
1. The Killer
2. Venom
3. Smell of Death
4. Decayer
5. The Wail of My Threnode
6. Resurrect with a Vengeance
7. The Great Bludgeoning
8. Need to Kill
9. Devil in Your Own Hell
Las ramificaciones del metal son infinitas y también caprichosas, es curioso ver como incluso dentro del subgénero creado a principios de los noventa llamado Death Sueco o Sonido Göteborg, también podemos encontrar dos bifurcaciones, dos caminos paralelos que comparten el punto de partida pero que, debido a diversos detalles y matices, acaban separándose. El alejamiento es mínimo y siguen compartiendo varios elementos comunes, pero el espíritu es un poco diferente.
Podríamos distinguir pues entre dos grupos, el primero formado por los practicantes de un Death cargado de melodía, con su correspondiente mala uva, pero cuidando de forma exquisita el mencionado aspecto melódico, siendo a su vez la principal baza y reclamo. Ahí podemos englobar bandas como los primeros In Flames (hasta que se estropearon con el “Reroute to Remain”), Dark Tranquillity, Arch Enemy o Gardenian, por nombrar algunas de las bandas más representativas del género. Y el segundo grupo, que es el que hoy nos concierne, formado por una serie de bandas dispuestas a rompernos las cervicales con un Death muy cañero y enérgico, que echa mano incluso de bastante riffeo thrasher, y que aun y así, sabe cuidar cojonudamente el aspecto melódico. Aquí partiremos como no de los maestro pioneros At the Gates, y después de ellos viene el resto; The Haunted, Terror 2.000, Darkane, los primeros Soilwork, Dew-Sentenced.
Y a principios de siglo se les unieron al grupo la banda que hoy se estrena en el portal, los daneses Hatesphere, aunque bien es cierto que ya llevaban desde el noventa y tres dando guerra bajo el nombre de Necrosis. Lo curioso del caso es que mientras algunas de las bandas mencionadas anteriormente han ido perdiendo fuelle o incluso cambiando un poco su estilo, Hatesphere ha ido creciendo paulatinamente, con buenos discos y algunos no tanto, pero de eso también se aprende, y parece que el cambio de varios de sus componentes en estos últimos años le ha sentado de maravilla al jefe “Pepe” Lysen Hansen y a su particular proyecto.
Death Sueco cañero, revienta-pelotas, contundente, directo y adictivo, sin alardes técnicos pues no los necesitan y sobre todo con mala leche y mucho feeling. Agresiva voz deather sustentada en viperinos riffs thrashers y algún que otro momento más groove que aporta algo de pausa ante tal orgía riffera. La inicial “The Killer” te eriza el bello del cogote tan solo arrancar, ya ves que la cosa va en serio y que mañana toca pomada en el cuello y bolsa de hielo. ¿Te ha parecido burra? Pues tranquilo que hay más, “Smell of Death” (con un vídeo impactante sin la necesidad de grandes recursos), o el corte cierre “Devil in Your Own Hell” atacan con una fuerza descomunal. Mención especial para el inicio con acústicas de “Venom”, su posterior riffeo machacón y la cera ardiente posterior.
Aunque puestos a destacar un corte en especial yo me quedo sin duda con “Need to Kill”. Es curioso pues el corte con más gancho del disco es posiblemente el más comedido de todos. Un medio tiempo más adictivo que la coca-cola, con un riff principal que sin ser nada del otro mundo te acaba atrapando y no te suelta ni con agua hirviendo. El tema se mantiene trabajando alrededor de dicho riff, con su puntual momento más acelerado, y cierra usando de nuevo el mismo riff aunque que no te cansas de escucharlo jamás.
Ya sabes, si te mola el Death Sueco cañero, con cierto tufo thrasher y algo de Groove, este es tu disco. Media hora pasada de metal penetrante e hiriente sin excesivas complicaciones, vamos que te vas a tragar el disco más veces que “Contacto Sangriento”, que cada vez que la repiten en la tele te la acabas chupando.
PD: No soy muy de Slayer pero esa portada es un poquito “Seasons in the Abyss” ¿no?
Peter "Pepe" Lyse Hansen: Guitarra
Jakob Nyholm: Guitarra
Mike Park Nielsen: Batería
Esben "Esse" Elnegaard Kjaer Hansen: Voz
Jimmy Nedergaard: Bajo