
1. Crumbling Castle
2. Polygondwanaland
3. The Castle in the Air
4. Deserted Dunes Welcome Weary Feet
5. Inner Cell
6. Loyalty
7. Horology
8. Tetrachromancy
9. Searching...
10. The Fourth Colour
En 2017, King Gizzard & the Lizard Wizard llevaron a cabo una de sus mayores proezas perpetradas hasta la fecha: Sacaron cinco álbumes de estudio tal como habían prometido que harían. Y en la recta final de tan titánica labor, agarraron los australianos y sacaron de manera desinteresada Polygondwanaland; el que fue el cuarto de los cinco de 2017. Y digo desinteresada porque los buenos de King Gizzard subieron este Polygondwanaland de manera que pueda descargarse libremente en su web oficial y se hagan los bootlegs que hagan falta de él.
De este doceavo vástago de los King Gizzard & the Lizard Wizard sale precisamente otro de los grandes trabajos de la banda, y es que no se puede olvidar que los australianos llevan ya muchos discos a sus espaldas, jugando con diversos sonidos, estilos… pero siempre dando ese toque tan retro; tan de los sesentas y setentas ¿sabes? En el caso de Polygondwanaland, podría decirse que tenemos a los King Gizzard en plena forma, manteniendo su estilo de trabajos anteriores como Nonagon Infinity, Flying Microtonal Banana o Murder of the Universe. Tal vez en el caso de este álbum en concreto lo suyo sea el hacer referencia a las bellas melodías de las que hacen gala, del enorme trabajo de teclados y sintetizadores… y su puto carisma personal como banda.
Si tuviera que hablar de Polygondwanaland para aquellos que no conocen a estos chavales, definiría este material como una suerte de rock psicodélico cargado de elementos progresivos, y es más: pareciera que intentan dar una sensación de pesadez y epicidad que no creo que hayan alcanzado antes en su carrera. No creo que sea lo más valioso que hayan creado, pero sí que es uno de los trabajos más deliciosos de su catálogo para mi gusto al menos.
Probablemente la mejor canción del disco sea precisamente la primera, la espectacular y aguerrida Crumbling Castle. Casi once minutos de rock old-school que parecen querer llevarnos a tierras misteriosas y tiempos lejanos. La manera en la que las dos baterías van abriéndose paso, las voces siguiendo las melodías principales de guitarra, los graves avanzando con fluidez…. Poco que criticar de ella. Poco o más bien nada. A partir de ahí, lo que viene en este Polygondwanaland viene siendo una re-afirmación de intenciones; completando y elaborando el paisaje musical que parecía haber esbozado en las mentes de estos siete músicos.
E obvio que habiendo parido cinco discos solo en 2017, el cuarto de la lista no va a ser un jodido prodigio sin fisuras que re-invente un género con más de medio siglo de vigencia. Por supuesto que no. Pero lo que tú, curioso lector deberías preguntarte es: ¿Vale la pena tratar de explorarlo? La respuesta a esta pregunta de los 50 millones es: Por supuesto. Si te va el rock setentero, el proto-metal, la psicodelia y el prog rock… Polygondwanaland es una excelente elección. A decir verdad media discografía de King Gizzard lo es (mínimo). Y es algo que posiblemente llegue a madurar en tu cabeza de manera independiente a las opiniones de nadie, que es como debería pasar… Que acabes viciado a estos King Gizzard & the Lizard Wizard y los termines explorando a tu bola sin la interaccion de terceras personas.
Fíjate que únicamente he hablado de una sola canción. Podría hablar de las diez que conforman el Polygondwanaland, pero ¿para qué? Es un álbum que si te convence en su primer track… difícilmente te va a dejar de interesar más adelante. La homónima, Inner Cell, The Fourth Colour… escoge la que quieras amigo, todas son, como poquísimo, música a la altura de las circunstancias. Lejos quedan los tiempos de gloria del rock psicodélico, generaciones nos separan de aquella época… Ahora bien: ¿Es posible que a más de uno le conmueva y aporte excelentes experiencias el material de King Gizzard & the Lizard Wizard? Ya lo tengo contestado más arriba, y la respuesta es sí.
Así que si te apetece un poco de rock retro actual perpetrado por siete chavales que… de algún modo parecen tener más en su ADN y cultura musical de aquella época que de la contemporánea, seguro que King Gizzard llenan ese hueco que tan ávidamente deseas satisfacer.
Para mí, esto es un 8. Cuatro cuernos firmes para otro de los sensacionales trabajos de King Gizzard & the Lizard Wizard. Buena inversión de tiempo… ¡y gratis! Sin mayores dramas.
Ya lo linkeé más arriba pero dejo aquí el link oficial de descarga del disco. No tiene pérdida.
Lucas Skinner: bajo en track 10 y sintetizador en track 7.
Joey Walker: guitarras (tracks 1, 3, 5-7 y 10), guitarra acústica (tracks 3 y 5), bajo (tracks 1, 2, 4 y 8), sintetizador (tracks 5-7, 9 y 10), voz (tracks 1-8 y 10) y percusión (tracks 1-3, 5, 7, 8 y 10).
Michael Cavanagh: batería (tracks 1-8), percusión (tracks 1-3, 8 y 10) y Glass marimba (track 1).
Cook Craig: guitarras (tracks 1, 8, 10) y sintetizador (tracks 9 y 10).
Ambrose Kenny-Smith: armónica (tracks 1, 3, 8 y 10), voz (tracks 8 y 10).
Stu Mackenzie: voz (tracks 1-10), guitarras (tracks 1, 2, 4, 7, 8 y 10), bajo (tracks 1, 3-7 y 9), guitarra acústica (tracks 2, 4, 8-10), sintetizador (tracks 1-10), flauta (tracks 1-3, 5-8), glass marimba en track 1, melotrón (tracks 2 y 4) y percusión en track 9.
Eric Moore: management.
Músico de Estudio:
Leah Senior: spoken word en track 3.