
1. "This is not Love" - 3:57
2. "Occasional Demons" - 3:47
3. "Rocks On the Road" - 5:29
4. "Thinking Round Corners" - 3:31
5. "Still Loving you Tonight" - 4:30
6. "Doctor to my Disease" - 4:35
7. "Like a Tall Thin Girl" - 3:37
8. "Sparrow on the Schoolyard Wall" - 5:20
9. "Roll yer Own" - 4:25
10. "Gold-tipped Boots, Black Jacket and Tie" - 3:40
(11. "When Jesus Came to Play" - 5:03
12. "Sleeping With the Dog" - 4:26
13. "White Innocence" - 7:45
14. "Night in the Wilderness" - 4:04
15. "Piece of Cake" - 3:39
16. "Silver River Turning" - 4:51
17. "Rosa on the Factory Floor" - 4:39
18. "I Don't Want to be Me" - 3:28
19. "Truck Stop Runner" - 3:46
temas adicionales)
24 de Septiembre de 1991, una fecha que queda grabada en la Historia de la música cuando "NEVERMIND" sale a la calle y arrasa en todas las listas de éxitos dando un vuelco al mundo del rock (no por todos bien recibido...).
Tan solo un día antes aparece un nuevo LP que, a nivel más personal, da un vuelco a la música de Jethro Tull. Se trata no de un trabajo de transición, sino protagonista del inicio de otra era, la de una tercera juventud...
Y es que la década anterior acabaría con "ROCK ISLAND", que llegó a ser Disco de Oro pero al fin y al cabo no tan estimado como el renovador "CREST OF A KNAVE", al cual se decía que imitaba en un estilo continuista, y habiendo creado el grupo una ola de controversia al triturar los huesos de unos plañideros Metallica en la entrega de los Grammys. Pero antes de meterse en el estudio, Anderson decidió sacar a sus muchachos de gira por ciertos países poco visitados; eso sí, sigue habiendo problemas para hallar al encargado ideal de los teclados y el órgano.
Pues hasta tres músicos ocuparán dicho puesto (ninguno de ellos será Peter Vettesse, gracias a Dios) en "CATFISH RISING", cuyo título parece dedicado a las actividades extraoficiales del líder (la cría de salmones). Y nada mejor para ejemplificar el rumbo que éste desea tomar que una fascinante "Rocks On the Road", la cual inicia un juguetón rasgueo de guitarra como si se tratase de una pieza acústica, hasta que entran la batería y la guitarra eléctrica y la intensidad crece mientras se desenvuelve este nuevo ambiente; parece que Anderson haya abandonado los prados de Buckinghamshire para sumergirse en los pantanosos bosques de Louisiana, si bien sabe conservar sus raíces escocesas.
Las letras y la suave voz del nativo de Dunfermline crean junto a las notas imágenes evocadoras, nostálgicas y lejanas (así lo demostrará el videoclip de dicho tema, filmado en vaporoso blanco y negro) mientras un sorprendente puente regado de puro jazz donde aparece un elegante piano al son de una tímida flauta va desviando el sonido Tull hacia caminos insospechados...¿o no? Lo que sucede es que dejan atrás la tónica ochentera, sus sintetizadores y sus ritmos electrónicos y regresan a aquellos viejos tiempos donde el blues era una de sus principales influencias antes de ser sustituido por otros estilos; ésto les ayuda a actualizarse situándose en un presente cuya música está llena de energía e inspiración.
Las concesiones al progresivo ya casi son inexistentes; el sacrificio del flautista y su banda se hace en favor de una vertiente sonora más fácil de asimilar, toda ella observada desde el prisma del hard rock y el mencionado blues, lo cual deja claro la electrizante "Occasional Demons" y sobre todo ese pistoletazo de salida en la onda de ZZ Top y Gregg Allman llamado "This is not Love", uniéndose las guitarras descarnadas a unos teclados excitantes (tocados por Andy Giddings) para conformar un potente y trepidante inicio que sigue la senda del "Steel Monkey"; la sección rítmica de Dave Pegg y Doanne Perry también llega pletórica de fuerza en la similar y muy "rockera" "Doctor to my Disease".
No obstante el cariz de este nuevo álbum es muy heterogéneo, y ese es desde luego su mayor atractivo. En "Roll yer Own" brillan los dejes folk que se quedaron en "HEAVY HORSES" con una magnífica compenetración entre las mandolinas y la flauta (y una letra, sobre la masturbación femenina, que es un buen ejemplo de la poesía de Anderson, muy tocada por lo íntimamente sexual, además de la amargura y la aspereza, pero con su particular sentido del humor y sarcasmo); la final "Gold-tipped Boots, Black Jacket and Tie" vuelve a los duelos de estos instrumentos pero por senderos salpicados de sabor country y adictivo boogie rock, mientras la extraña "Thinking Round Corners", con el vocalista sonando divertido y hasta neurótico, nos remite al original folk rock "tulliano" de los años de "STAND UP".
