
1. The Rise of Hannibal
2. Hispania (The Siege of Saguntum)
3. Crossing of the Alps
4. Suavetaurilia (Intermezzo)
5. Cato Major: Carthago Delenda Est!
6. Ad Victoriam (The Battle of Zama)
7. The Spoils of War
8. The Roman
Hoy voy a hablar de un grupo que me produce sensaciones diversas. Y se trata de Ex Deo. De hecho, si nos vamos más atrás al 2012 (cuando los descubrí), ya desde un comienzo… no me agradaron demasiado. Bueno, ni la primera impresión ni cuando tiempo después curioseé más cosas de ellos. PERO sucede que tienen algo que me resulta extremadamente interesante: La temática. Ex Deo, es un grupo fundado por Maurizio Iacono (Kataklysm), con el único objetivo de hacer melodeath con letras sobre el Imperio Romano (así como su atavío). Y esto da mucho de qué hablar. Pero avancemos un poco y charlemos sobre su carrera:
Si bien Romulus (2009) hacía una mezcolanza de varios sucesos o personajes importantes de la historia de este pueblo asentado a orillas del Tiber, Caligvla (2012) traería un mensaje mucho más concreto, hablando de uno de los emperadores más infames de su historia. Lo que pasa, es que a alturas de 2017 la agrupación sacaría su tercer álbum de estudio: The Immortal Wars. Un álbum totalmente dedicado al mayor archi-enemigo que jamás tuvo el Imperio Romano (mucho antes de dejar de ser una República): Aníbal Barca. Hijo de Amílcar Barca y el líder cartaginés más famoso que jamás llegó a existir ¿Y qué pasa? Pues pasa que ESTA MIERDA SÍ ME INTERESA. Si bien las extravagancias de Calígula me dan un poco igual, un álbum conceptual sobre Aníbal y su especial campaña bélica contra Roma me seduce muchísimo más. En la antigüedad hay una serie de personajes históricos que merecen ser estudiados en mayor o menor profundidad, y en lo referente a la guerra, la estrategia y la historia antigua, Aníbal es uno de ellos de putísima calle.
Aquí uno siempre fue muy seguidor de la historia de Roma, desde la más tierna e imberbe infancia con cosas como Astérix y Obélix, pasando por grandes obras del cine como Gladiator, La Caída del Imperio Romano o la puta Ben-Hur. Pasaba horas dibujando, coloreando y recortando legionarios romanos. Asimismo, también mi interés alcanzó con los videojuegos: cosas como Age Of Empires, Imperivm, o Rome: Total War. Joder, Roma mola. Los legionarios molan… y las guerras de la antigüedad en las que participaron, molan todavía más. Siempre tuve interés por el ejército romano, sus éxitos, sus fracasos, sus grandes rivales… y, Aníbal, siempre fue uno de esos “grandes rivales de la historia”, como pasa con Atila el Huno o Pirro de Epiro. Desde luego, si te apetece aprender sobre Aníbal, The Immortal Wars no es un documento demasiado extenso ni con demasiados datos, pero ahora bien: tiene un hilo conductor muy bien llevado y (sobre todo) fluido. Y, aunque el Death Metal de Ex Deo sea todo lo opuesto a lo que podríamos considerar Death Old School, también es cierto que se trata de un material bastante asequible y fácil de digerir. No mete vergüenza ajena como los últimos Amon Amarth o In Flames, pero tampoco llega a retar el oído como Gorguts o Immolation.
Sea como sea, Ex Deo en este The Immortal Wars se llegaron a hacer con mi atención. Supe de él, esperé por él y lo escuché según salió. Todo esto, a raíz de su tema conceptual, por supuesto. Y cómo son las cosas que, tres años después, sigo acordándome de él de vez en cuando y disfrutándolo como el primer día ¿Que no es una obra impecable del género? ¡Pues claro! ¿no te jode? Pero pasa que a veces cunde rebajar el truísmo y dejar paso a otras cosas, como historias de interés, musicalidades más cinemáticas (con sus orquestaciones e instrumentos evocadores) para experimentar cosas distintas. En este aspecto The Immortal Wars destaca por su épico manejo de dichas orquestaciones, ritmos, arreglos, trama y contundencia. Siento cierto aroma a otras bandas por aquí; cosas como Septic Flesh, Amon Amarth o los más actuales Kataklysm, cosa lógica por otra parte, ya que Ex Deo está conformado casi exclusivamente por los miembros de dicha banda. Pero creo que ponerse a comparar a unos con los otros sería un error en este caso, porque lo que traen Ex Deo debería de verse de una manera más focalizada y no tan panorámica. Un poco como pasa con otras bandas (que poco tienen que ver entre ellas) como Rammstein, Behemoth o Sabaton.
The Immortal Wars se inaugura con The Rise of Hannibal, que viene a sumergirnos en las arenas del tiempo y llevarnos directamente al pasado, al momento en el que Aníbal jura a su padre eterno odio y enemistad a Roma. Aníbal quería hacer pagar la humillación perpetrada por Roma en la primera guerra púnica hacia Cartago y su propio padre.
“Father, on this day I promise to never be a friend of Rome, to treat them as a mortal enemy. This promise I make with my blood.
I am the son of Carthage, and let the blood of Rome flow in the oceans of war.”
