
Safe European Home
English Civil War
Tommy Gun
Julie's Been Working for the Drug Squad
Last Gang in Town
Guns on the Roof
Drug-Stabbing Time
Stay Free
Cheapskates
All the Young Punks (New Boots and Contracts)
El debut de The Clash debió provocar sí o sí algún tipo de impacto sísmico en la Tierra. No me cabe la menor duda. Tal portento y derroche sonoro no puede derivar en ningún otro efecto. Pocas cosas me parecen perfectas en este mundo (de hecho se dice a menudo que tal cosa no existe), pero les aseguro que si hay algo en este puto mundo que al menos me parece que lo es, esta es su maldito disco homónimo. 35 minutos de mierda de punk. Directo a la yugular. Sin lubricante que decimos en mi país. Crudo, ciego de rabia, con clase, técnica, producción ideal y lo que parece un puto reto en el que parece que cada pieza que va cayendo debe ser superior a la anterior. No me explico aún, colegas, como a menudo ese ya lejano año 1977 es recordado sólo por los Ramones y los Pistols. Ostras, ¡Que también! Pero, sinceramente, misticismos varios de lado, creo sinceramente que Strummer se los pasó por la piedra. Así de simple. Inclusive cosas como “Damned, Damned, Damned” o “In the City” con el tiempo me han parecido superiores a nivel de calidad y propuesta, de creaciones de esta fructífera temporada. Pero insisto, The Clash por encima de todos. Musicalmente no tuvieron rival. Pero claro, cuando solo salir a la palestra ya hechas por los aires todos los esquemas y patrones, joder...volver al estudio es un marrón de los grandes pues, por muy bueno que fuera su sucedáneo, muy en evidencia quedaría si no volviera, al fin y al cabo, a marcar la diferencia. Pero esto me temo que para Strummer, Jones y Simonon no es un puto problema. Más bien una oportunidad para demostrar que el primero no fue fruto de ningún tipo de casualidad. Me hace gracia cuando la peña dice eso de que el tercer disco es el de la consagración. ¡Joder! ¿Y qué pasa cuando eres una leyenda desde la intro de tu primera canción? Esto es lo que pasa con The Clash…
Estamos pues delante de un reto mayúsculo, pero si esto te la trae al pairo como a nuestro muchachos, mucho mejor...pues el resultado promete. A “Give ‘Em Enough Rope” no se le puede exigir nada en particular. Simplemente que cumpla con creces la misión de continuar el viaje discográfico de The Clash con las mismas buenas formas. Y la verdad que, ostias, no tan solo lo logra si no que, al menos desde la humilde opinión del que les escribe, la chavalada sale victoriosa no, lo siguiente. Un trabajo compacto, que vuelve a hacer válida la dicha de “lo bueno, si breve, dos veces bueno” porque, ¿para qué coño vamos a querer más? Punk rock con clase, de esa que solo nuestros londinenses favoritos saben dar. Temas ejecutados de forma magistral, himnos para el recuerdo y terminarlo con la sensación de que los tíos se coronaron sin esfuerzo alguno. Pero claro, tampoco escondieron la vocación más comercial del nuevo trabajo. Joder, como si esto fuese a ser malo o algo. 1977 fue un boom único. Para muchos el nacimiento y la muerte del punk, pues todo lo que vino después, debido a la categorización que se le dio y establecerse al fin y al cabo como un nuevo orden, el vocablo carecía de sentido. Pero aquí tampoco estamos para debatir filosóficamente sobre los conceptos que usamos para referirnos a escenas que van mucho más allá de la música pues aquí ya entraríamos en cuestiones de tipo más existencialistas, estéticas y demás que, sinceramente, cuando se me ponen delante trabajos de la magnitud del que nos ocupa, sencillamente me la soplan. Así que, bueno, vamos a repasar por encima este segundo largo de los Clash.
Y joder, colegas, cómo empieza la movida ostias. “Safe European Home” se abre sin perdón. De golpe. Que no avisa, vaya. Tema punk de los de toda la vida con un Strummer que se muestra más vacilón que nunca a la voz y que nunca puedo evitar pensar en Lydon cada vez que vuelvo a pinchar la obra en mi tocadiscos. Impagables las segundas voces a modo de coros de Jones y Simonon...como me emocionan los muy cabrones. Pieza estupenda para iniciar la andadura que de momento, ostras, suena fresca sin renunciar a unos orígenes que les ayudaron al fin y al cabo a forjar la leyenda; pero que ellos mismos supieron darle la vuelta y reinventarse.
