
01. E5150
02. The Mob Rules
03. Children of the Sea
04. I
05. Bible Black
06. Time Machina
07. Fear
08. Falling off the Edge of the Word
09. Follow The Tears
10. Die Young
11. Heaven and Hell
12. Country Girl/ Neon Knight
BAJANDO DE LA NUBE
Ayer presencie mi primer, y espero no sea el último, recital de Black Sabbath/Heaven and Hell.
La cita era a las 20:30 hs y el show comenzaba a las 21 hs en el Estadio Luna Park (el mejor lugar del país en sonido para recitales por lejos), donde la seguridad, comodidades y tales son excelentes.
Arranque temprano, a pesar de estar a media hora de viaje, dada mi impaciencia que crecía con cada minuto, por lo que arrastre a mi hermano, dos años mayor (no metalero, aún ;-), jeje) a salir de casa a las 19 horas, recomendándole llevar al menos una remera (playera) negra, lo que hizo sin problemas, yo hice mi parte.
Las 5 cuadras hasta la estación del subterráneo se me hicieron eternas, a una cuadra de la misma, me percato que mi hermano, llevaba alpargatas blancas, jeje, no lo podía creer, pero lejos de molestarme, me salió una carcajada. Así es él (y yo también) de usar lo que quiero y me resulta cómodo, salvo situaciones muy específicas.
Los que asistíamos al recital nos reconocíamos de inmediato, entre toda la gente ajena a ese vínculo que nos unía efímeramente, ya sea por las remeras de Sabbath, o de otras bandas de metal, o por una cuestión de emoción visible, imperceptible para los demás.
Nos bajamos en la última estación, llamada Alem, y salimos por la puerta que da directamente a la esquina del estadio.
Mientras la escalera eléctrica hacía lo suyo, el bullicio tradicional de miles de almas de metaleros eufóricos se empezó a escuchar. Al ver la superficie, sólo se veía una marea de cuerpos vestidos de negro, muchísimos con las chaquetas de cuero y el pelo obviamente largo, pero a diferencia de otros recitales había gente vestida “de civil”, auque eran los menos.
Si bien esta imagen es igual en todo recital de metal, se respiraba un aire de lujuria y emoción como nunca antes.
Los vendedores en las calles con las clásicas remeras de la banda de turno, la que decía Dio con su logo, las de Heaven and Hell y detrás la fecha, y lugar y algunos con las de Sabbath. Los diseños bastante flojitos, ninguna me llamó la atención como para comprarla. Miré rápidamente y no vi ninguna con la portada del nuevo disco, lo que si me hubiera hecho desembolsar unos cuantos pesos.
Pasamos el primer control que nos separó de la maza de gente, y la emoción ya se había apoderado completamente de mí.
Luego del control con láser del código de barras de las entradas, ingresamos, pasamos los controles de armas, hicimos una parada en los baños e ingresamos al estadio en sí.
Otros dos controles de localidades, un acomodador nos escoltó a nuestros lugares, y nos sentamos cómodamente a esperar.
Las ubicaciones realmente increíbles, se paga lo que se obtiene. La gente que estaba en campo, estaba sentada, dadas las horas de fila que deben haber aguantado, y de a poco se fueron parando a medida que los minutos pasaban y cada vez más gente ingresaba.
El escenario me resultó extrañamente pequeño (por lo ancho), sobre él se veía una batería y detrás el telón negro, lo que indicaba que la escenografía de H.H. estaba detrás, también indicaba que habría banda soporte, lo que no sabía.
El estadio con casi todas sus localidades vendibles ocupadas, recibió calidamente en su mayoría, y eufóricos un grupo de unos 60 en campo, a O'Connor, banda solista del ex cantante de Hermética y Malón, quien subió corriendo al escenario y tenía puesta su ya clásica remera del esqueleto. Nos entregó una sólida actuación de media hora, que a pesar de un sonido no del todo correcto, hizo temblar el piso. Cantando unos 8 temas, con aplausos luego de cada uno y delirio con uno de los clásicos, diciendo al final de la primer canción el honor que era para ellos talonear a sus maestros y tal.
En su segundo tema se desató el primer “pogo” , pequeño, de unas 20 personas saltando y golpeándose entre sí.
Se retiraron con aplausos y los plomos (roadies) desarmaron todo en 2 minutos.
La gente empezó a cantar por Sabbath y por cada uno de los integrantes (especialmente Dio y Tony).
Las luces encendidas, las localidades vendibles ya completas, la tela cae y se ve la puesta en escena, bastante austera. Detrás un telón escenificando una pared de metal, delante de ella, al medio y elevada, la increíblemente hermosa batería de Appice, con una pared de redoblantes de cada lado, delante de ella y a cada costado dos murallas de cadenas imitando metal sostenidas de dos columnas cada una que simulaban ser de metal también, más los amplificadores varios.
