Death Power - The Bogeyman

Prepara tu cabezón, colega, pues te lo van a partir. Yo, como mendas enrollado, ya te aviso de antemano. Te va a quedar el jeto hecho una pena. Piensátelo antes de entrar.

Candelita al Thrash de los franceses Death Power, que se pegan su debutazo (y único trabajazo).

Eso te tengo preparado. ¿No los conoces? No problema, coñes. No importa. Tú déjate llevar, siente el riffeo pegador, siente la onda Venom-Sodom, y a por todas. No todos los discos de magno Thrash iban a ser paridos por los mismos de siempre, ¿no?

Relájate, siéntate (así ya no puedes caer) y a vibrar. Volvemos a 1990. "The Bogeyman", el hombre del saco, el mendas al que toda madre cita cuando su retoño se pone pesado, tocacojones, ya está aquí. Y, joder, es más feo de lo que pensábamos. Tiene pinta de troll metalero, con su melenón, bien grandote. Acojona, vaya. A nadie le gusta ver un monstruo en su habitación. El bebé que tiene a tiro de piedra, pobrete, ya tiene los segundos contados. Será mierda de troll en unas horejas. De la cuna, y sin que nadie pueda evitarlo, a abonar. Piedad cero, colega. Hablamos de Thrash. Si quieres piedad, si quieres buen rollo, divertirte y no poner tu vida en peligro, véte a fliparla con Edguy y no molestes a los hombres de verdad.

"Wendigo", que se abre con una intro relinchadora, que nos engaña y nos hace ver que vamos a vivir un temita Heavy Metal, pasa de mariconadas y apuesta por rompernos la clavícula. Y al primer golpe. Un empujón de primera, muy compacto, muy denso, sobrado en cuanto a potencia, a fuerza, a chulería. Tonito a los primeros Slayer, crudeza deudora de la estirpe alemana, unas líneas solistas eclécticas, un bajo que no quiere ir de segundón y un vozarrón bañado en ácido (y curtido a base de Marlboro y poca agua mineral). Thrash malévolo. No se trata de que sean malotes. No. Son algo más. Están poseídos. Normal, tanto darle a Venom.

"Begin the Sacrifice" (muy Sodom-Kreator), "War", "March of the Dead" (otra batalla en plan alemán) y "Satan's Litanies" (material quema-culos) harán las delicias del amante del Thrash más peleón, más saltimbanqui, más cabronazo y poco educado. Bocadillo de clavos, sazonado con Death-Thrash, mucho ajo, mucha pimienta y, el ingrediente secreto, unas gotas de actitud urbano-hijoputesca. No se llega a rey de los bajos fondos con una sonrisa en los labios. Se llega degollando, aplastando, a base de subterfugios. Que vean que tienes más peligro que un tiburón blanco, que un puto león. Tienes que mantenerte impasible. Y eso hacen Death Power. Nos tajan de oreja a oreja, nos hacen creer que Slayer, Sodom o Destruction no existen, que ellos han parido el género. Nosotros, tipos listos, tipos con mundo a nuestras espaldas, ya sabemos de que palo van los gabachos. Pero, joder, la verdad es que el material es, simplemente, atronador.

"The Bogeyman", una de las mejores del disco, que se abre con cierto misterio, con cierta aura mística (potenciada por los coros de naturaleza Power), sigue como sus hermanas. Entregada totalmente a la orgía de demolición. Amontonando cadáveres y cadáveres. Ahora, acabando, la banda no suena tan oscura como antes, suena (algo) más tradicional, aunque en plan locos perdidos, como una cabra. No creas que se ponen a darle cera a un "Aces High", pues ellos barajan una onda más gris, más Angelwitch. Y le añaden cierto peso doomie. Decelerando (un poquito), para volver a acabar con el turbo echando chispazos, tomándose su tiempo, pero sin dejar de vigilar al enemigo, alternando el fuego con el humo, pero disparando desde la ventanilla. Que no te libras, macho. Tres balazos en el culo.

"Away With You" (frenética) y "Stop the Time", que alternará Speed, algo de relax y, claro, tralla, cierran la obra del troll cabrón y come-bebés. La verdad, no imagino una música mejor para una escena tan horrorosa. Chapando de verdad. Un cerrojazo de cojones.

¿Quién quiere grabar un segundo disco si el primero es todo un vacile cañero-mamón?

4 cuernos (bajos) para el Thrash huraño de Death Power. No parecen franceses, colega. Parecen de la peor calle de la puta Bay Area.

Para fans del Thrash infernal. Tralla, tralla y tralla.

No son Slayer, ni Kreator, Venom, Sodom o Destruction. Pero se han alimentado de ellos y lo que han cagado, joder, huele a los maestros.