
1.«Livin' on a Prayer» - 4:11
2.«Keep the Faith» - 5:45
3.«Someday I'll Be Saturday Night» - 4:38
4.«Always» - 5:52
5.«Wanted Dead or Alive» - 5:07
6.«Lay Your Hands on Me» - 5:58
7.«You Give Love a Bad Name» - 3:43
8.«Bed of Roses» - 6:34
9.«Blaze of Glory»
- 5:40
10.«In These Arms» - 5:21
11.«Bad Medicine» - 5:14
12.«I'll Be There for You» - 5:41
13.«In and Out of Love» - 4:23
14.«Runaway» - 3:50
15.«Never Say Goodbye» - 4:50
Toda persona amante de la música le tiene cariño a la primera banda que la introdujo en el mundo del hard rock, el heavy metal o el género musical que más le apasiona. Así me sucedió a mí con Bon Jovi, cuando era una adolescente de 14 años que tuvo la suerte de ver un programa de videoclips antiguos en el canal VH1, donde todavía pasaban música de calidad. La MTV en la época en la que yo crecí estaba repleta de ridículos reality shows y apenas le dedicaban una hora al formato para el cual fue creado, ya no era un canal donde había rock y heavy metal, sino pop y los estilos musicales de moda.
¿Quiénes eran esos melenudos con ropas estrafalarias y cabellos largos cardados que rockeaban sobre un escenario repleto de luces ante un público entusiasta? Unos tales Bon Jovi de los que apenas había escuchado hablar en mi vida, esa música no era común en mi círculo de amigos, ni siquiera en la escuela, donde el reggaetón ya nos había invadido en Latinoamérica y mis compañeras de clase me miraban raro por oír música estruendosa con guitarras eléctricas y no a sus ídolos vestidos con gorras deportivas, cadenas de oro, letras simplistas y unas canciones con un ambiente que invitaba a la pista de baile, pero con una pobreza alarmante a nivel instrumental, lírico, conceptual y musical.
La cuestión es que cierta reseñista alucinó viendo el video de “You Give Love a Bad Name” y no porque el cantante sólo sea un “guaperas” como lo llaman por aquí, sino que el señorito en cuestión, además de tener un rostro que parece tallado por los ángeles, era un enorme vocalista con un poderoso registro y actitud de rockstar que colmaba el escenario con su presencia. Pero, además, Jon Bon Jovi contaba con su fiel escudero, ese adalid de las seis cuerdas llamado Richie Sambora, cuya partida hace algunos años fue un golpe letal a la banda en cuestión.
Gracias a la todopoderosa VH1 y su afán de darles a conocer a los jóvenes de las nuevas generaciones los grupos gloriosos de los ochenta; descubrí maravillas como el citado hit, la súper divertida “Bad Medicine”, con ése videoclip tan simpático filmado por los mismos fans y la mayoría de las canciones que componen éste recopilatorio. “Cross Road” salió en 1994, cerca del fin de la era dorada de Bon Jovi, que, en mi opinión, termina con el oscuro y melancólico “These Days” de 1995.
A pesar del paso de los años, siempre le guardaré un cariño especial a esta banda en particular, si habré escuchado cientos de veces los famosos “Slippery When Wet” y “New Jersey”, sus mejores álbumes: hard rock puro de los ochenta con grandes hits, canciones memorables, divertidas, accesibles y con buenos solos de guitarra también; Mr. Sambora luciéndose, además de la eficiente labor del teclista David Bryan y el honorable trabajo a los parches de Tico Torres.
La magia de “Cross Road” radica en que es una excelente recopilación de las mejores épocas de la banda: desde la carismática “Runaway”, con esos teclados saltarines y ese estribillo genial que solía cantar a todo volumen, hasta la glammie “In and Out of Love”, cuando todavía no habían alcanzado el éxito masivo y daban sus primeros pasos en el competitivo mundo de la música hasta la cúspide de su carrera, cuando vendieron millones de discos y empezaron a llenar estadios.
