
1. Intro
2. The Darkest Forest (Cast Me Your Spell)
3. Spellcraft and Heathendom
4. Dragon's Lair (Cosmic Flames and Four Barbaric Seasons)
5. Lasy Pomorza
6. Rising Proudly
7. Thou Shalt Forever Win
8. Grom
Hay personas que, definitivamente, nacen para hacerse un hueco entre aquellos que tan obstinadamente definimos como “los más grandes”. Y, después de tantos y tantos ríos de tinta, ¿qué significa realmente ser “un grande”?
Muchos argumentos se esgrimirán, pero yo lo sintetizo y lo dejo todo claro en una simple frase: “el que poco abarca…”.
Hay que estar muy conscientes de que BEHEMOTH se convirtió, para siempre, en una innegable referencia (cuasi obligada) del Metal Extremo. Y ese puesto que hoy en día ostentan (a pesar de ya no sonar como en los tiempos de Satanica o Demigod) se lo ganaron a base de trabajos potentes y creativos, que penetraron fácilmente las cadencias típicas del género, y abrió un camino que mucho de sus compatriotas se atrevieron a continuar.
Hablar de BEHEMOTH hoy en día puede traer una serie de polémicas y debates sobre lo que resultó ser su último disco a la fecha (I Loved You at Your Darkest, del 2018) y el inexacto futuro de Nergal y los suyos, pero, si retrocedemos unos veinte y tantos añitos en el tiempo, nos encontraremos con un Adam Darksi que todavía no había emergido de la escena Blacker, y no lo haría hasta dos discos más, Satanica, pasando por un todavía (aunque eso sí: ya evolucionando) oscuro Pandemonic Incantations.
Grom (1996) es el segundo cañonazo de BEHEMOTH, todavía en pleno apogeo Black Metal, pues a un joven (muy joven) Nergal no se le pasaba por la cabeza las complejas estructuras de un Evangelion (2009), o un encantador The Satanist (2014). No obstante, para ser este un disco de puro Unholy Black Metal, es cautivador escucharlo y entender por qué Baphomet le reservó a BEHEMOTH un trono en las tinieblas del Metal Extremo.
Y es que hay que irse hasta sus primeras demos, compañeros. BEHEMOTH nació y se concibió para la evolución y el crecimiento constante. A diferencia de otros engendros malévolos de su misma plaza, los de Nergal ya iban con todo. Y en Grom (“trueno”, en el idioma polaco) intuimos que lo que ocurriría cinco y diez añitos más tarde sería exactamente lo mismo: evolución tras evolución.
Grom nos despliega un Black Metal artístico, desarrollado y muy brutal, claro que sí. Pero lejos de riffs en lo-fi y berridos porque sí, BEHEMOTH va más allá, para mostrarnos elaboradas composiciones que a más de uno enamorará locamente. Teclados, acercamiento al Metal Progresivo más fúrico y desvergonzado, una introducción excelente y una lírica tan cuidada que parece sacada de los cuentos más impúdicos de Daniel Defoe o el mismísimo Poe antes de morir.
Puede que Grom no resulte tan atractivo y mágico al público como sus siguientes discos, pero de que estamos hablando de un discazo con todas las letras… lo hacemos. ¿Black Metal? Sí…
Pero atruena.
Gromea….
A través de un disco de esta clase, uno deja de pensar que el Black Metal es sólo cacharrerismo sonoro, satanismo adolescente y vocalistas a los que pareciera habérsele pellizcado los testículos con cortaúñas. Grom reluce poderosamente, con una combinación de guitarras demenciales, batería explosiva (no es Inferno quien toca, pero nadie le quitaría mérito a Baal Ravenlock), a un Nergal poseído por el mismísimo diablo, y todo pasado por un filtro delgado que hace estallar notas diabólicas que se combinan con un ambiente frío y mortuorio.
No suele ser muy complicado disfrutar a un disco como Grom. Claro, si venimos de una terapia de Thelema.6 (2000), no me extrañaría que el disco del trueno nos supiera a nada, pero es un craso error. Cuando, de casualidad, por la noche sientes que el frío te invade, te notas solo y vagabundo, algo en tu pecho se trepa hasta tu cabeza y pensamientos nihilistas y misántropos retuercen tu masa craneal…
Grom estará dispuesto a llevarte a un mundo de mitología anacrónica, de batallas ontológicas y, muy seguramente, los berridos y las crudas guitarras se transformen en alfombras voladoras, que te darán un gratuito paseo por los bosques más escabrosos y desoladores de Polonia.
Más allá de un Black Metal que raya el nivel de lo fenomenal, Grom es un trabajo épico, y lo demuestra en cada una de sus piezas. Si este trabajo no está entre lo más avasallador y congelarabos que se pueda oír… que suba Satanás mismo y lo vea. ¿Que no pertenece a su mítica etapa?
¡Enchúfatelo, que se te va a caer la máscara!
Atreverse a despreciar un trabajazo de este nivelón sólo porque luego tendrían más parecido a sus compatriotas VADER (otros amos de la guerra) que con DARKTHRONE, BURZUM o SATYRICON…es sencillamente una idiotez. No es que luego se metieran más en el rollo filosófico y pagano, es que BEHEMOTH en Grom plasmó un Metal tan intenso como extravagante, y sólo hay que escucharlo a todo volumen para dejarse arrastrar por lo atrevido de una propuesta que suena tan genuina como metafórico.
Black Metal que asciende del mismísimo abismo para tragarte, como se traga el cachalote al calamar gigante, en plena batalla epica en el Mar Báltico. ¿Les suena de algún lado, verdad?
Guerreros del Metal más salvaje y controvertido, dejaos llevad por la inequívoca magia de Grom, porque, sin dejar un cabello al aire luego de un espadazo sónico de Nergal, lo que construye y destruye al mismo tiempo BEHEMOTH aquí es tan degustable y crónicamente adictivo como lo que luego vomitarían en cada una de sus master-pieces. No te dejes guiar por las blasfemias entorno a su último disco (que, siendo sinceros, tampoco es el más brillante o puntual de sus trabajos), sino por aquellas composiciones tan profundas e hipnóticas que, en un álbum como este, constituye muchas veces el epítome de la meta suprema:
Atronarle en la cara al mismo Odín de los cojones.
Y antes de tomar mi lanza y mi escudo para adentrarme a las más inhóspitas boscosidades, en busca de los descendientes del sagrado Grom, les dejo esta pictorización tan atroz y penetrante, que sencillamente introduce a cualquier frágil alma a un submundo musical que crea una historia accidental, pero que esconde ese agónico “track-por-track”, permitiéndole al más cruel de los hermanos metálicos corromper los cielos que reclaman tu existencia.
Grom: el más feroz de los truenos del Metal polaco…
Y está a punto de caer nuevamente, cuando conozcas esta obra.
Un trabajo que no puedes ignorar o comparar.
Sólo déjate llevar…
From the pagan vastlands… to the eternal nothern moon…
Nergal - Voz y Guitarra.
Les - Bajo.
Baal Ravenlock - Batería y Coros.
*Colaboración*
Piotr Weltrowski - Teclados.
Celina - Voz femenina.