Girlschool - Girlschool

Enviado por Vesper Lynd el Jue, 22/04/2021 - 06:49
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Llegaron los ’90 y las Girlschool, en aquel entonces, venían pasando una mala racha tras haber publicado dos discos de glam metal y otros dos de hard rock y AOR muy americano. A mediados de los ochenta perdieron el horizonte y la partida de su guitarrista original, Kelly Johnson, fue un golpe duro y su reemplazo, Cris Bonacci, no ayudó a encausar al grupo. Este sería su último disco con las Girlschool, antes del breve regreso triunfal de la rubia Johnson. Lamentablemente, Kelly sólo pudo participar en un álbum (“21 Anniversary Not That Innocent”) antes de su partida definitiva del grupo debido a su enfermedad, el cáncer de espina que le causaría la muerte en el 2008. Pero antes de su trágico final, preparó a su sucesora, la australiana Jackie Chambers, que hasta el día de hoy continúa en el grupo.

Veremos si Girlschool pudieron quitarse de encima el lastre del glam metal y regresar a su sonido original. Tras el aluvión del “Nevermind” de Nirvana tomaron la sabia decisión de publicar este trabajo en toda la década de los ’90, absteniéndose de experimentación y ejercicios raros. Se limitaron a salir de gira, lanzar recopilatorios y tocar los clásicos, a resistir, básicamente.

Empezamos con “My Ambition" y si, gracias a Dios, Kim McAuliffe vuelve a cantar en el tono punk y rebelde de la trilogía sagrada de Girlschool. Acá las chicas se despachan un tema hard rockero con garra y energía, un buen trabajo a las seis cuerdas y a la batería. No será el “Hit and Run” pero suena mucho mejor que los últimos cuatro intentos de los ’80. Tengo un poco de esperanza, que se mantiene a lo largo de canciones como “One More” y “Can’t Do That”, claros ejercicios de heavy metal motorheadiano de la vieja escuela, donde McAuliffe canta en un registro punk muy similar al de Joan Jett.

También hay lugar para los medios tiempos, lo que iba a ser una constante en sus próximos discos, la madurez les hizo bajar unas cuantas revoluciones a las Girlschool, como sucede en “Can’t Say No”, de sonido muy noventero (con una Bonacci que se luce a las seis cuerdas, ya era hora, aunque sea en su despedida definitiva de la banda) y la blusera “On My Way”, algo muy diferente al estilo que practicaron por años, donde se nota la influencia del rock de los setenta.

“Wild At Heart” arranca con la batería de Denise Dufort y un riff pegadizo de Bonacci. Aquí canta de una manera más pausada y relajada, me recuerda al disco “Stiletto” de Lita Ford. Por otra parte, “Can’t Keep a Good Girl Down” me remonta a AC/DC por el ambiente fiestero y hard rock, ésta si suena bien ochentas, pero en el buen sentido. Es un tema con gancho, buen ritmo y cañero. Kim me recuerda a Bon Scott en la forma de cantar. “Sitting Pretty” sigue con la misma estela del anterior, hard rock con aires setenteros, buen ritmo y riff pegadizos. De a poco, están recuperando el sonido original.

“Take Me I’m Yours” (¡Menudo título!) es similar a L7, sus herederas de los ’90, otro tema con influencia punk, pero que carece de velocidad y fuerza. A pesar de una leve mejoría comparada con sus discos anteriores, se sigue echando en falta la presencia de la irremplazable Kelly Johnson, todavía las noto funcionando a media máquina, a fin de cuentas, ninguna de sus sucesoras pudo hacer una dupla tan fructífera con la morena McAuliffe como la rubia guitarrista.

Este disco homónimo es un regreso a las raíces, sobre todo en tres o cuatro canciones, pero abusa un poco de los medios tiempos y se extrañan mucho la velocidad y la contundencia que repartían diez años atrás, en su “trilogía sagrada”. Eso sí, acá no hay rastro de cantos a lo glam metal y sonido AOR ochentero. Veo más influencia de los grupos de los ’70, como AC/DC y Aerosmith, por ejemplo. Girlschool suenan más tranquilas, más relajadas, no veo a Dufort tocando la batería a todo lo que da como en el pasado y las guitarras veloces y aceleradas de sus primeros discos brillan por su ausencia. Hay cuatro o cinco canciones en que las chicas se lucen, como “My Ambition", “One More” , “Can’t Do That”, o “Can’t Keep a Good Girl Down” , pero el resto, si bien es entretenido, no mantiene el nivel.

Yo estaba ilusionada con encontrar un disco superior a lo que me encontré, pero se ve que no, que el auténtico regreso a las raíces lo darían en el fabuloso disco del 2002 "21 Anniversary", con Kelly Johnson de nuevo en la composición. “Girlschool” es un álbum decente y aceptable pero no colmó mis expectativas. Igualmente, este disco supera a la mitad de sus trabajos de los ’80, es un buen paso adelante para las británicas. Mi puntuación es de 3 cuernos, 7/10.

Kim McAuliffe – Voz, guitarra rítmica
Cris Bonacci - Guitarra líder
Jackie Carrera - Bajo
Denise Dufort – Batería

Sello
Progressive International