Kamelot - The Expedition

No se a ustedes, pero dentro del repertorio de Kamelot, el Expedition siempre me pareció un trabajo menor. Y es curioso, porque es un Live Album con bastante más encanto y mejor sonido que el entrañable One Cold Winter's Night ¿Qué es lo que pasa? Que a la mayoría de la peña lo que nos mola es escuchar en un directo de Kamelot sus grandes hits de la era 2001-2005. No podemos evitarlo, no es que despreciemos lo editado por ellos en la década de los noventa (que queriendo o no, lo hacemos también), es que son temas más espectaculares y característicos. Como somos los seres humanos ¿no? Tiramos a lo fácil y a tomar por saco. Pero aquí estamos, para redimirnos y hacerle un poco de justicia a The Expedition. Que vale, igual tiene canciones que el fan medio de hoy día casi no conoce, pero ¿Me vais a decir que escuchar una Nights of Arabia o un Millenium no mola? ¿Y las tremebundas y cañeras Until Kingdom Come o The Fourth Legacy? Vamos, no me jodáis… Que aquí hay mierda de la buena también.

Total: que tenemos un lustro de Kamelot por explotar en este directo; nada menos que cuatro álbumes de estudio, y siendo uno de ellos (y el más reciente) el Fourth Legacy… sólo cabe a esperar un directo entretenido y por supuesto, con su buena dosis de caña ¿Resultado? Pues el obvio, al menos para cualquier simpatizante del power melódico añejo: un éxito.

Ya sabemos que antes de la llegada de Roy Khan a la banda, Kamelot pecaban de imitar demasiado a grupos como Queensrÿche o Crimson Glory, y que tras su entrada, la banda se volvió más melódica y cabalgadora. Pues bien: este directo llega como una reconciliación de ambas eras actualizando su sonido con el del nuevo siglo; el que marcaría un antes y un después con la llegada del inminente Karma ¿Qué quiero decir con todo esto? Que a lo tonto estamos analizando un directo datado de la primavera del mejor momento de Kamelot (que a mi juicio empieza con The Fourth Legacy): Un Younblood virtuoso y a toda pastilla, Roy Khan en un estado vocal inmejorable, Casey Grillo antes de creerse que es el puto amo y señor de las baquetas… y Glenn Barry, que es el mejor bajista que jamás tuvo la banda, en mi modesta opinión.

El directo abre de manera acertada con Until Kingdom Come, precedida de una sensacional intro que pone en situación al público. Como en todos los directos que valen la pena, la primera sacudida es digna de dejar shokeado al asombrado gentío; tenemos sobre los escenarios a unos Kamelot veloces, virtuosos y perfectamente audibles. Khan está pletórico, Youngblood toca limpiamente, y Günter Werno ( de Vanden Plas) cumple sobradamente su roll temporal de teclista del directo. La progresiva Expedition toma su lugar una vez Until Kingdom Come llega a su fin; una gozada para los amantes de Conception o Queensrÿche.

Shadow of Uther prosigue después, haciendo gala de sus preciosos estribillos y confirmando que el trabajo de sonido de este álbum de directo es soberbio. Por contrapartida, Millenium decae un poco al carecer de un grupo coral que apoye en los estribillos y tener un “tono” en los teclados tan… flojo. Que no falla ni una nota, ¿eh? Pero no me acaba de convencer, y eso que Millenium es de mis canciones favoritas de la era pre-Karma. Por fortuna, prosigue A Sailorman's Hymn; emotiva balada que en directo gana una fuerza tremenda. Momento cumbre de The Expedition junto con las dos siguientes The Fourth Legacy y Call From The Sea. La una siendo un himnazo indiscutible de la banda, y la otra… bueno: Digamos que suena increíble con Khan sustituyendo a Mark Vaderbilt en las voces; esos evocadores “The Sea, is calling me...”, fuah, sensacional, sencillamente enormes. Y esa forma de entretener e interactuar con el público, me encantan. Esos son los Kamelot en estado de gracia de que os hablaba. Pero ¡ah! Cuidado que todavía queda Nights of Arabia, ¡Se nos había olvidado! Con esta sí que concluye el gran momentazo del álbum, y es que ya desde que suena su intro Desert Reign, sabemos que lo que viene a continuación no es ninguna broma.

Seguidamente tras los directos, nos topamos con una instrumental de estudio llamada We Three Kings, bastante simpática a decir verdad. Me resulta muy elegante este descarte del Siége Perilous, aunque One Day no goza de la misma elegancia. Lo que pasa con esta precursora de Don't You Cry, es que resulta bastante floja y estresante; con un Roy Khan algo llorón de más… invento llevado a mal puerto. Lo positivo, es que para finalizar, suena We Are Not Separate, versión re-grabada del Dominion con el noruego a las voces y unos retoques instrumentales extras. No es nada que le vaya a cambiar la vida a nadie pero suena guay. La pega, es que da la sensación de que el álbum podría ser 100% en directo y un poco más largo y así resultaría mejor. A decir verdad, creo que estas tres últimas canciones de estudio vendrían mejor en un EP/Single o algo así, a parte que cortan un poco el rollo, el aura de “disco de directo” ¿saben? En fin, caprichoso que es uno, supongo…

Al final, el resultado no deja de ser positivo. Tenemos ante nosotros la demostración palpable de que Roy Khan es todo un fiera, tanto en estudio como sobre los escenarios. Y no nos olvidemos del resto de la banda ni del track-list, que tampoco es para tomar a broma. Vale que no es un Skeletons In The Closet de Gamma Ray, Kamelot nunca jugaron en la misma liga, pero aún así su The Expedition demuestra homogeneidad y gran entretenimiento. Cuatro cuernos pelados entonces, un 7 bien majo. Muy buen directo, aunque podría ser mejor.