Eluveitie - Evocation I - The Arcane Dominion

Enviado por Marcapasos el Mié, 16/08/2017 - 01:33
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1. Sacrapos - At First Glance (02:01)
2. Brictom (04:22)
3. A Girl's Oath (01:17)
4. The Arcane Dominion (05:42)
5. Within the Grove (01:52)
6. The Cauldron of Renascence (02:03)
7. Nata (04:03)
8. Omnos (03:48)
9. Carnutian Forest (03:16)
10. Dessumiis Luge (03:29)
11. Gobanno (03:14)
12. Voveso in Mori (04:09)
13. Memento (03:20)
14. Ne Regv Na (05:07)
15. Sacrapos - The Disparaging Last Gaze (02:42)

No hace falta decir que Slania es el álbum más importante para con la carrera musical de los suizos Eluveitie, el álbum que catapultó a Chrigel Glanzmann y a los suyos al estrellato y al primer frente de Folk Metal a nivel mundial junto a otras potencias de la oleada del momento, como Suidakra, Аркона, Equilibrium, Korpiklaani o Heidevolk (mucha culpa la tuvo su mega-single Inis Mona, todo un himno que sigue rompiendo en directo a día de hoy, vaya ello por delante).

Glanzmann, decidido a hacer algo grande en una banda que él mismo encasilló en la autodenominada “The new wave of Folk Metal”, empezó a sentar las bases de lo que sería Eluveitie en su debut, Spirit (2006), y madurando soberanamente con Slania (2008), sosteniendo una propuesta arraigante de un Death Metal Melódico de potentes riffs sustentados por una barrera celta siempre presente en el cómputo musical, fórmula que, vístase cómo ha sido, no ha tardado en llevarles a lo más alto de su campo en la escena actual.

Pero esos dos primeros discos solo fueron el principio de los planes de Glanzmann. Con el apoyo de la vocalista Anna Murphy (quien también toca la zanfoña y la flauta) que se había unido a la banda desde la producción de Slania, Eluveitie dio su siguiente paso, el comienzo de una saga que comprendería dos discos y retrataría, desde una óptica más centrada y purista, toda la mitología y la cultura celta que siempre les ha rodeado.

Producido por Arto Tuunela y masterizado por Mika Jussila en los Finn Vox Studios de Helsinki, Finlandia, en enero de 2009 y lanzado al mercado en abril de ese mismo año, tenemos el tercer álbum de estudio de Eluveitie, Evocation I - The Arcane Dominion, uno de los discos más llamativos que estos chicos han creado, principalmente por tratarse de uno enteramente acústico, séase, música celta en estado puro (al estilo de trabajos previos de bandas como Elvenking o In Extremo), estando todas las letras sacadas de inscripciones antiguas escritas en galo antiguo (hecho que honorifica aún más la propuesta).

Podemos definir esta primera parte de Evocation mediante la pasión que refleja la formación encabezada por Glanzmann por la mitología y la antigua cultura helvecia celta (como siempre, se la toma muy en serio a la hora de darle personalidad en su álbum) y, por otra parte, la pureza que impregna cada canción. Sí, pureza, sin duda es este albor el que más edulcora al disco de forma íntegra, totalmente acústico y con un mayor protagonismo de Murphy a las vocales, aunque la desgarradora voz de Glanzmann también tiene su sentido en la obra, normalmente ocupándose de las particiones narrativas y corales.

Cero Metal e instrumentos eléctricos, contrastados por los que toman su posición, desde zanfoñas, guitarras acústicas, percusión y violín tradicionales, flautas irlandesas, mandolinas, gaitas… en definitiva, una auténtica delicia para los que caemos enseguida rendidos ante las composiciones folclóricas celtas, y es que es eso lo que encontraremos aquí, mas, de nada te servirá acercarte a Eluveitie en esta ocasión si buscas a algo que suene a Skyklad o Cruachan en el sentido más rockero o metalero… no lo hallarás en estos derroteros de bosques suizos, dioses vetustos e historias de conquistas, un hermosísimo cuadro del mundo celta trazado a través de quince temas, ergo, cincuenta minutos de bella música, de esa que te hace viajar lejos.

Algo que sucede con este CD y que concierne importantemente a los interesados en zambullirse en sus adentros, es que es un álbum compuesto para ser escuchado entero, sin interrupciones ni saltar de un track a otro a placer, en absoluto, estamos en un camino regido por un concepto cuidadísimo que nos coge de la mano y nos hace vagar entre canción y canción por medio de los lazos que los une.

