Devin Townsend - Physicist

Enviado por Betrayer el Sáb, 25/05/2013 - 00:59
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En esta ocasión me dirijo a vosotros estimado público, para invitaros a sumergiros de lleno en el particular universo metálico del polifacético y extrovertido músico y cantante canadiense Devin Townsend. Personaje pintoresco donde los haya, “el héroe de las mil caras”, un tipo singular capaz de destrozarte vivo cuando se pone en modo “cyborg-deather-industrialoide” (etapa Strapping Young Lad), y de cautivarte con sus originales y atractivas melodías cuando entra en fase “cantauteitor”. Y hoy, a modo de disco introductorio para todos los que todavía no habéis catado la obra de este crack, os traigo lo que sería un teórico punto medio entre ambos extremos. No obstante el proyecto en cuestión se llama Devin Townsend a secas, y digo yo que por algo será.

En Physicist nos encontramos a un Devin en un momento de forma enorme, una batería usada a la que todavía le quedan años de vida útil y mucha potencia por descargar. Y es que la sangre de este tío está compuesta por ácido sulfúrico y glóbulos rojos a partes iguales, de ahí que con el permiso de los gigantes Fear Factory, sea el auténtico amo del metal industrial, o “cybermetal” para los amigos. Un sonido “extra” propio caracteriza toda la extensa obra de este señor, una propuesta inimitable que a día de hoy todavía espera una jodida banda que sea capaz de parecérsele aunque sea solo un poquito. Pero nada, aquí no hay Dios que se atreva a intentar copiar esto, no vaya a ser que haga el ridículo más espantoso.

Me atrevo con el adjetivo sin vacilar, GENIO, sí, en mayúsculas. Un creador nato, un tipo que siempre se ha pasado por el forro las tendencias del momento, que hace los que le pasa por la cabeza según la etapa de su vida y su pertinente estado de ánimo. Que apostó por la burrería extrema en Strapping cuando venía de cantar junto a Steve Vai en aquel mega proyecto que acabó en semi fiasco llamado “Vai”. Que ha acabado haciendo música que por momentos se aleja mil leguas de lo que entendemos por metal, a sabiendas que podía ser repudiado por parte de la legión de seguidores acérrimos de su etapa más “dura”. Que ha pasado de tener una pinta de demente esquizofrénico a erudito intelectual. Una mente inquieta, incapaz de echar el ancla, acomodarse y vivir de renta, siempre en continua evolución.

Además, como todo visionario que se precie, sigue las premisas de Don Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. En la onda de otros tantos angelitos como Chuck Schuldiner, Mikael Akerfeldt, Peter Tägtgren, Dan Swäno, o Ihsahn, por citar unos cuantos. Gente que están en otro nivel, sin los cuales el metal se habría estancado hace mucho tiempo, sin miedo a la experimentación y a la innovación. A todos ellos les debemos mucho, nosotros como oyentes y una gran parte de las nuevas generaciones de músicos, como gran influencia.

Para el disco en cuestión tampoco se complica demasiado la vida, la formación íntegra de Strapping es la que le acompaña en esta movida, si algo funciona para que tocarlo, solo es cuestión de cambiar un poquito el chip y ya lo tienes. Hoy tendrás una relativa tregua, el disco cunde cantidad, es dinámico, divertido, energético, pegadizo, de fácil digestión, pero no te hará sangrar como Strapping, nos quedaremos en un sudor cósmico cuyo hedor lo invade todo mientras navegamos en una nave espacial por el paranoico universo del señor Townsend.

Meterse en situación en este Physicist es la mar de rápido, los primeros teclados atmosféricos de “Namaste” se encargaran de ello, y espero que te gusten pues te van a acompañar durante el resto de la obra. Toda el disco está impregnado de una atmósfera espacial preponderante, un hilo conductor donde van cayendo los temas cual lluvia de meteoritos. Unos más gordos y con más mala uva como la citada “Namaste” o la siguiente “Victim”, con la habitual base de doble bombo del gran Gene Hoglan secundando la desgarrada voz de Devin, al cual se le nota a la legua que todavía no se había cortado las greñas (por así llamar a esos “pelarros” con lenguetazo de vaca en la frente que siempre le han caracterizado). Y sobretodo “Death” un temazo aplasta viejas que cabría sin problemas en el repertorio de Strapping.

Otro cortes irán en una onda más rock, con estribillos incluso cercanos al pop, ese es el caso de “Material”, un tema muy fácil de disfrutar, etéreo, mágico y pegadizo hasta matar. O “The Complex” que va oxigenando una cadencia muy contundente con un estribillo muy melodioso. “Kingdom” le va a la zaga, un ritmo más Groove a lo Fear Factory da el pistoletazo de salida a uno de los cortes más completos del disco (el segundo más largo), con unos coros de muchos quilates y una atmósfera cósmica reinante que a estas alturas de disco ya no sorprenden a nadie.

“Jupiter” sin ser tan brillante sigue en la dinámica futurista habitual, y solo le es necesario el momento del tema en que Devin canta “It’s Wonderful” para convertir lo que era un corte no tan genial en un temazo. Y cerramos con “Planet Rain”, extenso tema de once minutos de duración donde Devin canta la mayor parte del tiempo con voces limpias que se verán interrumpidas puntualmente por otras más harsh. El corte suena magnificente y ampuloso, sin duda apesta a tema cierre, dejando en el aire esa sensación de atmósfera cósmica que ha reinado durante todo el disco.

Ahí lo llevas, si eres de los que aun no conocías las andaduras metálicas de este personaje, Physicist es un gran disco para iniciarte en ellas. Un disco fresco y de fácil escucha, donde las diversas facetas del genio Townsend van apareciendo con gran harmonía y equilibrio. Y como apuntaba al inicio de la reseña, me atrevería a decir que este es el trabajo donde se puede hablar con mayor exactitud de un punto medio dentro de la carrera del canadiense, así que si este disco te mola, tienes muchas posibilidades de que te gusten sus doscientos mil discos restantes en sendos proyectos paralelos. Cuatro cuernazos mega altos, o cinco bajos como prefieras, un 9 bien grandote.

Devin Townsend: Voz, guitarra, teclados
Jed Simon: Guitarra
Byron Stroud: Bajo
Gene Hoglan: Batería

Sello
HevyDevy Records