Si habré alucinado escuchando “Lay Your Hands On Me”, con ese ritmo increíble, cautivante y esos solos espectaculares de Richie, suena muy ochentero para alguien que creció en los 2000, pero a mí me encantaba y me sigue gustando hoy en día. Ni hablar de ese súper hit de la working class, “Livin’ On a Prayer”, con sus aires a lo Bruce Springsteen, infaltable, por supuesto y la preciosa “Wanted Dead Or Alive”, la cual cantaba a pleno pulmón durante los años de mi más tierna juventud: “I’m a cowboy, on steel horse I ride, I wanted… dead or alive”… ya con los primeros acordes en la guitarra criolla de Richie se me ponían los pelos de punta.
Pero no puedo dejar de mencionar el talento para las baladas que tenían Bon Jovi, con los que ganaron un público que también se salía de los amantes del rock, esos temas que reventaron los charts y los ayudaron a obtener mayor popularidad. La mítica “I’ll be there for you”, que el buenazo de Jon le compuso a su esposa Dorothea Hurley como disculpa por haberse olvidado de su cumpleaños (¡Qué horror, eso no se hace Jon!), la nostálgica “Never Say Goodbye” (en la que el rubio vocalista nos contaba sus días de secundaria y sus recuerdos del baile de promoción) y la hermosa “Bed of Roses”, un tanto azucarada y cursi, pero fenomenal con un David Bryan sublime en los teclados y Mr. Sambora tocando un solo memorable.
Las únicas canciones que hubiera quitado de éste álbum son “Someday I'll Be Saturday Night” y la semi balada “In These Arms”, que nunca me entusiasmó demasiado. No significa que sean malas canciones, sino que salen opacadas con las otras…
La joya de la corona se la lleva la magnífica “Blaze of Glory” (con el que Jon ganó un Globo de Oro a mejor canción), tema western que Bon Jovi escribió para la película “Young Guns II”, de hecho, todo ese soundtrack es de una enorme calidad, porque el muchacho estaba en su mejor momento a nivel vocal, creo que sus mejores interpretaciones las hizo en ese disco; de ahí rescato canciones como “Miracle” y “Santa Fe”, que son impresionantes. En ésta época el señor ya se había cortado su larga melena y usaba un vestuario más moderno, pero le quedaba de maravillas de todas formas.
Ya de la era noventa, aparecen “Keep the Faith”, temazo por donde los haya, (ese inicio del bajo es fenomenal) Bon Jovi fueron de los pocos grupos de su estilo que sobrevivieron en los noventa ante el aluvión de grunge y rock alternativo, y ese disco del ’90 es una prueba de ello. Siempre fueron astutos para la parte comercial del negocio de la música, esa es la clave de que hayan sobrevivido tantos años mientras otros sucumbían.
Creo que la mejor balada de toda la carrera de esta gente es “Always”, cursi, romántica y emotiva a más no poder, de esas que canto a todo volumen junto a mi adorado Jon Bon Jovi, y que demuestra que los rockeros también tienen sentimientos y corazón, que no todo es “sexo, drogas, fiestas y rock’ n roll”. Canción inmortal que envejeció bien tras el paso del tiempo y vale la pena comprar este disco solo por ese tema.
La época dorada de Bon Jovi ya pasó y su discografía de los 2000 no me entusiasma para nada, excepto ese álbum country, “Lost Highway”, que me parece un trabajo de calidad y muy disfrutable. Por suerte, siempre nos quedarán sus mejores canciones, conservadas para siempre en recopilatorios como “Cross Road” e ideales para una buena dosis de hard rock ochentero y noventero, de calidad, entrañable, fiestero, con himnos clásicos repletos de estribillos pegadizos y geniales y melodías fantásticas con las que yo todavía disfruto como en mis tiempos más felices y despreocupados de juventud. El primer amor platónico y musical, nunca se olvida, por más que ahora ande por otros derroteros, siempre los recordaré a Bon Jovi y a su vocalista, con afecto.
Jon Bon Jovi – Voz principal, guitarras adicionales
Richie Sambora – Guitarra líder, coros
Alec John Such – Bajo, coros
Tico Torres – Batería y percusión
David Bryan – Teclados y coros
Músicos adicionales
Hugh McDonald – Bajo y coros
Kenny Aronoff – Batería y percusión
Jeff Beck – Guitarra en “Blaze of Glory”
Roy Bittan – Teclados