Korova - Dead Like An Angel

Enviado por MetalPriest el Lun, 11/12/2017 - 13:13
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1. Europa in Flammen
2. Strangulation Alpha
3. Our Reality Dissolves
4. Trip to the Bleeding Planets
5. Dead like an Angel
6. Echoworld Caravans
7. Der Schlafmann kommt
8. Tantra-Nove-Hypercannibalism

Pongámonos en situación: Austria, 1990. La sombra del black metal, que hasta aquellos años había resultado ser esquiva y prudente, comenzaba a tomar fuerza y actuar con intrepidez. Y un chico llamado Christof Niederwieser, funda su propia banda junto unos amigos. Aquella banda se llamaría Korova y pasaría a los anales del metal como una de las puntas de lanza más importantes del avant-garde black (capítulo poco ojeado por los metalheads). En sus más tempranos inicios, allá por 1991, siendo unos completos amateurs con sus instrumentos, Korova llegaron a ser expulsados de un escenario por no ser capaces de tocar decentemente. No es hasta 1993 con la llegada de Moritz Neuner (para cubrir las baterías), cuando Christof realmente considera que Korova acababa de nacer de verdad. Con su sonido y estilo definitivo. Tras un período de ensayos, composición y conciertos con recepción claramente superior a la pasada, Korova lanzarían en 1995 su mítica (aunque underground) opus A Kiss In The Charnel Fields.

Pero… ¡no! Hoy no cubriremos su primer álbum, por muy lógico que fuese. Cubriremos la secuela del Charnel Fields, el Dead Like An Angel de 1998 (que es el que tengo en formato físico). Sobre este artefacto, decir que en 1997 estaba planeado que se llamase Echoworld y que tuviese un sonido más futurista y alocado (si cabe), pero por alguna razón su sello discográfico (Napalm Records) no aceptó lanzarlo. Como respuesta, haciendo un esfuerzo compositivo extra, Korova crearon el Dead Like An Angel tal como lo conocemos, álbum que Christof describe como más proclive a “melodías-pop” y al protagonismo del teclado. Pero honestamente, no estoy de acuerdo con esa descripción. Si bien las guitarras no están tan en primera fila como lo estaban en el debut, siguen siendo bien potentes y blackeras. Y de popero… tiene entre poco y nada. Es más: el estilo de estos Korova se mueve entre el black sinfónico, progresivo y con ciertos ramalazos y elementos que lo llevan a la categoría avant-garde. Detalles como la mezcla de voces limpias, shrieks, cantos femeninos, composiciones surrealistas (a veces absurdas) y demás detalles que es mejor comentar más adelante.

Que oye… que vale. Korova no son precisamente la banda más innovadora de la historia. Eso ya lo sabemos todos, pero para ser de los noventa (y dentro del panorama extremo), no deja de ser uno de los proyectos más originales y con sello propio de su movimiento. Comparable a sus coetáneos del movimiento como Ved Buens Ende, Sigh, Abubi, Solefald o Arcturus. Y precisamente, se nota cierta influencia de Arcturus en los tiroleses debido a su interés por sonar tan teatrales como ellos. Estilo Constellation ¿Saben? Igualmente, también hay otros leves ramalazos VBE y seguro que de alguno más, pero seamos todavía más claros con todo esto: a Korova no se los confunde con nadie, porque tanto Christof con sus guitarras, teclados y voces como Moritz con esas baterías tan cambiantes y eclécticas hacen un trabajo espectacular. Y lo mismo puede aplicarse Martina Hornbacher (excelente voz) o del bajista Oberlechner (de gran talento y clave para completar el sonido Korova añadiendo acordeones también). ¿Me creéis? ¿Sí? ¿No? Pues vamos a por su Dead Like An Angel, a diseccionar esta belleza.

