
01. Insisto
02. ¿Dónde Está La Salvación?
03. Sin Solución
04. No Voy Más Lejos
05. Como Debe Ser
06. Sí Señor, Sí Señor
07. Cucarachas
08. La Noche De Que Te Hablé
09. Calendario
10. Apágalas
11. Lo Que Acabas De Elegir
Quiero dejar algo claro antes de comenzar a hablar sobre este álbum. No es que le tenga una manía especial a Teddy Bautista, a parte del tema de imputaciones varias relacionadas con malversación, desvío de fondos y demás lindezas, además de presidir durante años una empresa que utiliza unas técnicas mafiosas que últimamente cada vez que veo el Padrino le pongo a Brando su cara. Nadie somos perfectos. Soy consciente de las hostias que se llevó en mi anterior reseña de “Vivo ‘83”, sus arreglos, sus idas de olla a lo “new wave” cutre son algo que me enerva. Pero es que en este disco, está desatado. Vale, estamos hablando de 1980. Es una época de malas producciones en el plano internacional, no digamos en el nacional, en el que la industria discográfica realmente profesional era algo casi de ciencia ficción. Pero no tiene justificación. Ramiro Penas (batería) me da la razón: “Hizo con el disco lo que le salió de los cojones”, declaró en cierta ocasión.
Lo primero que nos llama la atención es la orgía de sintetizadores. Están por todos lados. Esto es un infierno. Los sintetizadores sólo se los consiento a The Who y a The Beatles. O si están programados para sonar como un piano y no para hacer ruidos pretenciosos, horteras y ochenteros. El bajo es una amorfa bola de graves que engulle todo. Es como una peli de miedo mala: es un mounstruo que circula torpemente arrasando todo a su paso. La guitarra de Rosendo se pasa con el chorus y otros efectos en detrimento de la distorsión rock o la definición cuando lo requiere el tema. Y la batería, que supongo, o quiero creer que no es electrónica, suena como tal.
Y hasta aquí lo malo. Realmente la producción lastra el disco hasta el punto que puede resultar desagradable a según que oyentes. Pero “Más Madera” es un como un pedrusco infame al que si limpiamos un poco, con cariño, con paciencia, se puede revelar como un diamante. Algunos de los más míticos temas de Leño, y por ende, del rock español, se encuentran aquí. Y absolutamente TODOS los temas, desprovistos de la pátina de la terrible producción, son realmente buenos. Qué hubiese sido de este disco si, al igual que el siguiente, “Corre, Corre” (1982), hubiese sido producido por Carlos Nerea.
Los temas de “Más Madera” son cortos, ninguno llega a los 4 minutos, en contradicción con los largos desarrollos de su anterior album, supongo que influido por la escena de la Nueva Ola de la época: más inmediatez, más melódico, más pop. Rosendo alcanza cotas excelsas como compositor: algunas de sus mejores letras están aquí, y desde luego son composiciones en general más complejas en lo melódico y en lo lírico tanto de su época de Leño como en solitario. Y además, cuando la producción nos deja, nos demuestra de nuevo lo grandisímo guitarrista que es.
Independientemente de los arreglos bizarros de Bautista, hay otros que son un acierto, y desde luego inéditos en la carrera de Leño antes y después, como las guitarras acústicas, bien como base de varios temas, bien trazando punteos y arreglos. Es maravilloso escuchar a Rosendo tocar la acústica, ya en el anterior “Leño” (1979) nos regala “Se Acabó”, una deliciosa pieza instrumental para cerrar el album, y en este “Más Madera” tomará bastante protagonismo. Aún así y a día de hoy, Rosendo se niega a llevar una guitarra acústica a sus shows.
Como ya he dicho, a nivel compositivo es un disco redondo: ningún tema baja el listón y pide siempre escucharlo entero, pero podemos destacar algunos temas como “No Voy Más Lejos”, uno de los momentos más Rory Gallagher de Leño, con un riff memorable; las punks y también clásicos del repertorio de la banda “Sí Señor, Sí Señor” y “La Noche De Que Te Hablé”; la mítica intro de “Cucarachas”; las guitarras acústicas de “¿Dónde Está La Salvación” o el broche perfecto para cerrar el álbum que supone “Lo Que Acabas De Elegir”.
“Más Madera” nos da una lección: si la música es buena, no importa nada más. Tony, Ramiro y Rosendo tuvieron una química especial durante el breve periplo que estuvieron juntos y aquí lo demuestran frente a las adversas circunstancias. Ya sabes… yo sólo hago rock ‘n’ roll… ¡y no voy más lejos!
Rosendo Mercado: Guitarra y voz
Ramiro Penas: Batería y coros
Tony Urbano: Bajo y coros
Teddy Bautista: Teclados