
1. Luma
2. An Ember's Arc
3. Withering Strands
4. Roots to Sever
5. Whelm
6. A Thread Dissolves
7. Grasping Light
8. The Smoke of Many Fires
Podría comenzar esta reseña con “se veía venir” y quedarme tan ancho, aunque soy consciente de que más de un incrédulo me tacharía de ventajista, pues opinar a toro pasado es una de las tareas más fácil del mundo. Yo no soy adivino ni me voy a tirar el rollo de “experto” en Metal, porque en otras ocasiones me doy de bruces, pero cuando acierto pues me embriaga cierto orgullo vanidoso. Las pruebas están ahí, cuando hice la reseña del anterior disco de Be’lakor, y en un intercambio de comentarios entre mi colega metálico Edu (Lang) y el desaparecido Bloodbath, les auguraba a los australianos un giro más acusado hacia el Metal Progresivo para su próximo trabajo.
Y así ha sucedido, los australianos, fieles a su premisa de constante evolución, han dado otra vuelta de tuerca a su propuesta para ofrecernos su disco más elaborado, cambiante y enrevesado hasta la fecha. Por el contenido y las características, pareciese que este debería haber sido el tercer disco de su carrera, pues después de su disco debut “The Frail Tide” y el siguiente “Stone’s Reach”, todo apuntaba a Melodeath Progresivo en estado puro. Pero ahí fue donde sorprendieron a todos en 2014, sacándose de la manga el disco más rápido y directo de su carrera, de nombre “Of Breath and Bone”. Una estocada sin previo aviso que respondía al carácter inquieto y nada conformista de la banda.
Al final resulta que todo este viaje evolutivo, este navegar por distintas aguas y experimentar con diferentes elementos, les ha llevado a cascarse, si no el mejor, sí el disco más completo y mejor producido de su discografía. Porque se han juntado los dos elementos, y eso a mi entender es un factor clave, ya que cualquiera que pretenda a día de hoy ofrecer una propuesta tan meticulosa, detallista y técnica como esta, necesita de la mejor producción posible. Sin duda fichar por Napalm Records, discográfica con gran bagaje en propuestas Gótico/Sinfónicas, ha tenido parte de culpa en la espectacular producción que atesora este “Vesseles”.
Porque “Vesseles” es un disco que mira de tú a tú a la ampulosidad sin caer en ella de lleno. Un trabajo grandilocuente sin prepotencia, que trabaja las atmósferas sin necesidad de mil y un artificios orquestales, si no entrelazando con una majestuosidad soberbia, las distorsiones más contundentes con un sinfín de acústicas que trabajan los arpegios de una forma exquisita. Además de los teclados y otros efectos de programación, que ayudan también a crear estos paisajes sonoros que nos transportan a nuevos mundos.
Puedo decíroslo y os lo podéis creer o no, pero tan solo me hace falta analizar a groso modo un tema como “Withering Strands” para haceros claudicar por narices. Arrancamos suaves, con acústicas, perfilando una buena entrada Melodeath que trabaja a medio tiempo, hasta que cercanos al primer minuto aparece una excelente sección de percusión (por cierto maravilloso el nuevo fichaje en la batería), secundada por unos punteos mágicos que comienzan a darle magnitud al corte. El tema se va deslizando con una especie de solo a cámara lenta que va frenándose paulatinamente, y entonces, pasado el segundo minuto, nos atacan con un jodido riff asesino que vicia cosa mala. Volveremos a frenar, turno para los sintetizadores y unas posteriores guitarras vibrantes al más puro estilo Black. El tema sigue estirándose sin perder nada de fuelle pese a trabajar a pocas revoluciones, los cambios de ritmo son constantes y uno a estas alturas ya ha perdido la cuenta. Pero lo mejor está por llegar, vamos que sí. Y será a partir del minuto seis cuando las acústicas vuelven a preparar el terreno, acompañadas por un bajo que lo llena todo, y unos sutiles coros femeninos que nos guían hasta el principio del fin. Del minuto 7:11 os hablo y de esa (a priori) sencilla entrada del teclado que va cogiendo forma con una batería que actúa prácticamente a modo de sintetizador y nos va haciendo el cuerpo, junto con el resto de instrumentos que se van sumando, para el puro éxtasis que va a llegar en 8:31. Un riffeo descomunal “made in Be’lakor” del que tanto abundaba en el anterior “Of Breath and Bone” y que anda un tanto escaso en esta su nueva entrega.
¿Veis lo que me ha ocupado el comentar tan solo un tema de este disco relativamente en profundidad no? Pues ahora cogéis la idea y la trasladáis al resto de temas, y así es como tenéis el mejor disco de Death Melódico/Progresivo de 2016 con la gorra. Porque el resto de temas, además de contener la gran variedad de virajes del tema comentado, tienen la gran virtud de contener personalidad propia y ser distintos entre ellos. Así nos encontramos con la siguiente “Roots to Sever” y su tufillo a los finlandeses “Amorphis”, la pausada de inicio y castañera al final “Whelm”, la instrumental/atmosférica “A Threat Dissolves”, la genial semi intro “Luma, o el apoteósico tema de cierre “The Smoke of Many Fires”, con uno de los riffeos más adictivos que recuerdo en años (el riff del minuto 4:46 y la continuación deberían enmarcarlos con oro).
“Vesseles” es uno de esos discos que no va a dejar a nadie indiferente, habrá una parte de fans que seguro hubiesen preferido que la banda continuase por la senda más directa de “Of Breath and Bone”, y otro buen puñado que seguro se vanagloria por la explosión del lado más progresivo de la banda. Pero donde realmente reside la grandeza de este disco, es en cómo la banda ha sabido mantener su esencia propia pese a haberse inmiscuido en terrenos más complejos, haciendo todo un arte de la sofisticación del Death Metal Melódico.
Un servidor, por su parte, considera este disco tan extraordinario, tan bien producido, que atesora tanto trabajado detrás, y contiene tantos momentos que ensalzan el espíritu, que no me queda otra que obsequiarlo con la máxima puntuación. Cinco cuernos bajos para el que viene siendo uno de los mejores trabajos de Death Melódico/Progresivo de los últimos tiempos, junto con el “The Weight of Oceans” de In Mourning y el “New World Shadows” de Omnium Gatherum. Una triada perfecta si uno quiere disfrutar de energía, sensibilidad y melodía a partes iguales.
John Richardson: Bass
Shaun Sykes: Guitars (lead)
George Kosmas: Guitars, Vocals
Steve Merry: Keyboards, Piano, Samples
Elliott Sansom: Drums