Europa In Flammen lo dice todo en el título: es amenazadora, grave y apocalíptica. Cristof juega hábilmente con sus voces limpias y blackers mientras desata con los teclados un crescendo imparable. Estribillos memorables, empaque… un gran comienzo, de los que ponen el listón a buen nivel. Pero creedme, esto sólo ha despegado. Strangulation Alpha lleva consigo unas percusiones y voces más versátiles, amén de un toque algo más futurista. Christof y Martina hacen una pareja interesante en el micro, y realmente, logran elevar el resto de la música con su labor vocal, tienen un don en sus gargantas… y eso que no tratan de lucirse. Podría decirse que hasta ahora, Korova mostraron su cara más comercial, es con la llegada de Our Reality Dissolves cuando nos damos cuenta con más claridad de con quienes nos la estamos jugando. Esta tercera canción hace un conmovedor alarde de belleza, elegancia y demás triquiñuelas varias. Hablo de pasajes casi medievalescos, otros que rozan lo futurista (again), potentes riffs black, breaks impagables… sin palabras. Sólo hay que escucharla: Our Reality Dissolves… canela en rama.

La cósmica y arcturuana Trip To The Bleeding Planets (Unto The Light) logra abrirse paso también, irradiando un surrealista halo de esquizofrenia tintado de dramatismo. Canción que vale por dos, ya que en el minuto cuatro parece re-comenzar de nuevo formulando una canción completamente distinta. Una locura a nivel compositivo sin duda... tendrá sus toques black y sinfónico, pero también goza de algo más. Y ese “algo más” marca tajantemente la diferencia. Continuando con la odisea, la cuasi-navideña Dead Like An Angel abre de forma coral ofreciendo un elaborado medio-tiempo cuyos máximos protagonistas son una vez más Christof Niederwiesser y Martina Hornbacher, ayudados por las hachas y unas recurrentes campanas (benditas ellas, ¡que sinfín de matices ofrecen!).

El interludio Echoworld Caravans, muy guardería tuberculosa ella en los comienzos, se nos termina convirtiendo en un cántico religioso que desemboca en la mastodóntica Der Schlafmann Kommt. Este track de más de diez minutos sencillamente necesita su escucha obligada. Todo funciona ahí. Es tan simple como eso. Demostrando a unos Korova claramente desquiciados y a su vez maduros, sobrados de inspiración que se traduce en black, prog., avant-garde y demás locuras que se van extendiendo como la estela de un avión por los cielos. No diré más, no os la voy a estropear porque eso sí que sería imperdonable, por tanto cerraré comentando Tantra-Nove-Hypercannibalism, la última pieza del Dead Like An Angel. Canción que… de verdad: no baja el listón en lo más mínimo, sino que se mantiene en su absurdez, en su demente y no obstante infalible complejidad. Extravagantes Korova… extravagantes y acertados Korova. Maestros perdidos en el firmamento.

Para mí, su mejor álbum. Si bien el debut A Kiss In The Charnel Fields demuestra una obvia originalidad y calidad, aquí uno se encuentra tres cuartos de lo mismo, y redoblando la apuesta. En otras palabras: Korova, a alturas de 1998, mejoraban como el vino, como los verdaderos músicos de vocación. De todas formas, dos años más tarde, los austriacos acabarían fichando por el sello Red Stream, y poco después acabarían por modificar su nombre a Korovakill. Bajo este nombre y sello, la agrupación sólo sacaría un último álbum: el Waterhells, tímidamente diferente a los dos anteriores. Seguidamente, la banda terminaría por disolverse. Hasta que Niederwiesser acabase por crear Chryst, su proyecto en solitario que representaría la legítima continuación de Korova(kill). Hasta la fecha, sólo se conoce un álbum bajo el nombre de Chryst, y no es muy allá a decir la verdad. Y es que Christof se hace cargo de TODO ahí.

Pero uff… me da que me estoy saliendo un poco de el tema y os estoy contando demasiadas historietas al margen de esta maravilla de disco. Así que despediré esta reseña con un 9,25 y cinco cuernos medio-bajos. Otra gran aportación al metal cubierta… y es que no hay nada más gratificante y desafiante como escribir sobre los contados pioneros del avant-garde black metal de la década de los noventa. Los adelantados a su tiempo. Los cabezas pensantes más inconformistas y menos serios de la escena más ortodoxa y peligrosa del Metal. Vamos: creadores de música, sin fronteras ni limitaciones reales. Mind… is the one limit, the only one!

Christof Niederwiesser: voces, guitarras y teclados.
Herwig Huber: guitarras.
Moritz Neuner: batería.
Florian Oberlechner: bajo y acordeón.
Susanne Eckbauer: theremín, harmónica de cristal.

Músico de Estudio:

Martina Hornbacher: voces femeninas.

Sello
Napalm Records