Liege Lord - Master Control

Existen discos que son legendarios por que lo merecen. Sin más. Otros, en cambio, son legendarios y no valen una mierda. Y, el peor grupo de todos, al que menos mola pertenecer, es el de los que editan un material que debería ser considerado legendario, pero que lo conocen, por contra, cuatro gatos (y dos, se acuerdan poco del trabajo de marras). Y, desde luego, "Master Control" es un disco con vocación de legendario. Del todo.

"Freedom's Rise" y "Burn To My Touch", los dos primeros trabajos del combo, nos ofrecieron un Power-Speed Metal (con sello americano, nada de Power a lo Helloween o Gamma Ray, sinó Power del atronador, del que corta tendones) muy potentorro, enérgico, con toquecito Thrash y "Judaspriestiano" (normal, por otro lado, pues el combo empezó como banda de covers de Priest. Se llamaban Deceiver) , y bastante influenciado, además, por titanes, "segundones", como Omen, Jag Panzer, Helstar, Vicious Rumors o Metal Church. Se nota que Liege Lord tenían buen ojo de cara a escoger a sus maestros, ¿eh?. Si tienes buenos profesores, y te aplicas, casi seguro, que cuando te toque ser maestro, lo harás de puta madre.

Ahora, con nuevo vocalista, Joe Comeau (futuro voceras de Annihilator, y futuro guitarra en Overkill. Casi ná), supliendo a Andy Michaud (quién lo hizo francamente bien durante su mandato), Liege Lord, más unidos, y compactos, que nunca, se preparaban para su tercera apuesta, y querían, de una vez por todas, ser maestros y tomar el control de la situación. Pues bien, "Master Control", sin duda, ejemplifica, y de cojones, lo que querían hacer nuestros muchachotes. Los posiciona como maestros (sin dudarlo) y les hace sonar a puro maná divino. O sea, que toman el control. Eso sí, si lo tuyo es el buen Speed-Power, claro. Bienvenido a "Master Control". Disco genial, lo mires por donde lo mires.

Una portada futurista, y con cierto tufillo a Transformers (mucho daño hizo el "Defenders of the Faith", jejeje) nos enseña, a la primera de cambio, que el disco que vamos a vivir es toda una batalla, y bien metálica. Ponte el casco, recarga tu fúsil láser y reza. Toda guerra es dura, y más, las que se libran en el año dos mil y pico...

"Fear Itself", el primer "láser", comienza con mucha garra melódica y Heavylona, para, en nada, ponerse cafre, riffero, estoico y machacón. Material guitarrero de primera, ultraveloz, megatécnico y con las baterías sonando a toda leche. La voz de Comeau, navega a medio camino entre la de Bruce Dickinson, Geff Tate, y la de Rob Halford (sin alcanzar, claro, la tesitura de semejantes maestrazos) y machaca, sin piedad, el legado del anterior voceras. Paul Nelson y Tony Truglio, los guitarras, saben sonar con cojones y empaque, además de sobradamente técnicos y vacilones. Primer disparo y ya tenemos 10.000 bajas. Putos cyborgs.

"Eye of the Storm" ("Master of Puppets" + cierto aura a Savatage), "Master Control" (Thrash enérgico y galopante, en onda Overkill, pero con cierto carisma rockerillo y chulesco), "Kill The King" (versión de Rainbow, y que queda la mar de redonda), "Soldier's Fortune" (impagable viaje, plagado de intensísimas guitarras), "Feel The Blade" (onda Queensrÿche), "Rapture" (riffera, y con un Comeau inmenso), "Broken Wasteland" (una de las mejores piezas del trabajo, con uno de los mejores solazos que se pueden encontrar en el reino, y el obvio toque Priest, como insígnia), "Rapture" (más leña Power en las cuerdas y en la batería) y "Suspicion" (Speed y N.W.O.B.H.M.) dejan, y bien clarito, que Liege Lord han hecho, y de puta madre, sus deberes de alumnos, y ya, del todo, se han sacado el carnet de maestros. Sonidazo de lujo, muy técnico, muy voraz, con un cantante que demuestra mucha destreza, y pelotas, y unos instrumentistas de lo más válidos. Impecable combo, impecable entrega. "Master Control" atufa, y mucho, a obra maestra, coñes.

"Fallout", la toma de control de los cyborgs, y nuestra total rendición, nos toma el pelo, pues lo que parece ser una power-ballad, de repente, se reviste de adamántium, y a base de un cortante baile de guitarras, solazos, coros cojonudos, y mucho vacile de Comeau, nos da de lleno en nuestra alma de headbanger, y hace que nos entreguemos, con pasión, a la religión que significa partirse el cuello en el nombre del buen tema metalero. Acaba la cosa en la cima. Qué cabrones más listos. Lo mejor, como si lo anterior no hubiese sido una pasada, para el final.

Obra cumbre de Liege Lord y discazo a reverenciar. Jodida carnaza clásica.

5 cuernos (medios) para "Master Control".