
1. Prologue (3:16)
Act I: The Dawning:
2. The Awareness (6:36)
3. Eyes Of Time (5:05)
4. The Banishment (11:08)
Act II: King Arthur’s Court:
5. Ye Courtyard Minstrel Boy (2:45)
6. Sail Away To Avalon (4:02)
7. Nature’s Dance (2:27)
Act III: Visual Echoes:
8. Computer-Reign (Game Over) (3:24)
9. Waracle (6:44)
10. Listen To The Waves (4:58)
11. Magic Ride (3:35)
Act IV: Merlin’s Will And Ayreon’s Fate:
12. Merlin’s Will (3:20)
13. The Charm Of The Seer (4:11)
14. Swan Song (2:44)
15. Ayreon’s Fate (6:55)
Holanda, principios-mediados de los 90. Existió durante la década anterior un grupo en ese país, de relativo éxito, llamado Vengeance, que se dedicaba a tocar una suerte de Heavy Metal clásico ochentero, común en la época, hasta que finalizó su andadura en 1992 (aunque luego se reunirían). De esta banda formaba parte como guitarrista un tal Arjen Anthony Lucassen, que tras el quiebre de Vengeance probó suerte en solitario con un álbum bajo el nombre de Anthony, titulado “Pools Of Sorrow, Waves Of Joy”. Aunque en ese trabajo ya podían verse tímidamente algunas de las ideas que posteriormente serían mejor desarrolladas, no tuvo el éxito esperado, y por tanto Arjen tuvo que pensar muy bien su próximo movimiento.
Concluyó que haría el disco que siempre había querido hacer. Inspirado en los grandes del progresivo, y aderezando esas influencias con, básicamente, un poco de Folk, Metal y Electrónica, lo metió todo en una coctelera y las mezcló. Así, se inventó además una historia en la cual el protagonista, un juglar llamado Ayreon, que vive en la Inglaterra del Siglo VI, tiene visiones de eventos futuros sucedidos en 2084. Y no digo más, porque no quiero detallarla por completo. Esta dualidad entre lo medieval y lo futurista comienza directamente con el nombre del personaje, y por ende del proyecto en sí. Surgió debido a la imposibilidad de incluir “Aries” en las métricas de las canciones, que fue el nombre que Arjen había ideado en un primer momento para su personaje. De este modo, se mezclan el prefijo “Ay”, proveniente del inglés medieval, y el sufijo “on”, empleando en términos de ciencia moderna. Nace así Ayreon. Asimismo, los dos estilos, el medieval y el futurista, aparecen reflejados en el trabajo, ya que la historia nació a partir de la música que componía Arjen, y ésta bebe de ambos mundos. Esta mezcla de influencias variopintas creo que es, sin duda, una de las mayores claves de Ayreon, que marcaría su camino también con el transcurso de los años.
El trabajo originalmente se pensó con el título de “Ayreon: The Final Experiment”, y se concibió como un álbum en solitario de Arjen Lucassen. Sin embargo, debido a las colaboraciones con las que contó, a la postre el nombre de la creación engulliría al creador y se quedaría en “The Final Experiment”, del proyecto Ayreon, que a la vez siguió incorporando en trabajos posteriores es mezcla de influencias, con lo que es bastante curioso que el nombre en sí defina tan bien al proyecto. Este trabajo supuso para Arjen el disco que él siempre quiso hacer, de ahí el nombre con el que lo bautizó. Por fortuna, este sí que tuvo un relativo éxito (no sin antes mandarlo a un gran número de discográficas hasta que una se interesó), lo que le dio la oportunidad de proseguir con su carrera y hacer todos esos monstruosos monolitos que hizo después. Pero ese es otro tema.
Aquí no nos encontramos ante una obra como las modernas de Ayreon, o las realizadas desde el magno “Into The Electric Castle” en adelante. El motivo es que los vocalistas no interpretan cada uno a un personaje en particular, sino que la historia se centra en el protagonista Ayreon, al estilo Tommy de The Who, una de las influencias básicas de Arjen en general, y a la hora de pensar este álbum en particular. Con todo, hay más personajes (entre ellos el legendario mago Merlín), aunque Ayreon es el principal. En este caso, tanto el protagonista como los otros serán interpretados por los diversos cantantes a lo largo del trabajo, y no por un vocalista para cada uno, como decimos. Además de todo ello, este es un disco sencillo, contrariamente a todos los demás (excepto Actual Fantasy y los Universal Migrator, si se consideran por separado), los cuales son dobles.
