
1. Acid Rain - 6:36
2. Biaxident - 7:41
3. 914 - 4:01
4. Antoher Dimension - 9:50
5. When The Water Breaks - 16:57
6. Chewbacca - 13:35
7. Liquid Dreams - 10:50
8. Hourglass - 4:25
Hoy toca enfocarnos en el primer proyecto del baterista Mike Portnoy paralelo a Dream Theater, uno con el que, curiosamente, guarda ciertas similitudes tanto en la música como con quienes la ejecutan. Obviamente saben que me refiero a Liquid Tension Experiment, supergrupo que cuenta con la presencia de John Petrucci en la guitarra, Jordan Rudess en los teclados y Tony Levin en el bajo. Verdaderos monstruos, todos ellos, con un enorme reconocimiento dentro del mundo del rock/metal progresivo.
A pesar de lo que parecería manifestarse en un primer vistazo (o escucha), este proyecto paralelo no sólo se nutre del acoplamiento ya existente entre Portnoy y Petrucci (incluso desde los tiempos de Majesty), también se integran diversas influencias que tal vez no habían podido ser explotadas en Dream Theater (dadas las limitaciones que conlleva el tener a un vocalista como James Labrie) pero que se resuelven gracias a la colaboración de Rudess y Levin. Al escuchar el material producido por estos 4 monstruos, podemos reconocer fácilmente el legado que artistas como Al Di Meola, King Crimson o Kansas han dejado en ellos. Hay metal por aquí, jazz fusion por allá y excentricidades y hasta ritmos funky más allá. Todo está combinado de manera congruente sin caer demasiado en la autocomplacencia y el tedio, pero ojo al uso que le doy a la palabra "demasiado"...
A lo que me refiero es que no todo es miel sobre hojuelas y, dado que esto es un álbum puramente instrumental, puede que las y los escuchas lleguen a sentir un exceso de minutaje en determinados momentos. No les culpo si llegan a fatigarse con el Liquid Tension Experiment 2, pues, al igual que su antecesor, se extiende a más de 1 hora (además de que 3 de sus 8 temas poseen una duración superior a los 10 minutos). No está de sobra el decir que hay que contar con la paciencia y el espacio necesarios para enfrentarse a tan dilatada obra, la cual, una vez encontrándole el punto, nos hace gozar con muchos momentos de deleite auditivo.
Por si no quedaba claro lo que digo acerca de lo abrumador que puede ser lo que nos ofrece Liquid Tension Experiment, dejo una breve descripción que hizo la misma banda sobre el tema más largo de su primer entrega, “Three Minute Warning", y que bien podría servir para englobar toda esta propuesta: “esta música no está hecha para los musicalmente asustadizos, impacientes o críticos de la autocomplacencia extrema”. ¿Algo atrevido? Evidentemente. ¿Pretencioso? Un poco. ¿Sincero? ¡Por Supuesto! Pero no es una osadía el hablar con la verdad y advertir a las y los consumidores sobre el material al que están a punto de enfrentarse.
Esta segunda entrega tiene una producción idéntica a la anterior con la clara intención de dar una sensación orgánica y de mantener todo lo suficientemente balanceado para que cada instrumento pueda ser apreciado en su totalidad (al parecer a los músicos les encantó, ya que retomarían este modelo en su Metropolis Pt. 2). Personalmente, a mí me gusta mucho el cómo suena la mezcla de la batería de Portnoy (su caja me parece excepcional); también considero un gran acierto que el trabajo en estudio ayude a resaltar al Chapman Stick, ya que suele producir un sonido muy tenue debido a la técnica empleada en su ejecución.
Pues bien, hablemos del contenido per se: tenemos una grandiosa apertura llamada “Acid Rain” que nos recuerda a la fuerza con la que abría “Paradigm Shift” en el debut. En este tema la garra viene de parte de los riffs de Petrucci y el excepcional dinamismo de Portnoy. Pongan atención a los ritmos y encontrarán ciertas reminiscencias a Al Di Meola (la guitarra del minuto 4:16 es de lo más evidente). Si son seguidores del italoamericano, podrán identificar fácilmente de cuál de sus canciones proviene ese gran riff. Pero si no, les recomiendo encarecidamente escucharse el álbum Elegant Gypsy.
