
1. Live Wire
2. Come on and Dance
3. Public Enemy #1
4. Merry-Go-Round
5. Take Me to the Top
6. Piece of Your Action
7. Starry Eyes
8. Too Fast for Love
9. On With the Show
Antes de que les convencieran de que venderían más si volvían su música más accesible y menos impredecible, antes de sucumbir a la radiofórmula, ponerse a hacer videos a rebosar de tías buenas y convertir sus espectáculos en un circo en el que Tommy Lee daba vueltas metido entre rejas con su batería, y sobre todo antes de que cayeran bajo el látigo del domador Bob Rock, Mötley Crüe grabó este descarado y entretenido su primer álbum. En menos de un año fueron lanzadas dos versiones del mismo, por sendas discográficas, con distintas mezclas y ausencia de dos temas en la segunda ocasión, aquella con la que crecimos la mayoría, ya que la primera, la de Leathür Records, no ha tenido difusión mundial hasta hace relativamente poco.
Nos encontramos auténticas macarradas como Live Wire y la insigne Too Fast For Love; vaciladas como Come On And Dance, con su riff crujiente, ese ritmo marcado por un cencerro más gordo que el escroto del toro de Osborne y un curioso y siniestro interludio, la famosa Merry-Go-Round y estupendos temas más melódicos como Take Me To The Top, Starry Eyes y On With The Show, que es mi favorito, donde Mick Mars se luce con gusto y disimulo. Piece Of Your Action, con sus guitarras sucias y rastreras, es la única que suena un poco a cliché metalero.
Si bien Nikki Sixx es el alma y el creador de la mayoría de los temas, y Vince Neil y Tommy Lee son famosos incluso fuera del mundo del rock por sus devaneos con modelos y actrices de Hollywood, para mí la salsa de Motley Crue está en su guitarrista Mick Mars, quien arrastrando una espondilitis anquilosante desde la adolescencia hace gala de su estilazo con una discrección poco habitual en el gremio y alejada de su autocalificación como guitarrista rudo, agresivo y escandaloso. Por otro lado y para terminar, cierto es que la falta de afinación de Neil durante prácticamente todo disco raya el límite de lo tolerable, pero de alguna forma contribuye a ese acabado desaliñado y canalla que lo hace tan atractivo.
Vince Neil: Voz
Nikki Sixx: Bajo
Tommy Lee: Batería
Mick Mars: Guitarras