Tras ponernos en antecedentes, entremos ya a valorar este trabajo. Como hemos dicho, sigue un formato de opera rock, género que parecía algo devaluado en plenos 90, y está dividido en cuatro actos, más un prólogo, en los que se encuentran 15 pistas. La primera corresponde a la pista del prólogo, y nos va a poner en situación acerca de la historia que se va a emprender, narrándonos el comienzo para ponernos en sintonía, además de mostrar un pequeño resumen musical de lo que vamos a encontrar. Para que se me entienda, equivaldría más o menos, y salvando las diferencias, a lo que supone la parte “Overture” de “Six Degrees Of Inner Turbulence” para dicho tema, por nombrar un ejemplo -creo- conocido. Una breve puerta de entrada, pero que nos pone en situación.
Inmediatamente comenzamos el primer acto de esta historia, titulado “The Dawning”. El primer corte “real” de la carrera del proyecto es “The Awareness”, y nos introduce de forma pausada, aún heredando un poco del prólogo la carga ambiental. Vemos que este trabajo no comienza tan a degüello como algún que otro posterior, sino que por el momento pone algo más de pausa. Sin embargo, eso no exime a “The Awareness” de la calidad que indudablemente tiene. Muy pronto conocemos ya a nuestro protagonista Ayreon, a quien Edward Reekes se encarga de poner voz aquí, perfectamente secundado por los coros. Y en la zona intermedia de esta pieza, tras el break que mete un poco más de dureza, escuchamos también el primero de muchos pasajes instrumentales del proyecto, que ya nos mostraba un poco hacia dónde se dirigía todo aquello. Hay que tener en cuenta, claro, que los medios de los que dispuso Arjen en este trabajo no estaban aún tan desarrollados como posteriormente (me refiero a poder contar con diferentes y laureados músicos, o también el aprendizaje que él mismo fue haciendo a lo largo del tiempo).
Tras un tema con cierta carga ambiental, como es “The Awareness”, el primer castañazo en sí de la historia de Ayreon lleva por título “Eyes Of Time”. Un tema majestuoso, medio tiempo, de esos que más adelante Lucassen demostró que sabe llevar perfectamente. Lenny Wolf es quien lleva la voz cantante e interpretación de Ayreon aquí, algo que hace fabulosamente. A destacar además el solo de guitarra, fantástico, y el final algo más acelerado con esos sintetizadores que te llevan en sus alas. Grandioso tema.
Para no bajar el nivel, turno ahora para la primera gran opus épica del “Universo Ayreonaut”. “The Banishment”, además, pone fin al Primer Acto. Esta suite tiene una gran carga de ambiente medieval, hecho para casar con la historia que se está contando aquí, las odas posteriores más ambientadas en el espacio son otro tema (de la misma historia, por otra parte). Escuchamos aquí la primera aparición de Robert Soeterboek, que desde luego no va a ser la última en este proyecto, demostrándonos por qué Arjen ha contado con él también a posteriori. La parte acelerada final de nuevo es magnífica, a destacar ese solo de bajo o las melodías de teclado y guitarra. La composición termina con unas voces de ultratumba de Jan-Chris De Koeijer, sobre un riff que invita a mover la cabeza, esto último es algo que también luego se volvería bastante común en el repertorio de Ayreon. Gran cierre para una gran pieza, pero creo que a día de hoy ha sido superada por otras mega-opus épicas de Lucassen. Lo que no significa que sea regulera, todo lo contrario, más bien habla -aún más- maravillas de las otras.
Turno para el segundo acto, llamado “King Arthur’s Court”, nombre de clara influencia de la época en la que se ambienta la historia contada, la “Edad Oscura” anglosajona. Lo comenzamos dando la bienvenida a otra de las influencias basales en Ayreon: el Folk con “Ye Courtyard Minstrel Boy”. Aparecen los vientos también para acariciarnos mientras Ian Parry recita de gran manera las letras del tema. Un pequeño pasaje acústico y relajado, de gran calidad, pero que, nuevamente, en mi opinión ha sido superado por algún heredero que sigue su estela (ejem, Valley Of The Queens, o incluso también Web Of Lies). Lo que, insisto, no hace para nada que sea un mal tema.
Es tiempo de otro castañazo. “Sail Away To Avalon” es tan épico como su título puede dar a entender. Vuelven a aparecer las influencias medievales en los teclados, que le encajan perfectamente. Además, se combinan con ciertos toques electrónicos, aplicados en su justa medida, y que no hacen sino enriquecer el tema. Esto también será común en las obras de Arjen, ya en el propio “Final Experiment”, como veremos más adelante. En la parte intermedia reaparecen las influencias más Folk con esa deliciosa melodía de flauta. Otra baza de las grandes dentro del trabajo, no en vano fue lanzada como el único sencillo del presente álbum.
