
1. "Breaking Loose" - 4:10
2. "It's Too Late" - 3:52
3. "Long Distance Heartbreak" - 6:46
4. "Time for a Change" - 3:10
5. "Hangman's Tree" - 3:52
6. "It's What I Wanted" - 3:57
7. "Mainline" - 2:59
8. "Women, Whiskey & Sin" - 3:08
9. "Thoughts that Bleed" - 4:29
Hacía ya seis años que los chicos de Ontario se habían cambiado de nombre (de The Helix Field Band simplemente a HELIX) y formado una sociedad junto al manager William Seip, la H&S, con la que lanzan su primer trabajo y entran a formar parte del negocio musical, eso sí, desde posiciones muy bajas.
A veces hay que empezar poco a poco, labrándose el camino hacia el éxito con esfuerzo y plena dedicación, y nuestros amigos desde luego se tomaron su tiempo...
Su ciclo de vida se basa en patearse clubs y realizar algunas giras para promocionar su debut, que ha encontrado difusión en la radio con relativa atención. "BREAKING LOOSE" refleja un álbum de espíritu proletario y humilde, producido con pocos medios, mucho entusiasmo y buen gusto musical; empieza entonces la década de los '80 surgiendo formaciones y nuevas corrientes a un lado y al otro del charco: el punk da sus últimos coletazos y explota la N.W.o.B.H.M. mientras muchos se acogen a estilos más comerciales y experimentales. A HELIX, cuyas esperanzas de fichar por Capitol han sido machacadas, no les queda más remedio que seguir a lo suyo...
Y lo hacen soportando nuevos cambios de integrantes pero manteniendo mismo management, misma productora e incluso mismas ideas y conceptos a la hora de desarrollar un nuevo disco; sus reflexiones debieron ser: "Si ya lo hicimos una vez y pareció funcionar, ¿por qué no repetirlo?". Ahora el "line-up" se compone de Brian Vollmer, Brent Doerner y Paul Hackman, con Leo Niebudek sustituyendo a Brian (hermano de Brent) y Keith Zurbrigg marchándose para ser reemplazado por el joven Mike Uzelac, que daría muchos quebraderos de cabeza debido a su drogadicción (teniendo esto en cuenta más les hubiera valido enrolar a Michael J. Fox, quien compitió por el puesto, según cuenta la leyenda...).
Se dedican a crear canciones lo suficientemente buenas para seguir de cerca al predecesor, aunque demuestran, tal vez sin proponérselo, cierta evolución y madurez en cuanto a composición y técnica; el revulsivo de su sonido sigue hallándose en la energía y la plena actitud "rockera", como bien demuestra la inicial "Breaking Loose", que se hace con el título del LP anterior (método que se repetirá en el siguiente, bautizando una canción con el nombre del que nos ocupa) para facturar un corte adictivo, apoyado en la poderosa combinación de la batería y el bajo, realmente atronador, y en la presencia de unos "riffs" ásperos y vigorosos.
Por otro lado las letras hablan de disfrutar los placeres de la noche, y sin descanso, filosofía que se convertiría en una máxima del grupo: la "rock 'n' roll party all night & forever"; siguiendo estos parámetros encontramos la simpática "Women, Whiskey & Sin", con esos animados coros y su solo vertiginoso, o la veloz "Time for a Change", de melódicos estribillos (y mucho más comprometida en sus amargos mensajes de cariz social y político). Pero musicalmente hablando lo que HELIX tocan poco tiene que ver con lo referente al heavy que está despuntando en ese momento, por mucho que Doerner y Hackman se destapen con solos incendiarios y afilados mirando de reojo a la N.W.o.B.H.M..
Pues "WHITE LACE & BLACK LEATHER" despide el aroma de unos años '70 que aún parecen no haber acabado. Su hard rock crudo, directo y a la vez elegante y melódico está emparentado, más que con los Priest, Maiden y SAXON de esas fechas, con Thin Lizzy, UFO, los primeros Y&T, los primeros KROKUS, los primeros Whitesnake; incluso, en su vertiente más suave, con bandas de la clásica escena "rockera" canadiense al estilo de April Wine o Trooper. Vertiente bien expuesta en "medios-tiempos" como "It's What I Wanted", "Hangman's Tree" (destacando en ella sus potentes "grooves") o "It's Too Late" (de amables pasajes y estribillos que recuerdan en la distancia a la exitosa "Broken Down Angel" de Nazareth, otra gran influencia para los muchachos).
Todavía falta para que se acojan al lado más pomposo y comercial del heavy/rock y en su camino se crucen los cueros chillones, los cardados y los vistosos videoclips para MTV; por ahora Vollmer (quien, pese a su voz carismática, no revela todo su potencial) y sus compañeros prefieren llevar tejanos y mantener una actitud sucia, callejera, de pub con olor a espeso humo y alcohol barato. Esto hace que el blues y el boogie rock empapen su espectro sonoro, como ejemplifica la mencionada "Women, Whiskey & Sin" y sobre todo "Mainline", única cantada por Doerner y cuyas letras (sobre una relación tan ardiente como desafortunada) y ritmo vacilón poseen la añeja esencia "bluesy" de Rick Danko.
También se aprecian aquí ecos de los Wishbone Ash de los primeros '80 (las descaradas inflexiones del guitarrista, sus punteos y los "grooves" de Niebudek ayudan a ello), aunque si en algo se pueden equiparar los de Ontario con los ingleses es sin duda en "Long Distance Heartbreak", sorpresa del álbum y de toda su carrera, regresando, ya por última vez, a los coqueteos progresivos del debut gracias una pieza épica cuya entrada de acordes melancólicos irá arrastrando elaboradas partes de guitarra y cambios de ritmo (memorable el que se da a partir de los 5 minutos y medio), apoyados por esos duelos de solos afilados entre Doerner y Hackman y una muy emotiva interpretación de Vollmer.
La faceta más intimista del grupo volverá a aparecer en la balada "Thoughts that Bleed", que cierra de manera solemne el LP con esos últimos minutos donde las guitarras y el piano se armonizan para crear una atmósfera del todo envolvente y conmovedora. Sin duda el grupo sabe demostrar versatilidad y auténtico carisma, lo malo es que su sonido y estilo parece no encajar en la escena musical que se vive en esos iniciados '80, de ahí que este trabajo (publicado bajo una portada en elegante blanco y negro que sugiere dureza y al mismo tiempo delicadeza, como la música de su interior) vuelva a pasar sin pena ni gloria para crítica y público; son entonces conscientes de que precisan de un cambio, y Seip les da algunas directrices y consejos.
Realmente es un cambio casi autoimpuesto. En el proceso obtendrán, irónicamente, el beneplácito de Capitol, y por consiguiente la llegada de la fama y la difusión masiva en los medios...pero perderán el espíritu, más auténtico, menos artificial, de sus raíces.
No obstante, HELIX siempre supieron mantener un nivel muy decente y atractivo como banda de heavy/rock, en cualquiera de sus etapas; y así, con "NO REST FOR THE WICKED", clásico imperecedero del género, dicen adiós a la primera e inauguran por todo lo alto la siguiente...
Canción favorita: "Mainline" (sí, curiosamente...)
Brian Vollmer: Voz
Brent Doerner: Guitarra/voz
Paul Hackman: Guitarra
Mike Uzelac: Bajo
Leo Niebudek: Batería
Keith Zurbrigg: Bajo
("It's Too Late")