Brujería - Matando güeros

Enviado por Onán el Jue, 08/03/2007 - 20:24
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1. Pura De Venta
2. Leyes Narcos
3. Sacrificio
4. Santa Lucía
5. Matando Güeros
6. Seis Seis Seis
7. Cruza La Frontera
8. Grenudos Locos
9. Chingo De Mecos
10. Narcos-Satánicos
11. Desperado
12. Culeros
13. Misas Negras (Sacrificio III)
14. Chinga Tu Madre
15. Verga Del Brujo/ Estan Chingados
16. Molestando Niños Muertos
17. Machetazos (Sacrificio II)
18. Castigo Del Brujo
19. Cristo De La Roca

Esta gente da grandísimo miedo y risa. Es absolutamente imposible tomárselos en serio, pero también lo contrario. Esas letras gore, satánicas, que alardean de contactos con el mundo narco (de los Apeninos a los Andes), decapitando a machetasos a cualquiera que no sea vagamente de su misma especie, “rasa” u opinión, pero a la vez haciendo la revolución estilo Zapata mientras no obstante preparan un balde con sesos y se van de putas pues, según afirman entusiasmados, los tienen colgando, suponen una miscelánea demasiado compleja para una psique medianamente humana. Matando güeros te apisona, te pasa por encima y, de puro simple, no se puede comprender. Pero cuando te quieres dar cuenta te has enganchado y ha despertado el animal más chungo que haya dentro de ti. Cuidadín con el chiste de güeros, que lleva tropezón.

Pendejos, no se juega con las “leys” de los narcos satánicos. De verdad que si dijeran “leyes”, como todo hijo de vecino, darían mucho menos miedo. Pórtate mal, matamos tu familia. Dios mío, habrá qué portarse bien o nos espera una muerte de penosa sintaxis. Otro tanto ocurre con las huñas filosas con las que amenazan arrancarte no recuerdo qué: esa hache en el mismísimo libreto original sugiere unas uñas sucias, amarillentas y oxidadas, que además de rajarte te van a pegar diversas variantes seborreicas de chancro. Y cuidado con El Brujo, cuya verga da baztismos de mecos. Esto es, te espurrea toda la coronilla de lefas al estilo de Peter North. Al loro con ponerse en las primeras filas en los conciertos. Imprescindible chubasquero.

Seguimos navegando por el disco entre tripas, charcos de sangre y extracciones de globos oculares con cucharilla de café (todo ello sin anestesia), cuando de pronto la canción Verga del brujo (sí, la de los bautismos de mecos), ya de por sí traumática y pesada como morir en el fondo del Pisuerga con unos zapatos de cemento puestos, desemboca en Están chingados, la cosa más horrible que he escuchado en mi vida, aparte de Andy y Lucas, claro. Se trata de una colección de mil acoples infectos que se prolongan hasta el infinito mientras uno de los cantantes recita obsesivamente una cruel amenaza de muerte. Qué digo una amenaza: un anuncio inminente. Cuando acaba, vuelve a empezar. Y vuelve a empezar. Y vuelve a... ¡Mátame ya, coño, pesao!

Unas cuantas canciones más adelante, tras desenterrar varios niños muertos para frotar la cebolleta (me da erecsión, comentan), dos machetasos más, giramos a la derecha y llegamos por fin a la canción que vale por el disco entero: Cristo de la Roca, con su tremebundo riff de cuatro notas que suena como si removiéramos con un cucharón enorme una gran marmita de fuagrás. Acojonante final. Muchos nos quedamos a la espera de nuevas y excitantes aventuras, y vimos satisfechas nuestras expectativas en la siguiente animalada, Raza odiada. Pero ésa es otra histeria.