Black Sabbath - Live At Hammersmith Odeon 1986

Enviado por TenzaZangetsu el Lun, 13/01/2014 - 22:11
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1. The Mob Rules – 2:59 (Dio, Iommi, Butler)
2. Danger Zone – 4:44 (Iommi)
3. War Pigs – 8:11 (Osbourne, Iommi, Butler, Ward)
4. Seventh Star – 5:03 ( Iommi)
5. Die Young – 3:58 (Dio, Iommi, Bulter, Ward)
6. Black Sabbath – 9:33 (Osbourne, Iommi, Butler, Ward)
7. N.I.B. – 1:37 (Osbourne, Iommi, Butler, Ward)
8. Neon Knights – 4:37 (Dio, Iommi, Butler, Ward)
9. Paranoid – 3:29 (Osbourne, Iommi, Butler, Ward)

Si hay algo que puede atormentar la mente de cualquier ser humano en este planeta, es pensar en el “¿Qué tal si…?”. Esa simple pregunta puede llegar a desquebrajar la mente de cualquiera, joder. El pensar en que si hubiéramos hecho una sola acción diferente, tal vez las cosas habrían resultado mejor. Hombre, eso es algo muy doloroso de pensar.

Este bootleg (que en 2010 fue agrupado con el álbum Seventh Star en un paquete de lujo) en cuestión cubre uno de esos escenarios donde Black Sabbath, banda creadora del Heavy Metal y otrora grupo insignia de nuestro credo, observaba como su leyenda se desmoronaba sin compasión ante los ojos del padre de la criatura, Tony Iommi, cuando su nuevo vocalista (por cuarta vez), Glenn Hughes, tenía que dejar la banda por su horrendo rendimiento en la gira del entonces nuevo álbum, que resultó ser de una factura soberbia, el incomprendido e injustamente vilipendiado Seventh Star.

Literalmente, Hughes no podía siquiera caminar de manera clara en el escenario y entonar adecuadamente los temas; por lo que Iommi, gran amigo del ex Purple, decide terminar la relación profesional ahí para evitar posibles problemáticas en el futuro. Muchos años después, los dos cruzarían caminos una vez más y tendrían una sublime revancha musical.

Iommi, fundador de Black Sabbath, señor de los riffs tenebrosos y creador del Heavy Metal, no iba a dejar que la banda muriera ahí: en el punto más bajo de su historia. No era el final. Ni siquiera cerca. Sabbath y Tony eran demasiado grandes para sufrir una muerte musical tan trágica y vergonzosa. Por lo que decide reclutar a un vocalista nuevo, pero esta ocasión la elección sería diferente. Joven, desconocido, con ganas y cojones, dispuesto a comerse el escenario; aprovechando una de esas oportunidades que al fan de toda la vida solo se le concede una vez en su existencia. Después de que dos estrellas consagradas no pudieran hacer olvidar al eterno Ronnie James Dio (Ian Gillan y Glenn Hughes), era tiempo de apostar por un jugador joven, de la cantera, que desee dejarlo todo por el equipo. El elegido para cabalgar esta tormentosa gira y el oscuro porvenir del grupo era una de las mayores voces que ha dado el Hard Rock, sin lugar a dudas: Ray Gillen.

Poseedor de un increíble rango vocal y de actitud vivaz y energética (cosa que necesitaba la banda en esa época); Gillen supo remontar esta gira y volverla un tanto positiva. ¿Estamos ante uno de los mejores directos de Black Sabbath, siendo un mero bootleg? Si Gillan y Hughes en las dos últimas giras no pudieron dar la talla, siendo dos jodidas leyendas de Deep Purple y del Rock en general, ¿acaso podría un muchacho que solo conocían cuatro gatos y que ahora le tocaba salvar a la agrupación creadora de todo un género musical? Adentrémonos al Hammersmith para averiguarlo. Es 1986, somos jóvenes y melenudos, acabamos de escuchar un álbum con unas tumbas de unos tales Metallica. Veamos cómo se las traen Iommi y su nuevo crack.

El concierto no tiene una introducción (al menos la versión que yo he escuchado), por lo que saltamos de una vez al entonces último álbum con Dio, con su tema título: The Mob Rules. El concierto suena algo crudo (es un bootleg, hombre) pero no hay quejas, en cuánto a la producción. El “nuevo”, Gillen, lo hace muy bien. Su tono es más alto y claro que Dio, tal vez no tan potente y sin la maestría del Dios del Metal, pero no hay que negar su sapiencia vocal y que encara la canción con mucha personalidad. La base rítmica, Spitz (bajo) y Singer (batería), tocan respetando la versión de estudio, apoyados en los teclados por el ya miembro por derecho, Geoff Nichols.

Gillen dice que vamos a escuchar algo del emblemático Heaven & Hell, pero el concierto nos lleva a Danger Zone, del último álbum. El nuevo frontman arenga al público mientras Tony lanza ese ganchero riff, para después contrarrestar con una de las mejores imitaciones de Hughes que he tenido el placer de escuchar. Ray Gillen no solo es un vocalista técnicamente dotado pero es dueño de una personalidad de interpretar canciones ajenas increíblemente, haciéndolos sonar como suyos. Me gusta como los teclados suenan prominentes en vivo, agregando otra dimensión al tema.