Sobre el escenario, muchísimas luces, además de una estructura móvil de luces que subió y bajo todo el concierto y pasaba de horizontal a formas angulares.
La gente de sonido de H.H., salio a probar los instrumentos y el jefe, un señor de pelo largo y canas varias, probó todas las luces que usaría luego la banda, mientras que las pantallas reproducían videos de seguridad y tal.
A las 21hs en punto, las luces se apagaron, se encendieron sólo las violetas, el estadio estalló, el clima de emoción también, las pantallas de cámaras y celulares “coparon” el campo, se escucho una bomba de estruendo que sabe dios como la habrán logrado pasar entre toda la seguridad que había en el estadio y controles.
Empezó a sonar E5150 creando un clima inquietante, las butacas temblaban, aún sólo con las luces violetas, desde mi ubicación podía ver una de las salidas de artistas, veo salir a Dio y se nota que Appice se ubica en la batería. Se los ve a los 4 en sus posiciones y el griterío fue increíble. Sin terminar de sonar la mencionada comenzó The Mob Rules, con el sonido algo bajo lo que me inquietó mucho. De todas maneras verlos ahí desde una ubicación tan buena era impagable. Dio al centro y moviéndose a saltitos rítmicos de un costado a otro del escenario, Tony a la derecha (siempre viendo de frente el escenario), Geezer a la izquierda y Appice lo ya dicho (al pobre en la revista que se compra a voluntad dentro del estadio le pusieron Vinny Apice, jeje).
Al terminar la misma, además de los aplausos, silbidos y gritos, todos de emoción, arrancó el clásico (argentino) de ole, ole, ole, oleee. Dio…Dio!!!, repitiéndose atronadoramente en todo el estadio. El halagado respondió, sonriendo a más no poder y visiblemente e inocultablemente emocionado con un “Thank you very much”, repetido varias veces por la continuidad de los vitoreos.
Para mi placer Dio presenta Children of the Sea, donde el sonido ya en sus decibeles correctos sonaba impresionante, realmente nos quedamos todos sin aliento, el tipo cantaba increíble, llegaba a cada nota, saltaba de lado a lado…..damas y caballeros Ronnie James Dio está entero, los años no pasan para él (sí para la cantidad de su pelo, jeje), además de ser muy gentil con la gente, dándole la mano a muchos, levantando y comentando sobre todo lo que le arrojaban al escenario, agradeciendo después de cada canción, un genio total, después de verlo en vivo, lo aprecio muchísimo más. Appice muchísimo mejor de lo que sonó en el último disco estuvo increíble, Geezer movía sus dedos frenéticamente sacando notas de su bajo que las sentías en la boca del estomago, un genio total, aunque medio como en su mundo y Iommi sonriendo, divirtiéndose, disfrutando nos regalo toda su magia.
En este tema, en el que le sigue y en Heaven and Hell se corearon con unos “oooo…ooooo” los solos de Iommi, cosa que no sé si se hace en el resto del mundo.
Al finalizar, después de las ovaciones presentes luego de cada tema, Dio presenta el siguiente diciendo “el siguiente es una canción de Dehumanizer llamada simplemente I” y la gente estalló nuevamente. Fue uno de los mejores de la noche Dio gigantesco, dejando todo lo que tiene, regalándonos partes donde subía y bajaba de registros de manera reservada para los grandes maestros solamente, la gente contagiada cantaba cada parte sobre todo los “I…I…I”.
Tan entusiasmado estaba Appice con su actuación que luego de darle durísimo (como toda la noche) a su pared izquierda de redoblantes, la tiró de la tarima. Un roadie atento y veloz la volvió a poner en su lugar.
Luego de presentar como su tema preferido del nuevo disco comenzó Bible Black, muy buena, pero era notoria la diferencia de experiencia en cantidad de presentaciones con respecto a los clásicos. Dio presenta Time Machine, que fue perfecta, otro de los puntos más altos de la noche.
Los “pogos” se hacían cada vez más grandes en el campo y la marea de gente se movía como olas constantemente.
Le siguió un increíble solo de batería donde Vinny le dio durísimo y con ganas, fueron unos 5 minutos de demostración de talento y variantes varias. Durante las ovaciones, Appice se paró a recibirlas y lanzó las baquetas a la gente que se mató para agarrarlas, el resto de la banda volvió al escenario y Dio, como corresponde lo nombra y se repiten los aplausos.
Le siguió Fear, que en la misma línea de Bible Black fueron recibidas con menor euforia, pero al final del mismo, siempre un griterío ensordecedor y cuernos levantados.