Termina el anterior y escuchamos, por vez primera, cantar a Arjen en una de sus composiciones en el proyecto. “Nature’s Dance” es otro bellísimo y breve acústico que pone fin al segundo acto. Valdría lo aplicado a la anterior “Ye Courtyard Minstrel Boy”, aunque personalmente esta me gusta más incluso, su belleza y buen hacer son innegables, aportando puntos al trabajo.
Para mi gusto, el disco crece un poco más en el tercer acto, “Visual Echoes”, que comienza con otro golpetazo. Haciendo honor al título, en “Computer Reign” nos topamos con un tema bastante más electrónico y duro, que nada tiene que ver con la tranquilidad de la anterior. Nos narra las visiones que experimenta Ayreon, enlazando ya con la temática de ciencia ficción que después se desarrollaría plenamente. Es aquí donde comienzan a adivinarse las líneas conductoras de toda la mitología Ayreonaut. Como decimos, la música acompaña perfectamente la temática, tiene una enorme carga electrónica y de sintetizadores, que te transporta directamente a ese futuro que ve nuestro protagonista y, por si fuera poco, te oprime en él. Sientes esa desoladora época (que ya no parece tan futura) escuchando este tema, y esa conjunción entre música, letra y ambiente para mí es simplemente apoteósica. Es, además, la primera reflexión que Arjen hace en el proyecto acerca de la actualidad tecnológica. Sólo le veo un problema a este corte, y es que es demasiado corto. Todo lo demás es una animalada y uno de los puntos más álgidos del disco para mí.
“Waracle” recoge directamente la coda de la anterior y, tras una intro y estrofas un poco más ambientales, explota en otro potente medio tiempo en sus coros. La segunda parte del corte es particularmente emotiva con esos “set me free”, en los que podemos escuchar un Ayreon desesperado tratando de zafarse de aquellas visiones de caos y destrucción que le atormentan. Decir también que, a pesar de que Arjen plantea su obra como escapismo del mundo real, realmente suele estar bastante relacionado con él. Este tema en particular puede verse como una crítica a las guerras, evocando el horror que éstas causan. Bien podemos desarrollar paralelismos entre las historias narradas aquí con sucesos que, desgraciadamente, tienen lugar en la realidad.
Y para no perder el hilo, oímos ahora un corte que nos narra problemas ambientales que, hoy en día, están de plena actualidad. También lo estaban en el año 95 valga decir, pero tal vez no salían tanto en los medios como hoy en día. “Listen To The Waves” para mí supone otra de las cumbres del trabajo. ¿Por qué? Pues porque es escuchar ese riff “rushico” y levantarme de la silla. Luego se vuelve mucho más oscuro y ambiental el tema, con esas acústicas que evocan la tristeza que está experimentando Ayreon, así como las influencias electrónicas, excelentemente traídas una vez más. Y en la parte media vuelve a subir la dinámica, añadiendo influencias más metálicas. Si por algo me llegó a ganar Lucassen en los primeros momentos es, sin ninguna duda, por el abismal sonido de guitarra de su obra. Luego vendría todo lo demás, por otra parte, pero fue escuchar el tratamiento sonoro de esas guitarras (la primera vez particularmente en el “Space Metal” de Star One) y alucinar.
El tercer acto finaliza con “Magic Ride”, que es otro tema más de ambiente. Con cortes como este, de la familia de otros más ligeros mencionados anteriormente, podemos ver que en realidad estamos ante un disco bastante heterogéneo, que bebe de diversos mundos como dijimos al principio.
Por contrarrestar con el tema anterior, el cuarto y último acto, titulado “Merlin’s Will And Ayreon’s Fate”, comienza con el hímnico “Merlin’s Will”, otro de los que tiene dosis metálica para ofrecer. Por supuesto, dentro de las coordenadas de Ayreon, también se encuentra el Metal. En el tema, tanto el cantante principal, Leon Goewie, como los coros están a gran nivel. Tras dichos coros reaparecen las influencias medievales, que habían quedado un poco más ocultas en el tercer acto en favor de la electrónica, yendo de la mano con la historia que se cuenta. Queda recomendada también la versión en directo del “Ayreon Universe”, en esa ocasión con Floor Jansen al micrófono.
Otra de las grandes del trabajo nos sacude ahora. “The Charm Of The Seer” es otra genialidad, con cierta carga ambiental también y con influencias variadas, aunque destacaría, además de algún toque de música clásica, el folk que puede adivinarse un poco más a partir de la zona media, acompañado por algunas pequeñas pinceladas de metal y un muy correcto solo de guitarra. La melodía y el estribillo son memorables, y el final con ese solo de voz por parte de Lucy Hillen, con esos stacattos, es simplemente sublime. Gracias a todas las diversas influencias de las que hace gala, lo que se obtiene en esta pieza es un cóctel magnífico y sabrosísimo de degustar.