No podría ser mejor la opening. Justifica las motivaciones de Aníbal, introduce a la historia y además aporta varios de los mejores pasajes musicales jamás creados por Ex Deo. Al llegar Hispania (Siege of Saguntum), nos encontramos con unos Ex Deo “archenemizados”, vertiginosos y grandilocuentes. En esa canción se nos habla del aseguramiento del territorio cartaginés en Hispania y la conquista de Sagunto, único protectorado romano al sur del Río Ebro en la península. Este asedio supuso la guerra directa con Roma, lo cual desencadenaría la segunda (y más sangrienta) guerra púnica. Crossing of the Alps sale a matar con dejes a lo Amon Amarth mientras Maurizio narra la archi-conocida proeza de atravesar los Alpes con más de una treintena de elefantes y miles de soldados (cartagineses, mercenarios, íberos y galos), unidos por el odio a Roma. Para desgracia de Aníbal, únicamente tres de sus paquidermos sobreviviría al paso de los Alpes, pero este sacrificio iniciaría su propia leyenda y daría alas a su fama de líder obstinado.
Suavetaurilia (Intermezzo) nos lleva (por primera vez en el álbum) al bando romano, a los templos paganos de Roma, donde se lleva a cabo un rito en el cual se sacrifican tres animales en honor a Marte. Este interludio nos trata de poner en situación para Cato Major: Carthago Delenda Est!, que viene a ser una canción que nos resume la conclusión del senado de Roma: Cartago debe ser destruida. Cita también mazo famosa de Catón el Viejo, quien supuestamente cerraba todas sus intervenciones en el senado de este modo: "Cartago debe ser destruída". Es una pena porque entre esta pieza y la anterior (Suavetaurilia (Intermezzo)) habría estado bien escuchar una o dos canciones sobre las batallas de Aníbal en suelo itálico. La batalla del Río Trebia, la del Lago Trasimeno, o Cannas… sin ir más lejos. Pero es que estamos hablando de más de una década de presencia cartaginesa en la península itálica, en la cual se libraron muchos asedios y enfrentamientos con un resultado netamente favorable para Aníbal Barca.
Por todo esto, se hace un poco repentino este momento del álbum, y sobre todo el paso de Carthago Delenda Est! a Ad Victoriam (The Battle of Zama) ¡Ala! Ya estamos ante la derrota de Aníbal frente a Escipión el Africano a las puertas de Cartago ¡Cómo vuela el tiempo! ¿no? Pero claro, se entiende: Ex Deo se consagran a cantar sobre los éxitos de Roma, no de sus fracasos. Sea como sea, The Battle of Zama no me mola tanto como The Spoils of War, tema en el que se narra el saqueo y destrucción (hasta los cimientos) de Cartago junto a su gente. Quien no murió masacrado por las legiones romanas, fue vendido como esclavo en aquella ciudad. Incluso echaron sal en el lugar, para que no volviese a crecer nada allí. Así despiden Ex Deo a Aníbal: como la leyenda que es, como el héroe romántico destinado a fracasar en su misión
irrealizable de destruir Roma y todo lo que eso conlleva. The Roman cierra The Immortal Wars sirviendo como un epílogo que glorifica la memoria de Roma y de su civilización como súper-potencia hegemónica en el Mediterráneo y alrededores.
Letrísticamente, The Immortal Wars me parece un trabajo casi sobresaliente. Insisto en que me falta un poco de “victorias cartaginesas”; batallas que a día de hoy se siguen estudiando como auténticas genialidades de la estrategia militar. Pero claro: si Ex Deo se hubieran alargado, lo mismo este álbum se habría vuelto demasiado denso y quizá el oyente perdería interés. En cambio, The Immortal Wars, tal como salió al mercado, ofrece unos cómodos 38 minutos de Death Metal Melódico con toques sinfónicos. Nada fuera de serie o que raye en lo excelente… pero sí: Entretenido y de calidad al fin y a la postre.
Hace cosa de tres años y medio de la salida de este vástago de Ex Deo y no puedo evitar pensar que pudo haber tenido mejor fortuna. Por supuesto fue un éxito en ventas y popularidad, claro, pero… siento que podría haber sido todavía más grande de lo que fue. Sea como sea, aquí tenemos otro disco de los canadienses Ex Deo: perpetuando la historia de Aníbal y glorificando el pasado de Roma.
Lo mismo es que me levanté algo generoso de más hoy, pero creo que The Immortal Wars merece unos cuatro cuernos bajos. Un 7.25 ¿Que salieron mejores discos en 2017? A puñados… pero he aquí uno que tiene su miga, su concepto e interés especial. Y eso, amigo mío… es algo lejano de lo subjetivo, son elementos objetivamente valiosos y a tener en cuenta.
Hacía ya tiempo que quería traer este álbum. Ex Deo es una banda que me suele dejar indiferente pero este The Immortal Wars consiguió dar en la diana. Desde su artwork pintado por Eliran Kantor, pasando por su música, no dejo de ver en este disco un notable trabajo de Metal moderno.
Maurizio Iacono: voz, composición y letras.
Dano Apekian: bajo.
J-F Dagenais: guitarra rítmica.
Stéphane Barbe: guitarra solista.
Oli Beaudoin: batería.
Músico de Estudio:
Clemens Wijers: orquestaciones.