Infernäl Mäjesty - One Who Points To Death

Cuando una banda logra atravesar las décadas y permanecer con vida en el proceso, siempre será cautivador ver como los han tratado los años. Infernäl Mäjesty es una de esas bandas que tras debutar en 1987 con todo un clásico del Thrash Metal como lo es "None Shall Defy" desapareció de la faz de la tierra por once años hasta la publicación del genial "Unholier Than Thou". Ahora, vamos a centrarnos en el 2004, año donde los veteranos canadienses arremetieron con su tercera producción titulada "One Who Points The Death".

Infernäl Mäjesty tiene cuatro discos de estudio en su haber, una cantidad aceptable, pero con la particularidad de haber publicado cada uno en una década distinta. Cada uno de estos trabajos tienen sus características propias y distintivas, pero eso sí, todos poseen el mismo sello de calidad, la misma aura abrasiva y malévola. Tenemos al "None Shall Defy", descomunal e intenso vástago cosecha del '87, un clásico atemporal que todo que se diga thrasher debe tener en cuenta. El segundo puñetazo fue "Unholier Than Thou", publicado casi a finales de los 90's, este es más pulcro y encaminado que su antecesor. En el 2004 Infernäl Mäjesty entró al nuevo milenio con "One Who Points The Death" y no sería hasta el 2017 cuando el último heredero de la familia haría irrupción, hablo del siniestro "No God".

"One Who Points The Death" es un disco anárquico. Sus bulliciosas composiciones se nutren de la inmoralidad, la depravación y la malignidad que rodea la espiritualidad del ser humano para crear consigo ocho engendros, ocho aberraciones comprimidas en canciones atiborradas de vehemencia, desmesurado vigor y excomulgada pasión.

Para colmo, estas horrorosas deformidades tienen nombres, jerarquías y rangos que no hacen más que crear discordia entre ellas. Odas a la execración como "Death of Heaven", "Honey Tonge of Satan" y "Pestilential Eterninty" son obras que más que resplandecer por su grandeza y alto calibre compositivo, atemorizan e inquietan a partes iguales.

Infernäl Mäjesty es la viva representación de Cerbero, el perro guardián de Hades. Desde 1986 las tres cabezas de este ser mitológico son Chris Bailey, el verdugo vociferante que yace detrás del micrófono y a la espectacular pareja de hachas que conforman Kenny Hallman y Steve Terror. Este tridente de hombres se valen por si mismos para crear pasajes de alucinante desesperanza como "Cathedral of Hate", quien junto a su hermana "Virgin Blood Tastes Purest At Night" crean una mancuerna pavorosa, todo gracias, entre otras cosas, a los cáusticos punteos de guitarra, aquellos que Slayer dejó como herencia a la humanidad durante sus años dorados, y a los estremecedores e interminables riffs que vuelan a velocidades supersónicas a lo largo y ancho de esta formidable producción, la cual encuentra en el tema-título una de las demostraciones de calidad más contundentes e impresionantes que Infernäl Mäjesty nos haya regalado desde su debut en el ya lejano año de 1987.

Para cerrar nos quedan dos escollos de solemne presencia como "Angels and Acid", portador de un riff galopante que nos trae reminiscencias imposibles de ignorar de "Postmortem" y un coloso de grueso minutaje como "Hysterion Proteron", donde Bailey no teme en presumir su voz, tan convulsa y venenosa como siempre, todo un varón del lado oscuro, digno patrón del ingrato pero respetable arte de horripilar a las infantas.

No le des más larga a este trabajazo de los canadienses. En la primera década del siglo XXI también se hizo Thrash Metal de calidad, el que busca encuentra. En tiempos donde bandas importantes estaban algo perdidas, esta bestia despertó de su sueño y vocifera. Disco consistente, firme e imponente, capaz de defenderse solo, más allá de lo que un servidor pueda escribir sobre él. Si lo que se busca es robustez y potencia irreflexiva, esto es ideal para saciar ese insalubre impulso.