blackmore y Lord andaluces).
Aumenta la energía en Me invade una gran pasión, canción que recoge los cimientos más elementales de lo que es Medina Azahara: pura melodía y vitalicia alegría convertidas en pasionales notas musicales. Asimismo, Manuel Martínez no echa a perder ni un momento para demostrar, una y otra vez, la hermosura y el magnífico enaltecimiento de su voz.
Sin embargo, posiblemente el mejor tema sea Tiempos de miseria, y es que, verdaderamente, se lleva la palma. Es una composición de Rock entristecido, agachado y cabizbajo, aunque poética y musicalmente romántica.
Al igual que aquella “Recuerdos del ayer”, el disco toca su fin con la bonita Amanece en la ciudad, tema poco novedoso con respecto a lo visto anteriormente, sin quitar por ende que se trata de una muy buena canción, sin ser de las más destacables.
Imposible dejar pasar la oportunidad de escuchar y repasar La esquina del viento, sobre todo si se es seguidor, no solo de Medina Azahara, sino del Rock clásico hispano y su estilo más anclado en los ejes británicos.
Disco tristemente olvidado, escasamente comercial y sin grandes hits que inciten el hambre de su escucha, hits que ya promoverían más adelante, citables muchos como Me pregunto, Navajas de cartón o Es increíble.
Disco oscuro a la vez que tierno, una muestra cien por cien palpable de la belleza histriónica que siempre gusta expresar a los capitaneados por Manuel Martínez. A caballo entre Paseando por la Mezquita (su hermana menor, vamos) y la consiguiente Andalucía, se trata de uno de los peldaños más clásicos y nostálgicamente profundos de Medina Azahara. Quede por debajo, eso sí, su portada, nada que ver con las visibles en el debut o En Al-Hakim. Aspecto, per se, insignificante en contraste con lo que hallaremos en su interior.
Cuatro buenas cornamentas para este fabuloso canto a la hermosura eólica.
Manuel Martínez / Voz
Pablo Rabadán / Teclados
Manuel S. Molina / Bajo
José A. Molina / Batería
Miguel Galán / Guitarra