Inquisicion – Black Leather From Hell

Enviado por Antipoeta el Jue, 14/10/2021 - 23:09
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Dragonslayer 5:29
Black Leather From Hell 5:37
Army Of Darkness 4:13
Midnight Avenger 6:28
The Axis Of The Mist 5:39
Witchcraft 5:49
Extermination 3:27
Devil Mistress 3:41
Mensaje Oculto 5:15

Disco Completo

A la hora de redactar la reseña de este sabroso disco, pululan ciertas preguntas por mi sesera, intentando boicotear la fluidez de mis ideas y las bases que fundamentan mi opinión hacia él. No obstante, su música es mucho más poderosa que cualquier prejuicio o sensación que se deslice por cauces paralelos. Por lo tanto, opto por mantener mi parcialidad y manifestar mi absoluta delectación al darle play a este conjunto de composiciones que enaltecen mi ánimo y alegran mi semblante. Te preguntarás cuáles eran esas preguntas, pues bien, compartiré algunas de ellas: ¿Cómo hago para reducir las evidencias que tienden a empañar a este magnífico disco? ¿Tendré que omitir que su mayor referencia está marcada a fuego por Mercyful Fate? ¿Y de Freddy, en mi opinión gran vocalista, puedo evitar que se le asemeje con Rob Halford? En fin, a la mierda: “Los compararás con Mercyful Fate y notarás que el canto del pelado se encamina hacia las cotas definidas por el otro pelado (el británico)”. A confesión de partes…

Nueve cortes concentran un verdadero despliegue de artillería. Una demostración de excelente heavy metal proveniente del cono sur, perro; de Sudamérica, macho; de Chile, huevón. Liderados por el descollante talento de Manolo Schafler, Santa Inquisicion se forma en el ya remoto 1993. Su líder, proveniente de los seminales (y animales) Torturer, sentía la inquietud por demostrar el amplio abanico de su virtuosismo y nada mejor que el heavy metal de la vieja escuela para ello. Al año siguiente se suma el entrañable Freddy Alexis, vocalista de aguda tesitura que terminó por dar forma de cuarteto a lo que comenzó como un trío. Por otro lado, el nombre de la banda experimenta una leve, aunque no menor, modificación. Excretan sin necesidad de purgantes el vocablo “Santa” y dejan a secas el nombre con que hoy se les conoce (sin tilde).

Te decía que nueve son los tajos que, machete en mano, te infligen estos bastardos sin demostrar ningún indicio de misericordia. Potentes riffs compuestos con esmerada dedicación, solos de antología y melodías que elevan tu producción de endorfina para dejarte erecto y sonriente por un buen rato ¿Qué más se le puede pedir a la música? Es lógico que la respuesta va a depender de tu estado de ánimo o de las inquietudes que motiven tu búsqueda. Pero si lo que buscas es un buen ejercicio de aquel heavy metal cocido y servido durante los añorados ochentas, acá tienes un plato noventero que te teletransporta de un solo disparo hacia aquellos años prolíficos en la diseminación del género.

Este segundo larga duración vendría a refrendar lo que en su demo y en el primer LP quisieron plantearnos: Una cohesión de muy buenas ideas dotadas de referencias que, si bien son notorias, no son óbice para reconocer el nivelazo de sus músicos y la versatilidad de su cantante. En suma, un racimo de temazos forjados en el crisol del entusiasmo y sazonados con aptitud (y actitud también ¡carajo!). Temas consistentes, atractivos, poderosos. Encontrarás, como suele ocurrir con el buen heavy metal, un campo fecundo en cambios de ritmo, un bajo que repta sin indulgencias, una batería aporreada con clase y la entonación de agudos que suben y se encumbran como queriendo perderse en la espesura de la alta niebla (hasta te preguntarás si Freddy habrá sufrido de varicocele al entrar en el estudio).

El disco es compacto, como la defensa de los espartanos, evitando la permeabilidad y reforzando el hermetismo (en las dos acepciones del término) para atacar sin vacilación al oyente o al curioso a quien este texto pueda motivar. Ya lo verás. Es por eso mismo que no tenemos un análisis corte por corte, te dejo con el gusto de adentrarte en las aguas de este geiser impenitente… De todas formas, valga la mención para la anímica apertura con “Dragonslayer”, que a poco andar deja de manifiesto el muy buen hacer de estos, por aquel entonces, jóvenes músicos. Delicioso cambio de ritmo a los dos minutos y solos ubérrimos de técnica desplegados por Manolo. Hernández aporta su versatilidad en los parches y Maturana arranca del bajo, como jugando, potentes y furiosas líneas que dan consistencia a un temón en el que Freddy nos advierte que arriesgará su índice de fertilidad por soltar agudos sin tregua. Cabe destacar también la velocidad de “Extermination” con ciertos tintes de lo que también Angra nos mostraba por aquel tiempo.

Del diseño de la portada se encargó el propio Feddy Alexis, dando cuenta de nuestro planeta asido por las manos de una deidad oscura y pirómana.

Ya habrán notado una descarada parcialidad en mis juicios. Pues es menester mantenerla incólume y, por esa sencilla razón, no puedo menos que emular a cierto relator deportivo chileno: “Me pongo de pie” y otorgo 5 cuernos para Black Leather From Hell.

La banda sigue activa y tocando por distintas ciudades de Chile. Freddy, que se reintegró luego de algunos años, tiene hoy un programa en Facebook llamado “Cazador de Mitos”, orientado al análisis de situaciones paranormales. Ignoro si imaginará el pelado que el autor de esta reseña sigue su programa y que hasta ha aportado, a través del chat de los asistentes, uno que otro dato de oscura naturaleza que él ha leído amablemente a su audiencia (ojalá haciendo que se caguen de miedo jejeje).

Manolo Schafler: Guitarra
Cristian Maturana: Bajo
Carlos Hernández: Batería
Freddy Alexis: Vocalista

Sello
Miskatonic Music