“Something new, something old, here comes: War Pigs!” Ray ya lo dijo todo. El tema del legendario y revolucionario Paranoid acecha lúgubre y amenazantemente con ese riff tan oscuro y nihilista, que solo podía salir de la mente del Iron Man de Birmingham. Suena como un monolito metalero hasta que Ray irrumpe con vocales altísimas e inmediatamente emana una imitación cuasi idéntica al Príncipe de las Tinieblas, Ozzy Osbourne. Esto me sorprendió, siéndoles sincero. El joven Gillen no es solo dueño de un rango muy alto, sino que también es capaz de sonar oscuro y tenebroso como el Ozzman.

En nuestra fiesta de riffs rompe cráneos y vocales altísimas (Iommi y Gillen se roban el show); entra el tema título del último trabajo. A pesar de una intro de teclados ochenteros un tanto molesto, la canción suena bastante bien; incluso un poco más lento que la versión de estudio. Gillen una vez más cambia de tesituras vocales y retorna al rango sentido y apasionado de Hughes, haciendo una de las mejores interpretaciones del concierto, sin lugar a dudas. No es una canción que me emocione mucho pero este muchacho realmente hace que el tráfico a hora pico suene bien. Gran solo de Iommi, entrelazado con los teclados de Nicholls para una exquisita amalgama musical. No solo de vocales vive el hombre jajaja

Sin el típico solo del señor de los riffs tormentosos y atronadores, nos adentramos al mejor tema de la noche: Die Young. Joder, aquí debo blasfemar y quitarme mi camisa de Holy Diver para decirlo: esta versión se equipara a cualquiera de Dio y cuidado si no es mejor. Soy de los que piensa que Dio era el mejor vocalista de todos los tiempos, pero lo de Ray aquí es soberbio. Iommi acelera el riff desde el comienzo, con un Singer inspirado en la batería, para que Ray cante como si este tema fuera suyo y con un deje, una pasión, un sentimiento, que pocos cantantes alcanzan en sus carreras y que muchos desearían alcanzar. Cuidado con esas armonías vocales al final del tema, que nunca había escuchado sonar tan bien. En un mundo perfecto, este concierto habría sido publicado como un directo de esta gira y Gillen tendría un lugar de reconocimiento entre los mejores vocalistas del Hard Rock. Lo que hizo este hombre en este tema no es normal, señores. Superó, aunque fuera por una canción, al inhumano e incomparable Ronnie James Dio. De pie y aplaudan, señores.

Retrocedemos aún más en el tiempo, a aquel lejano 1970, al debut de la misteriosa doncella, que causó más de una pesadilla en esa época. Gillen tiene la energía y pasión de Dio, pero es capaz de conjurar demonios y perdición como Ozzy Osbourne. Nunca la metáfora del Cielo y el Infierno había sido más apropiada. En la homónima Black Sabbath, Gillen maneja su registro alto tan bien, que mantiene el espíritu oscuro y acechador de la versión de estudio pero añadiendo algo más de vigor y precisión en las vocales. El hombre respiraba energía. En su actuación se podía notar. Escuchen este tema para notar la versatilidad del americano. Sobresaliente.

Luego de juguetear un poco con el tema N.I.B., Tony y sus muchachos quieren darnos más tralla de la era Dio y nosotros, gustosos, la tomamos. Neon Knights le queda como anillo al dedo al muchacho y es capaz de sostener ese grito de “NEON KNIGHTS!!!!” , antes que el Iron Man ataque con un genial y clásico solo de guitarra.

Para terminar el show, ¿Qqé más podía ser, amigos? ¡Paranoid!

La banda coquetea con la intro de Supernaut, pero el característico riff del tema título de la segunda obra maestra de Sabbath pronto toma forma. Aquí las vocales de Gillen tienen un deje a Tony Martin (su reemplazo) muy notorio y diría que esta versión es digna, pero he escuchado mejores (como la de Dio en Live Evil)

Después de esta traumática gira, Black Sabbath y Ray Gillen hicieron un álbum que se llamaría The Eternal Idol, pero por razones que hasta el día de hoy aún se debaten, el vocalista fue despedido de la banda antes de que fuera publicada la obra. Su reemplazo sería uno de los mayores mártires del Heavy Metal, Tony Martin.

Pensar en lo que pudo haber logrado este muchacho puede ya ser un esfuerzo estéril, considerando su fallecimiento por SIDA en 1993. Lo que si se es que esta unión de portentos musicales prometía mucho y, considerando que las demos de The Eternal Idol son exactamente iguales al producto final, exceptuando una que otra parte instrumental y los cambios de vocalistas, se podría decir que el álbum en cuestión era una prueba fehaciente de que había potencial con esta alineación. Pero así como fue con Gillan y Hughes, simplemente no hubo suerte.

Gillen formaría otra banda, Badlands, con el virtuoso guitarrista de Ozzy Osbourne, Jake E. Lee. Producirían álbumes de gran calidad, en una vertiente más alegre y fiestera del Hard Rock, pero sin perder el buen gusto musical; hasta el trágico deceso del cantante.

Tres cuernos (altísimos, a punto de ser cuatro) para este gran directo. Pierde puntos por la producción algo malita y el set esta algo cortado, sin mostrar todas las canciones. Pero, con todo y todo, es una gran muestra de una alineación bastante particular de Black Sabbath.

Siempre perdurará la pregunta de lo que pudo haber sido la era Ray Gillen de Black Sabbath con un poco más de consistencia y estabilidad en esa época. Pero bueno…siempre existirá este fantástico concierto para recordarnos lo que pudo haber sido y ya no será.

R.I.P. Ray Gillen.

• Tony Iommi – Guitarras
• Ray Gillen – Vocales
• Dave Spitz - Bajo
• Eric Singer - Batería
• Geoff Nichols – Teclados

Sello
Warner Bros. Records