Turno para “English Civil War”. Una de las piezas más épicas con todo el sentido del vocablo del combo de Londres que recuerdo. Adaptación de la popular irlandesa “Johnny I Hardly Knew Ye” (que más tarde Dropkick Murphys volvieron a versionar con mucho menos acierto, of course jeje), proclama anti belicista que retruena sin cesar y aún a día de hoy se ponen los pelos como putas escarpias. Puro sentimiento como nunca habíamos visto en nuestros clash city rockers.
Pero claro tíos, que memez puedo acabar de haber dicho cuando lo que se asoma es el que sea probablemente la puta joya de la corona del álbum, que ya es decir. “Tommy Gun” es la perfección hecho tema. La guía de como hacer una canción punk sin sonar a rancio o patético, puro despliegue técnico y melódico con una base rítmica compacta a más no poder que catapultan directamente al bueno de Tommy a un hipotético top de The Clash. Uno que no dudaría un puto segundo y la ponía entre las cinco primeras. No existen palabras para que os podáis hacer una idea que me transmite esta canción. Lo siento. “Julie’s Been Working for the Drug Squad” es la pieza cachonda del trabajo. Divertida, gamberra, sin tapujos, unos Clash con ganas de disfrutar tocando. Guiños al rock clásico y rockabilly y una banda que demuestra que sus ambiciones son mucho más lejanas a cualquier tipo de estancamiento a un género concreto. Lo de “Last Gang in Town” siempre me ha fascinado. Con un colega que gusta mucho de las bandas punk californianas de los ‘90 (entiéndase Green Day, The Offspring o NoFX) le digo día sí día también que se deje de hostias. Que esto empezó aquí, en este tema concreto. Y encima con infinito más acierto respecto los pamplinas de Billie Joe, Dexter Holland y Fat Mike (perdón a los que gustéis de semejantes personajes). Pieza de punk melódico de calidad. Auténtica y con sentimiento real. No se fuerza nada y esto es lo que hace grande a este pedazo de canción.
Puede que a muchos os parezca exagerado lo que acabo de comentar. Me sabe mal pero aquí me puede el subjetivismo. Mis propias sensaciones, vaya...lo que me transmite...y esas banditas de los ‘90 a mí no me dicen ni mu. Seguimos a los nuestro con “Guns on the Roof”. Otro trallazo (menuda novedad) que nos ofrecen los Clash. Tema juguetón, con tintes hard rockeros en esas guitarras que son una puta maravilla. Como esa batería que atruena como nunca. Pero colegas, tampoco nos vayamos por las ramas pues la distorsión, la transgresión y la actitud punk vuelven con “Drug-Stabbing Time”. Caña por un tubo...que nunca sobra. Por “Stay Free” no puedo esconder que siento una debilidad especial. Me encantan los Clash punkis a rabiar, y esto siempre queda ahí. Pero nos encontramos en un trabajo que, aún ser en esencia punk de cojones, limitarle en este ámbito es una soberana memez. Hay guiños a otros géneros por doquier. Y aquí encontramos una buena muestra de ello. El ska y el reggae son géneros de los que Stummer siente una predilección que nunca ha escondido...y aquí aflora todo esto. Un tema ligero, simpático, muy de naturaleza jamaicana sesentera y una explícita declaración de principios al fin y al cabo. Con “Cheapskates” se empieza a asomar ya el final del trabajo con uno de los mejores riffs que les recurdo al señor Strummer y Jones. Son una pareja letal que deberían estar a la altura de Lennon/McCartney, Rotten/Vicious o Jagger/Richards. Con “All The Young Punks” ponemos punto y final con otra pieza soberbia que culmina a la perfección lo que es este trabajo.
Espectacular segundo asalto de la banda. El debut fue de excelente. Pero es que este también. Vale que seguramente en nota numérica el anterior alcanza el diez sobradamente y a lo mejor este se movería en un nueve larguísimo pero, oye, ¿Es que vamos a ponernos quisquillosos? Bueno, yo al menos por mi parte no. Esta obra me vuela la cabeza cada vez que la pongo y a mi esto me basta. Disco que le ha pasado factura el hecho que el siguiente “London Calling” sea probablemente una de la diez mejores obras del rock. Un fuera de serie. Algo más que superior. Pero que claro, no se puede evaluar con los parámetros de la mayoría de discos. Pues es putamente extraterrestre. Es por eso que, volviendo a lo nuestro, el que nos ocupa es igualmente una obra de arte mayúscula. Injustamente olvidado a menudo, pero quien lo venera sabe de qué estamos hablando. Cinco cuernos y no hay nada más que añadir.
Joe Strummer: Voz, guitarras
Mick Jones: Guitarras, segundas voces
Paul Simonon: Bajo, segundas voces
Topper Headon: Batería