
1. Fuck Me Jesus
2. Departure from the Mortals
3. The Black...
4. Within the Abyss
5. Shut Up and Suffer
Se me ocurren pocos días mejores que hoy para recuperar y celebrar el nacimiento de una de las bandas más sacrílegas de todos los tiempos. Dejad que los incautos de los vecinos se atiborren de cordero y que el vino haga mella en sus corazones antes de que comiencen a canturrear los tradicionales villancicos ajenos a lo que en esta morada se cuece. Después de todo, honrando el espíritu blasfemo de Marduk y hablando particularmente de Black Metal sueco, hoy, aquí y ahora los milagros de Morgan “Evil” Håkansson se equiparan a los del carpintero más famoso de todos los tiempos.
Existen numerosas cualidades que delatan a una gran banda, siendo una de las más significativas la capacidad de dividir opiniones sobre cuál es su mejor álbum o etapa. En ese sentido se me ocurren pocas agrupaciones dentro del género que generen más disparidad de opiniones que Marduk. El paso de los años ha situado al celebrado Panzer Division Marduk —el Reign in Blood del Black Metal como muchos lo llaman— como la punta del iceberg, aunque a poco que uno empiece a bucear se encuentra con que la mayoría de las veces aquellos que crecieron junto a la banda en los noventas suelen inclinar la rodilla ante el más melódico Opus Nocturne. Luego hay otros —entre los que me encuentro— que se decantan por la última etapa junto a Mortuus, ya sea por época o porque sinceramente ven la alianza de esas dos bestias pardas que son Håkansson y Rosten como el cénit de la banda en muchos sentidos. Por supuesto también los hay que se postran ante el material más primigenio del grupo, aunque he de admitir que rara vez me los he topado pese a ser consciente del fetiche hacia Dark Endless en determinados círculos. En cualquier caso, el primer material de Marduk cuenta con el suficiente carisma como para convertir incluso al menos creyente.
Poca ayuda le hizo falta a un joven Morgan Håkansson —todas las letras y música son de él— para materializar la que debe ser una de las maquetas —originalmente titulada Demo #1— más legendarias que se recuerdan en el estilo. Es cierto que parte del merito se debe al tratamiento que el sello francés Osmose Productions se ha encargado de dar al artefacto en cuestión, reeditándolo por primera vez tan solo cuatro años después bajo el perfecto título de Fuck Me Jesus y acompañándolo de una nueva portada que casaba como anillo al dedo con la esencia de la banda. Antes de que alguno se rasgue las vestiduras permitidme aclarar que ciertamente soy de la opinión de que este tipo de textos deberían ir siempre acompañados de la portada original, no obstante, y sin que sirva de precedente, en esta ocasión me voy a ir por la tangente, porque que si está ilustración con esa mujer de oscuros deseos castigándose la puerta trasera con el crucifijo no es a día de hoy una de las imágenes más representativas del genero, entonces, no sé qué demonios pueda serlo.
El tema de la alineación en esta temprana encarnación de Marduk también tiene su miga y es que junto al jefe Håkansson están Rickard Kalm (bajista del que no tengo ninguna referencia luego de la grabación de Dark Endless), Andreas Axelsson (quien por la época ya compaginaba su rol de vocalista en Marduk con el de guitarrista en otra institución sueca como Edge of Sanity) y Joackim Götberg (batería que tras la deserción de Axelsson cambiaria las baquetas por el micrófono durante la época de Those of the Unlight y Opus Nocturne).
Desde los demoniacos berridos de la malograda Linda Blair en la introducción hasta el desenlace instrumental de “Shut Up and Suffer”, los casi trece minutos de Fuck Me Jesus apestan a clásico por los cuatro costados. Ciertamente la propuesta manejada aquí por Marduk juega, a groso modo, dentro de los parámetros del Death Metal, aunque he de admitir que simplemente por el hecho de afrontar el trabajo en retrospectiva —conociendo de antemano el posterior desarrollo de la banda— soy incapaz de no ver el alma totalmente negra que impregna cada uno de los tres cortes. En realidad los suecos no terminarían de ennegrecer su sonido de forma definitivamente hasta Those of the Unlight, aunque tampoco olvidemos que en los tiempos de esta demo la mayoría de las bandas del género estaban todavía haciendo la transición del Death al Black.
Los temas son innegablemente hijos de su contexto y época tal como atestigua ese grito a la inmortalidad que es “Departure from the Mortals” cuyas guitarras dejan a su paso una espesa niebla de distorsión que recuerda a las formas —quizá algo menos oxidadas— de los chicos de oro de Estocolmo. El corte esta además tímidamente aderezado con unos fantasmagóricos teclados que asoman fugazmente en la recta final y son una delicia. La grotesca “The Black…” —el único tema que se ha mantenido en los setlist de la banda de forma más o menos constante— avasalla al oyente con momentos bastante Doom sucedidos de beligerantes sacudidas lideradas por un Axelsson pletórico. Por su lado, "Within the Abyss" es un tema que la banda regrabaría para Here’s No Peace, un EP, con una historia detrás que merece su propio espacio, grabado algunos meses después de Fuck Me Jesus pese a que no vería la luz hasta el ’97. Líricamente la canción demuestra que desde el principio los muchachos estaban más interesados en las artes oscuras antes que en cuerpos putrefactos: «El incienso llena la cueva / donde el Sabbat es llevado a cabo / puedes sentir la lujuria en el aire».
Finalmente la producción del buen Dan Swanö, quien también se encargaría de la trilogía inicial de la banda, dota al trabajo de un sonido notable —tratándose de una maqueta— que contrasta notoriamente con el cacharrerismo imperante en este tipo de lanzamientos. Pese a ello, los temas cuentan con un acabado significativamente más crudo que el que presentarían en Dark Endless y es justamente eso lo que concede personalidad propia a este primer paso de la que en mi opinión es LA BANDA por excelencia de Black Metal sueco. Imagino que a muchos les arderán los dedos y les faltara tiempo para nombrar formaciones que probablemente se merezcan más el dichoso titulo. Sin embargo, mucho ojo con malinterpretar mis palabras, ya que esto no quiere decir ni muchos menos que Marduk hayan sido la banda más importante de Black Metal en sus tierras (si en está charada de texto le otorgaba a Håkansson el papel de Jesucristo no hace falta ni que decir cual le daría al señor Thomas Forsberg) ni tampoco necesariamente la más talentosa (está claro que la banda jamás ha atesorado la genialidad de unos Dissection) pero lo cierto es que a treinta años de su formación no ha existido otra agrupación en toda la escena que haya glorificado los salmos de sangre, fuego y muerte con el compromiso, determinación y buen hacer de los todopoderosos Marduk.
Morgan Håkansson: Guitarra
Rickard Kalm: Bajo
Joackim Götberg: Batería
Andreas Axelsson: Voz