Baja un poco la intensidad (aunque no la calidad) la preciosa “Biaxident”, cuyo nombre se basa en un medicamento que tomaba el guitarrista durante las sesiones de grabación y que hace juego con las palabras “by accident…”. Pero esta canción de ninguna manera es un accidente, al contrario, se nota el esmero y el cariño con los que fue elaborada (tanto que Portnoy, Petrucci y Rudess la usarían de base para “About To Crash” en el Six Degrees Of Inner Turbulence). Sólo déjense llevar por ese piano y llénense de paz y tranquilidad, porque eso es lo que realmente transmite esta composición. Luego hay pura elegancia al estilo del jazz clásico alrededor de la mitad del tema y termina haciendo una sutil transición en una coda casi al final del minuto 6, lo cual es algo que me permitiré definir como uno de los momentos más catárticos que puede haber en la vida (musicalmente hablando).
Llega “914” para jugar un rato después de dos canciones tan apoteósicas. Si bien se siente más simple, no deja de ser un buen momento para que el maestro Levin se luzca con su querido Chapman stick y nos arroje un ritmo netamente funky. Claro, el de King Crimson no está solo y nos presume de su óptima relación con el tecladista haciendo que ni siquiera se sienta la ausencia de Petrucci. Si en esta banda los dos barbones de melena larga se llevaban de forma excelente, ¿por qué no iban a hacerlo los dos que carecen de cabello?
Si les gustó “914” también recomiendo escucharse “Liquid Dreams”, tema de similar vibra que tiene un comienzo tranquilito, pero que lentamente se va convirtiendo en una deliciosa ensalada de improvisaciones en donde Rudess se erige como el gran protagonista y logra lo impensable al mantener en contención a los otros 3 músicos. Este es uno de los temas favoritos de una servidora, sobre todo por ese aroma experimental que desprende, el cual, en ciertos momentos, evoca a “The Sheltering Sky” de la etapa ochentera de King Crimson.
Hablaré del resto de los temas de manera breve con la intención de no extenderme en demasía con la reseña: “Another Dimension” es poseedora de pesados riffs netamente metaleros y sirve como un presagio del sonido que ejercería Rudess en Dream Theater (con enorme énfasis en el virtuosismo), también tiene una llamativa sección que emula un acordeón con sabor italiano; “When The Water Breaks”, la de mayor envergadura dentro del álbum, es la joya de la corona, no la describo con exactitud porque me faltan los adjetivos, pero mejor mantengo el elemento sorpresa con la finalidad de que les vuele la cabeza al igual que a mí la primera vez que la escuché; “Hourglass” es un cierre a modo de dueto de teclado y guitarra con guiños a “Love Of My Life“ de Queen y que nos retrotrae a los mágicos tiempos de los Dream Theater de Images & Words, aquellos en los que imperaba la sensibilidad y no parecía un concurso de velocidad para saber quién puede tocar más notas por segundo.
¿Pensaron que me olvida de “Chewbacca”? Pues no, pero la razón por la que no le doy un buen lugar se debe a que representa, en mi opinión, el punto verdaderamente flaco del álbum. No es como que los músicos no demuestren su grandes habilidades en este tema (siempre lo hacen), el problema es que hay tanto que se pretende mostrar que no se logra aterrizar en algún sitio concreto y termina sintiéndose más como un mero relleno. Una verdadera lástima, porque el peludo amigo de Han Solo merecía algo que en verdad le fuera bien con su personalidad e imagen.
Liquid Tension Experiment 2 es un gran álbum que incluso se muestra un poquitín superior a su antecesor, sin embargo, sigue presentando algunos momentos de irregularidad y su duración puede terminar agobiando al escucha. El veredicto correcto son 4 cuernos que nos enseñan que a veces los excesos nos pueden alejar de un resultado completamente redondo.
La historia dictaría que la agrupación tenía que disolverse por la entrada de Rudess a Dream Theater. De hecho, mucha gente abandonó la esperanza de una tercera entrega luego de que Portnoy declarara que no se retomaría este proyecto por el riesgo de entregar resultados demasiados similares entre sí. Sorpresivamente, lo que veíamos como algo imposible se ha vuelto una realidad (todo esto derivado de la salida del baterista de la banda de sus amores y su muy posterior colaboración con Petrucci en su Terminal Velocity).
Quién iba a decir que ahora sólo contamos los días para recibir con muchas expectativas ese Liquid Tension Experiment 3. Las vueltas que da la vida...
John Petrucci - Guitarra
Tony Levin - Bajo, Chapman Stick
Mike Portnoy - Batería, Percusiones
Jordan Rudess - Teclados