Otro punto muy alto fue Falling off the Edge of the Word donde Geezer dio cátedra al igual que Dio que evidentemente tenía una de esas noches inolvidables.
En este (creo) fue el tema donde Appice, rompió la baqueta de su mano izquierda, y rápido el hombre agarró otra.
Follow The Tears fue presentado como un tema para llorar, y ejecutado a la perfección, el clima a este punto ya era de satisfacción total.
¿Qué mejor que esto? nos preguntábamos luego de haber cantado estribillos, coreado solos y de seguirle los juegos de voces a Dio, pues la respuesta fue simple, presentaron Die Young y la gente directamente se enloqueció, unos 2 metros a mi derecha estaban localidades distintas, (las más caras del estadio) y donde toda la noche el nivel de exaltación fue parejo con el mío, pero en ese momento me superaron unos cuantos (bastante más mayores en edad) en nivel de entusiasmo. Un señor descontroladísimo salto de su butaca y se corrió hacia las escaleras donde empezó a saltar y gritar como si estuviera en el campo, su nivel de euforia bajó en picada cuando uno de los esbirros de seguridad lo mandó a su butaca por cuestiones de seguridad. Otras señoras en sus cuartas y quintas décadas de vida gritaban a lo loco, una hasta saltaba haciendo un air guitar. Increíble.
Heaven and Hell fue el momento más emotivo del concierto, nadie, absolutamente nadie dejó de corear el comienzo con los clásicos “ooooo..ooohoohooo…ooooohooohoooohooooo” siguiendo el ritmo impuesto por Tony, que se extendió muchísimo más de lo que marca originalmente. Nadie dejo de cantarla, y de agitar los brazos en los coros que retumbaban de manera impresionante con esos increíbles (y se me pone la carne de gallina de recordarlo) “So it's on and on and on, oh it's on and on and on It goes on and on and on, Heaven and Hell” gritando el ahora nombre de la banda a todo lo que dé la garganta.
En un momento todo se apago y sólo quedo una luz roja iluminando desde el piso del escenario a Dio, en plan diabólico y la gente reacciono de manera favorable, así como una luz azul desde el techo simulando el cielo e infierno.
El momento instrumental se extendió por unos 7 minutos al menos, donde Tony y Geezer dieron cátedra de maestría y buen gusto.
A Tony se lo veía sonriendo por la respuesta coral de sus solos, y respondía dándole el “puazo” con su izquierda y sostenido las notas con su notable derecha al tiempo que hacía los cuernos con la izquierda y la gente deliraba a más no poder.
La batería de Vinny atronadora acompañando, especialmente en el momento del cambio de ritmo. De esa manera, en vez de tomarse un descanso todos, Dio descansó su voz, lo vi sentado a un costado de Vinny refrescando la garganta.
Volvió Dio y cerraron los minutos finales de la canción, el mejor momento de la noche.
Se despidieron, pero solo un minuto para volver y luego de palabras de Dio sobre que fuimos increíble audiencia y agradecernos por esa noche y todos los años pasados, que desearía cantar aquí todos los días y tal, tocaron un pedazo corto de Country Girl y pegado Neon Knight, que también fue impactante, todos delirando y absorbiendo los minutos finales del concierto.
Final, se retiran, regresan sin sus instrumentos y Tony tira multitud de púas a la gente que se abalanza para agarrarlas.
Luego las ovaciones individuales y grupales donde absolutamente nadie se quedó sentado, las (calculando a ojo) 8 mil personas aplaudiendo y haciendo cuernos y gritando, Dio se despide agradeciendo, todos saludan y se retiran.
Me siento, interiorizando cada detalle para no olvidarme (desde ya que muchos los dejé de lado porque escribiría el doble), de esa hora y media de alegría pura, y esperando al tiempo que la maza de gente salga del estadio para poder salir, sin antes parar de nuevo en el baño.
Como detalle final, al estar casi fuera del estadio, nos encontramos a Adrián Barilari, cantante de Rata Blanca, que tocarán en ese mismo estadio pronto como parte de la gira que los llevo por todo el mundo.
Caminando a paso de multitud, nos desconcentramos de la misma y nos fuimos a comer una pizza con cervezas bien frías, ¿que más se podía pedir?, en una pizzería muy famosa de la zona donde parecía el after del recital ya que éramos todos los metaleros que veníamos de Luna Park, mezclados con gente vestida de manera muy social que venían del teatro que queda enfrente, donde se repitieron los ole, ole, ole, ole, Dio, Dio, el recital seguía en nosotros.
Ronnie James Dio: Voces
Tony Iommi: Guitarra
Geezer Butler: Bajo
Vinny Appice: Bateria