
1. Ashes of the Modern World 06:30
2. Cell-0 09:57
3. Rise 05:22
4. En Route to Mayhem 05:28
5. Call My Name 03:55
6. Fire & Ice 05:21
7. Scream for the Silent 05:12
8. Catharsis 04:58
9. Beyond the Stars 06:54
A comienzos del pasado 2020, salía a la luz Cell-0 de los fineses Apocalyptica. El noveno larga duración del cuarteto. Se anunciaba como una vuelta a los orígenes de la banda de los violonchelos y que sería, por completo, instrumental. Esto hizo que muchos abrieran los oídos y esperasen este último trabajo con expectación, podía ser el regreso de aquella banda diferente de finales de milenio. La cosa prometía cuando versionearon a METALLICA y se diluyó años mas tarde cuando comenzaron a “metalizarse” con distorsiones, batería (con ellos colaboró Dave Lombardo) y voces invitadas a cargo de los cantantes del momento, se perdieron por el camino hasta convertirse en una banda más sin mucha sustancia donde la voces fueron teniendo más presencia hasta tener un vocalista fijo en Shadowmaker (2015), Franky Perez.
Si nos centramos en este Cell-0, no nos han engañado, se concentran en el concepto original del grupo, música instrumental con un único protagonista: el violonchelo. Son nueve cortes sin voces y sin grandes artificios, con un pleno despliegue del sonido del violonchelo. Más que una vuelta a los álbums "Cult" o "Inquisition Symphony", va algo antes, cuando soñaban con dedicarse a la música y comenzaron a conocerse por hacer versiones de Metallica. Lo que despliegan con Cell 0 es una paleta de múltiples colores, intimista y madura. Sin esforzarse por encajar en las etiquetas o por sonar clásicos. Es un ejercicio más libre y reparador de lo que han hecho nunca, más cercanos a una banda sonora que a una banda de heavy metal.
Comienzan con Ashes of the Modern World, una presentación de Apocalyptica, potentes y vibrantes; el cuarteto destaca todas sus virtudes. Esto es Eicca Toppinen, Perttu Kivilaakso y Paavo Lötjönen en los violonchelos y Mikko Sirén a la batería. Tienen melodía, son irreverentes, tienen fuerza y pegada. El tema lo acompaña un vídeo muy de estrellas de rock, poniendo sus rostros en primer plano entre los claroscuros, se ponen brutos aunque me alegra que no nos estrujen los oídos con volúmenes imposibles sino que los giros y cambios de potencia se hagan dando cuerpo y apreciando los detalles de un instrumento diferente a lo que estamos acostumbrados. El tema es el perfecto arranque vigoroso y rockero.
Con “Cell-0” entramos en la paleta de colores, sonidos e influencias; nos adentran en un tema complejo, con distintas fases muy bien ensamblado. Apostando fuerte en un trabajo que les reafirma como una banda de composición, no sé si llamarlo sinfónica puesto que apenas hay más instrumento que los violonchelos, a veces unas teclas los acompañan, pero lo que si demuestran es que valen más sin cantante que con ellos, donde desvirtúan su principal cualidad, transmitir a través del sonidos de las cuerdas frotadas; esto les alejaría de las giras y los festivales por esto se han forzado durante los últimos quince años en meter letras y cantantes.
Rise forma parte de ese lado menos rockero para explotar más la sensibilidad y la melodía. Es otra muestra de que vienen creando un disco de música, evocador e intenso pero no necesariamente metalero y distorsionado. El video de la canción es realmente artístico y cuidado al extremo.
En En Route to Mayhem llegamos a un cénit entre clásico y thrashico que compagina con un video original, artístico y llamativo, con insectos correteando y plantas creciendo. Un ensamblado artístico entre lo visual y lo musical, como hoy día apenas se ve en los grupos y realza el esfuerzo y el mimo que han puesto a este álbum. El momento de la tormenta y como se sucede todos los momentos es absolutamente maravilloso.
“Call My Name” es el corte más flojo del conjunto. Es un tema muy melódico y algo plano. Entramos en un pequeño bache del álbum, del que afortunadamente salen.
Con Fire & Ice recuperamos sensaciones, aquí colabora Troy DonoCkley de NIGHTWISH dando un arreón folk de los buenos con su flauta; me ha transportado a los verdes campos, a latitudes musgosas, pero llega una ruptura y entran los Apocalyptica más burros; esa parte extrema y destructiva que puede tener un chelo y me lleva a volcanes en erupción escupidores de lava; una lucha de contrastes en la que el tema sale ganando.
Un gran corte es el séptimo, Scream for the Silent; muy profundo con un comienzo recordará a los Apocalyptica más sosegados, que luego va moviéndose por partes más futuristas con sintetizadores y algunas teclas. Parece que nos presenta la inmensidad, la noche estrellada y finalmente el rubor alegre del alba.
“Catharsis”, tema que va alzando el vuelo y llega a cotas de gran intensidad siempre en un medio tiempo muy sentido al estilo “Ruska” o “Farewell”. Un viaje introspectivo que va tomando cuerpo y metamorfoseando. Ha sido todo un acierto no dar explicaciones sobre de qué van los temas para que cada cual lo sienta e imagine por su cuenta.
Beyond the Stars es el broche a un disco notable, con un piano que da profundidad, una melodía que evoluciona y se superpone, luego nos abofetea con unos devaneos thrash a lo METALLICA de los 80 y así continúa como en una montaña rusa. Es un viaje sideral por el cosmos, con sus rocas y asteroides, las luces lejanas, con la belleza de la negrura silenciosa. Y aquí hay un pequeña parte vocal, donde nos dan unas pistas de la inspiración de este trabajo, ecologista y con un futuro de la Tierra sin humanos. Así se cierra el círculo porque este Cell 0 es un disco redondo, variado en intensidades y colores.
En resumen, Apocalyptica nos regalan un viaje sensacional con un único instrumento que brilla hermoso, enferma o incluso oscurece en un caos imposible. Tal vez llega tarde este disco, hemos tenido que tragarnos unos cuantos infames, colaboraciones marketinianas y muchas dudas de dónde colocarse en la foto, si al lado del músculo de metaleros aguerridos o junto al metal reciclado de nueva hornada. Vivir de la música obliga a veces a escoger caminos que no son precisamente los del arte. Cell-0 es el camino más próximo al arte sin buscar etiquetas, fans o conciertos.
El cuarteto esta sobresaliente, magnífica la medida con la que han usado la batería, sin abusar dándole rienda suelta en los momentos más crudos. El sonido del violonchelo se percibe natural, pleno y vibrante, convirtiéndolo en un vehículo sorprendente para una música tan llena de contrastes. Mucho me temo que este camino instrumental quedará atrás y volverán a contar con la colaboración de cantantes y se venderán como una banda de metal, de ese metal de ahora que se queda en la superficie y no cala ni en los huesos ni en la sangre. De momento este disco es para disfrutarlo con los sentidos y un alimento para la imaginación.
Paavo Lötjönen: violonchelo (bajo)
Eicca Toppinen: violonchelo (líder y rítmico), teclados
Perttu Kivilaakso: violonchelo (líder y rítmico)
Mikko Siren: batería, teclados
Lasse Piirainen: teclados(adicionales)
Joonas Parkkonen: E-Bajo
Tommi Vainikainen: Wardrums (corte 1)
Tom Furey: Voz (corte 9)
Troy Donockley: flautas(corte 6)