Exhumed - Slaughtercult

Enviado por Junkhead el Sáb, 22/08/2015 - 07:38
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1. Decrepit Crescendo
2. Forged in Fire (Forged in Flames)
3. A Lesson in Pathology
4. This Axe Was Made to Grind
5. Carnal Epitaph
6. Dinnertime in the Morgue
7. Fester Forever
8. Deep Red
9. Infester
10. Slave to the Casket
11. Slaughtercult
12. Funeral Fuck
13. Vacant Grave

Ya comenzando a repetirnos más que el ajo, aquí nos encontramos nuevamente listos para echarnos más burricie a los tímpanos, esta vez de la mano de los “deathgrinders” californianos Exhumed, unos de los alumnos más notables de la “escuela Earache” que se ven a día de hoy. Exhumed, quienes junto a los también californianos Impaled conforman una suerte de “hermanos siameses hijos de Carcass”, pese a haber iniciado a comienzos de los ’90, no publicaron su primer LP hasta llegado el año ’98, y desde entonces se han elevado como toda una banda “obrera” que a no ser durante ese pequeño hiato que comprendió los años 2005 y 2010, han trabajado duramente y sin parar, demostrando una voluntad y un buen hacer admirables, cortesía del gran Matt Harvey, uno de los músicos más agradecidos y comprometidos con la escena que rondan hoy en día.

En esta ocasión nos toca diseccionar la segunda placa de Harvey y cía.: “Slaughtercult”, lanzado en 2000 por Relapse Records (sello que de hecho sigue amparando a la banda hasta el día de hoy), trabajo en el que la fórmula expuesta en el debut “Gore Metal” se refina en pos de una obra más memorable y que se escucha mejor a grandes rasgos. Para hacerlo fácil y rápido pondré el siguiente ejemplo: “Reek of Putrefaction” y “Symphonies of Sickness” es a Carcass lo que “Gore Metal” y “Slaughtercult” es a Exhumed, ambas obras magistrales pero en las que se deja notar un gran salto de calidad entre una y otra. La producción (a cargo del fallecido miembro de Nasum, Mieszko Talarczyk) y el material compositivo dan un buen paso adelante y dejan como resultado un LP técnica y musicalmente impecable.

Ya puestos, ¿qué nos depara un disco como “Slaughtercult”? Fácil: todo aquello que amamos del Death Metal y el Grindcore más soez y sin pretensiones. En una época en la que de repente surge que el Death Metal siempre tuvo que ser ultra técnico y super intrincado, Harvey tiene para tirar un buen rato haciendo uso de una estructura tan simple como la de “verso-estribillo-verso” y poniendo títulos como “Dinnertime in the Morgue” sin producir un ápice de aburrimiento en el oyente. Nosotros, felices. Aprendiendo bien del “sonido Earache” (a saber Carcass, Napalm Death, Terrorizer, los básicos en el arte del Grind) y del thrash de la Bay Area, Exhumed construyen un Deathgrind espeso, adictivo y hasta pegadizo en ciertos puntos (escribo esto mientras el estribillo de “Deep Red” suena en mi cabeza aun mientras no estoy escuchando el tema en cuestión, ahí es nada).

No voy a ser yo quien niegue que estos tipos no inventen la rueda. El ejemplo más fácil de que aquí no hay nada “nuevo” lo escuchamos en el inevitable dúo a lo Steer/Walker, en este caso conformado por Mike Beams y Harvey (el primero con un estilo que se mueve entre el mentado Steer y el tono ultragrave del mejor Chris Barnes y el segundo con un estilo más rasgado, mucho más Thrasher) en el cual ambos realizan ese duelo vocal tan característico y mil veces clonado de los mejores Carcass. Lo dicho, nada nuevo en este aspecto, y ya puestos, lo mismo podríamos decir de las guitarras o las letras. Sin embargo, ¡qué pedazos de putos riffs que se mandan los nenes! Podrán decir cualquier cosa, pero algo que nadie con un poco de sentido común puede negar es que en “Slaughtercult” no hay un jodido riff de sobra. Nada de piloto automático por estos lares, damas y caballeros, Harvey y su escudero Beams se sacan de la manga unos guitarrazos que por poco no se les prende fuego la puta guitarra (Mucha atención al duelo de solos que se marcan en la thrasher “Fester Forever”). A lo que voy, no es necesario ser “ultravanguardista” para mandarse una obra con unas pelotas del tamaño de una montaña, donde hay calidad, hay calidad.

Harvey y cía. brillan por dotar a todos sus temas con un toque absolutamente adictivo y pegadizo de la misma manera que lo hacían los papis del movimiento Repulsion en su magna obra “Horrified”: tracks cortos pero cuyos riffs y percusiones (tremendo lo de Col Jones a los parches) quedan grabados a fuego tras unas dos o tres escuchas, algo que no es fácil de conseguir en un género tan basado en el “machaque” y en la constante violencia sonora como lo es el Grindcore. El trabajo a las cuerdas en temas como “Forged in Fire”, “Carnal Epitaph” (con su cruce entre “Incarnated Solvent Abuse” y “Corporal Jisgore Quandary” de Carcass), “Dinnertime in the Morgue” (estribillote destroza pelotas a más no poder), “Deep Red” o “Funeral Fuck” sirven como ejemplo. Si de algo sufren horrores el 95% de bandas de Death actual es en dotar a su música con una buena dosis de memorabilidad. Exhumed se salen de esa marca con una nota altísima. Y es que lo voy a decir: Exhumed son MUY GRANDES.

Lo voy a repetir para que quede claro: “Slaughtercult” tiene todo aquello que uno quiere cuando pide Death Metal y Grindcore en su más puro estado. Exhumed exponen sus pretensiones (o la inexistencia de estas) nada más comenzando por la portada. Unas tripas ensangrentadas para alegrar la vista y unas imágenes de los integrantes de la banda deleitándose en sangre falsa en la contratapa. Más simple imposible.

La producción por su parte sale exitosa de una manera que “Gore Metal” quizá no tanto, es sucia pero inteligible en su totalidad, al menos lo suficiente como para distinguir a la perfección esos PEDAZOS DE RIFFS (sí que me repito, ¡pero la verdad sea dicha, mierda!) que se disparan durante los 35 minutos de duración de este “Culto de la Masacre”.

Con todo lo dicho, de todas las veces que he escuchado la segunda obra de los californianos (más de las que pueda recordar) no ha habido un solo segundo en el que haya sentido algo cercano al aburrimiento o al hastío. Desde la majestuosa “Decrepit Crescendo” hasta el histérico final con “Vacant Grave” (Excelente tijeretazo en 1:34, atención a las guitarras) la brutalidad y el hedor a podrido están a la orden del día. La fórmula “Deathgrind” de “Symphonies / Necroticism” combinado al influjo de otros grandes del género como los ya mencionados más arriba en la reseña. ¿Cómo fallar?

En definitiva, el punto más alto en una discografía impecable que aún no conoce términos tales como “mediocridad” o “dejadez”. Reiterativos pero con un encanto que te cagas encima, muchacho. Sucios, sangrientos, adictivos. Hazle un favor a tus gustos más enfermos y déjate llevar por el arte del Culto de la Masacre. Los cuellos destrozados son garantía.

Matt Harvey: Guitarra & voz
Mike Beams: Guitarra & voz
Col Jones: Batería
Bud Burke: Bajo*

Sello
Relapse Records