En definitiva, esta es música para perderse (o para encontrarse, se mire como se mire), para olvidarse de todo lo que hay alrededor, de trascender para con la música a otro lugar…, a otro tiempo.

La canción Sacrapos (que sirve tanto de prólogo como de epílogo dentro del disco), nos va poniendo a tono a través de la letanía que prolongan las melodías de la zanfoña y las gaitas, trasladándonos a esa preciosidad que es Brictom, que presenta muy bien lo que este viaje será hasta su fin, con mucha versatilidad entre los instrumentales (de primigenia atmósfera, una pasada), el encanto profundo y característico de la banda y la dichosa voz de Anna Murphy (de verdad, qué gustazo es escucharla cantando en galo antiguo).

Muchos temas, dentro del trayecto, presentarán atmósferas más graves y hasta fríos, como la solemne homónima The Arcane Dominion, la plácida e inflexiva tribal Dessumiis Luge o Nata, la cual cuenta con la participación de Alan Nemtheanga, cantante de Primordial (narrador también de la ya comentada introducción).

Otros temas ganan en velocidad rítmica y melodías que hechizan al entusiasmo y al viento que corre al corazón, como esa Carnutian Forest que, una vez traspasada su niebla, simplemente enamora, o la festiva Memento (pura emoción melodiosa), o The Cauldron of Renascence (ésta última recuerda bastante a Nil, del Everithing Remains (As It Never Was)).
Otras de las que surgen suspiros de fascinación son la oscura Voveso Mori y la calmada Ne Regv Na, sendos temas que gozan de disponer de las mejores guitarras acústicas de todo el trabajo.

Mucho que descubrir, desde luego. Asimismo, una especial mención queda para una de las canciones que más me gustan del álbum, su single Omnos, uno de los más famosos de la discografía de Eluveitie, una composición de una hipnotizadora hermosura y una Anna Murphy brillante. La única canción verdaderamente comercial del LP.

Hablar de Evocation I - The Arcane Dominion es hablar del álbum de Eluveitie que menos éxito comercial ha alcanzado. Si es que donde estén unos buenos riffs de Death Melódico a ritmo de zanfoña…
Será un producto difícil de escuchar si uno busca, en principio, un disco de una banda de Folk Metal (que sería lo normal, ya que es el terreno manejado por Eluveite), y su extensa y agreste rusticidad lo vuelven menos solvente a los que, al final, echarán en falta la caña del resto de álbumes de su carrera.

Al final queda como un excelente disco de música celta, en el fondo como tantos que circulan en el mercado (aunque con el sello de Nuclear Blast), también una orgullosa y bien ingeniada oda a la tierra y el mundo de sus antepasados, al universo de lo que fue y de lo que será. Eluveitie, con Metal o sin él, saben lucirse y dejar en claro que lo suyo es este tipo de música.

Aparte de escucharlo entero y de forma ordenada y sin interrupciones, he aquí otra recomendación: merece ser escuchado en lo más frondoso de una buena floresta (o, en su defecto, en cualquier lugar con mucho verde y natura, el primer prado que encuentres, vaya).

Legado para trascender en la historia, de Eluveitie a su público. Cuatro cuernos medio altos que se gana esta primera evocación de Eluveitie, y otros cinco para su portada, de mis preferidas de la banda, una caricatura de Cernunnos, el dios de la naturaleza y la fertilidad de la mitología celta.

Ivo Henzi / Guitarra acústica
Päde Kistler / Flauta tradicional, gaita escocesa
Meri Tadić / Violín tradicional
Kay Brem / Bajo acústico
Chrigel Glanzmann / Flauta tradicional, mandolina, gaita irlandesa, bodhrán, voz
Anna Murphy / Zanfoña, flauta, voz
Sime Koch / Guitarra acústica
Merlin Sutter / Batería, percusión

*Artistas invitados*

Fredy Schnyder / Dulcémele (tracks 5, 11)
Mina the Fiddler / Viola de cinco cuerdas (tracks 5, 11)
Oliver S. Tyr / Laúd (track 4)
Sarah Wauquiez Acordeón diatónico (track 11)
Alan Nemtheanga / Voz (tracks 1, 7)

Sello
Nuclear Blast