Esto también lo consigue "Like a Tall Thin Girl", prima lejana de "Fat Man" que desarrolla sus mismas melodías acústicas tan apegadas al jazz y al folk basándose en una chica que causó impresión al batería Perry (a quien Anderson "homenajea" con unas líricas sumamente desvergonzadas); siguiendo unos patrones similares pero dejando su impronta la flauta, la guitarra de Barre y la base rítmica (con batería de Scott Hunter), sobresale esa ágil "Sparrow on the Schoolyard Wall". El polvo seco de las montañas Ozarks y de las travesías del Sur de EE.UU. y el olor a whiskey de los pubs de Memphis y Chicago rezuma en la lenta, cálida y penetrante "Still Loving you Tonight" (bajo tocado por Matt Pegg, hijo de Dave).
Aquí no se puede escuchar la amalgama de guitarras, sección rítmica y voz sin sentir escalofríos; del mismo modo también se siente en una pieza del blues más intenso que termina por hacer sudar a su culminación, "Sleeping With the Dog", cuyos lametazos de la flauta y rasgueos de la expresiva guitarra modelan una atmósfera de humo y carne ardiente que emparentan el instinto animal (hay un insistente perro ladrando de fondo) con los sentimientos humanos entre el hombre y la mujer, y la tan "bluesy" "When Jesus Came to Play", que con diversión cierra la edición CD del álbum sobre un ritmo más relajado pero igualmente contagioso (imposible no mover los pies con ella).
Sin embargo estos dos cortes no se hallaban en la versión del vinilo original, sino en la cara "A" de un "single" que contenía la extensa "White Innocence", la cual sigue de cerca a la épica "Budapest" por una línea progresiva y más grandilocuente, en particular durante su precioso puente instrumental, donde sorprende la unión mágica entre teclados (de Foss Patterson) y flauta, además de destacar la susurrante voz de Anderson, otra vez recordando a Mark Knopfler. Muchos temas, de manera incomprensible, quedarán fuera de las sesiones de grabación, aunque se recuperan en el recopilatorio "NIGHTCAP", publicado poco después.
Es el caso de esa evocadora "Rosa on the Factory Floor", muy protagonizada por la flauta y sonidos clásicamente folk, y "Truck Stop Runner", decantada por las influencias country sin dejar de lado el espíritu más escocés del grupo, como le sucede a la bonita "I Don't Want to be Me", que presenta una emotiva interpretación de la garganta del líder; "Piece of Cake" y "Silver River Turning", pese a su introducción ensoñadora, están cortadas por devenires de puro hard rock que parece pertenecer a la tónica de "ROCK ISLAND", al igual que "Night in the Wilderness", dinámica y desnuda de teclados y centrada en la fuerza de la guitarra eléctrica. Por su parte, una sencilla y sugerente portada acompaña al disco, que por desgracia fracasa a la hora de lograr el éxito.
Termina por caer más de 30 puestos en las listas americanas en comparación con su antecesor, en las emisoras de radio ignoran los "singles" y la pasión de Anderson y sus compinches no hace mella en los "charts"...y es que hay que tener en cuenta que es otra época, que se levantan vientos de cambio, formaciones y sonidos nuevos, y Tull ya son consideradas poco menos que dinosaurios, a pesar de seguir llenando conciertos y realizando giras con programas incansables; en eso los fans siguen apoyándolos como siempre, y la presentación del soberbio esfuerzo que es "CATFISH RISING" recoge sus frutos finalmente, aunque la garganta del líder se resiente más y más...
"Los grandes dinosaurios no se extinguieron, algunos siguen como el primer día", declaró entusiasmada de todas formas la crítica especializada. Todo queda como un injustamente ignorado trabajo, cuya mezcla de estilos e influencias lo hace atractivo de principio a fin, fresco y vibrante, visionado a través de la sabiduría de unos expertos veteranos.
No consigue, por supuesto, ponerse a la altura de sus grandes clásicos, pero en absoluto pretende eso; hay que saber encararlo igual que Anderson lo compone, idea y escribe: con mucho humor y pasión. Y es quizás exagerado admitirlo, pero algunos de los mejores temas del grupo de toda su Historia se hallan comprendidos aquí.
Canción favorita: "Sleeping With the Dog"
Ian Anderson: Voz/guitarras/flauta/mandolinas/teclados/batería
Martin Barre: Guitarra
Dave Pegg: Bajo
Doane Perry: Batería
Matt Pegg: Bajo
Scott Hunter: Batería
("Sparrow on the Schoolyard Wall")
John Bundrick: Piano/teclados/órgano
Andy Giddings: Teclados
Foss Patterson: Teclados
("White Innocence")