La siguiente, “Swang Song”, no es más que un breve instrumental de casi tres minutos de piano, acompañado de una melodía folk y un breve solo de sintetizador. No la destacaría como uno de los puntos más álgidos del trabajo, pero cumple perfectamente su función y es muy bella. Hace de puente para el final del álbum.
Final épico en la forma de “Ayreon’s Fate”, en el que se nos presenta la resolución de esta historia, que no voy a detallar aquí para ahorrar los spoilers. En lo musical, la primera mitad del tema es más relajada, mientras que la segunda es más metálica, pero sin acelerarse. Se trata de otro de esos medios tiempos propios de Arjen, siendo este especialmente emotivo e hímnico, que le pone un gran final al trabajo destapándose como otro de sus puntos más grandes.
Así termina la primera piedra del castillo de Ayreon. Tal vez no sea el mejor trabajo para acercarse a este mundo por vez primera, si el oyente demanda bastante carga metálica, aunque haberla la hay. Por otra parte, si se busca algo más de ambiente, o un trabajo más heterogéneo, sí que es una buena opción. Desde luego, si quieren seguir la historia desde el principio tal como fue escrita es este el primero al que habría que mirar. Es un trabajo absolutamente grandioso, bajo mi punto de vista, aunque en mi opinión superado por prácticamente todos los posteriores desde “Electric Castle” inclusive, pero es que aquéllos ya juegan en una liga bastante alejada de la de los mortales. “The Final Experiment”, por su parte, tal vez funcione mejor al escucharlo en momentos determinados, cuando se busque algo para degustar sin prisas, sin prejuicios, siguiendo la temática y la historia que se nos propone, que bajo mi parecer es magnífica.
Podrá haber alguien que diga que soy muy generoso y, en efecto, reconozco que a veces lo he sido y tal vez pueda volver a serlo. Pero les aseguro que no esta vez ni en ninguna de las que he hablado aquí del proyecto Ayreon. Simplemente valoro como lo siento, a la vez que trato de ser un poco objetivo (que no siempre se me da bien). Y debo decir, sin ánimo de querer ser pesado, que el terremoto que supuso en mi percepción musical ARJEN LUCASSEN, y AYREON en particular, creo que sólo puede compararse con el vaivén que me dio RUSH algún tiempo antes. Tanto es así que, en ambos casos, las réplicas aún siguen sacudiendo años más tarde, encumbrando a ambas bandas en mi lista personal. Para comparar señalaré, de todos modos, que en algo de menor medida he tenido otros y variopintos sismos musicales, principalmente el de Dream Theater, y luego ya Death, Opeth, Voivod, Yes, Pink Floyd, King Crimson, Magma, entre otros, o ya más al principio, Maiden, Megadeth y Priest principalmente. Pero nada, ni siquiera ninguna de esas enormes bandas, me ha llegado a golpear aún de la forma que lo hicieron los dos grupos mencionados al comienzo de este párrafo (Dream Theater es el que más se acerca, y ocupa el tercer escalafón del podio en mi lista personal).
Por todo ello, ahí van 5 cuernos (más raspados esta vez, pero 5) para el inicio de la leyenda, una de las más gloriosas de nuestra era.
9,2 / 10
PD: He querido decir toda esa parrafada anterior no por vanidad ni nada por el estilo. Mi intención no es otra que el lector sepa el por qué de las notas que le pongo a este proyecto en particular, y que al leer el texto, si desea escuchar el disco atraído por él (cosa con la que me sentiría honrado y agradecido), pueda relativizar lo que en él digo, y disfrute por su cuenta -o no, puesto que al final son gustos de cada uno- el trabajo del que se habla.
AYREON:
Arjen Anthony Lucassen – Guitarras, Bajo, Voz, Coros, Teclados, Producción y Diseño.
VOCALISTAS:
Barry Hay.
Edward Reekers.
Ian Parry.
Jan-Chris de Koeijer.
Jay van Feggelen.
Lenny Wolf.
Leon Goewie.
Robert Soeterboek.
Ruud Houweling (Voz y Coros).
Lucy Hillen (Voz y Coros).
Debby Schreuder (Voz y Coros).
Mirjam van Doorn (Voz y Coros).
Rene Melkerbach (Coros).
INSTRUMENTISTAS INVITADOS:
Cleem Determeijer – Teclados.
Ernst van Ee – Batería.
Peter Vink – Bajo.
Jolanda Verduijn – Bajo y Coros.
Jan Bijlsma – Bajo.
Barry Hay – Flauta.